El rock progresivo llegó con “Tristes noticias del imperio”

El rock progresivo llegó con “Tristes noticias del imperio”

Hace 45 años se editó el primer álbum en esta provincia. “Fue un rock progresivo conceptual” afirma quien escribió las letras de las canciones. Con profesionalismo el trío marcó una bisagra en la historia local.

El rock progresivo llegó con “Tristes noticias del imperio”

“Redd se perfila como una de  las promesas más ricas y personales del rock nacional” indicaba con el título ‘La voz del interior’ la revista Pelo. En el mismo número (105, Año IX, 1978), pero en otra nota, saluda la presentación del grupo en Buenos Aires que tuvo “alto impacto y una atmósfera envolvente. Cumplieron con un gran profesionalismo y ensamble. Su música destila imágenes densas, por el muy buen trabajo armónico y una rítmica por momentos jazzística”, se puede leer.

Con “Tristes noticias del imperio”, que hace unos meses cumplió 45 años, el rock tucumano alcanzaba un nivel sinfónico, progresivo que no existía en esta ciudad; experimental puede ser la palabra apropiada. Fue el primer álbum  de un grupo local.

Los temas del álbum fueron creados por Juan Escalante (batería, teclados y voz principal), Esteban Cerioni (bajo y voz) y Luis Albornoz (guitarra eléctrica y acústica, voz) que habían fundado el grupo en 1977 luego de que se desarmara La Pequeña Banda de Trícupa.

“El grupo se creó en enero de 1977 con Cerioni y Escalante. Yo entré al último. Cambiamos la forma de trabajo armando Cavoclo, una compañía independiente. Teníamos una organización cubriendo sonidista, diseño, composiciones, letrista, road manager. O sea, fue un laburo en serio” recuerda el guitarrista durante una entrevista con LA GACETA. “Recuerdo usar mi licencia matrimonial para ir a grabar ‘Cuentos del Subsuelo’ en 1979. Tal vez sea la razón de su trascendencia, más allá de lo logrado musicalmente”, dice Albornoz.

Grabaron dos álbumes, “Tristes Noticias del Imperio” (1978) y “Cuentos del Subsuelo” (1996) que se graba en 1979 pero se publica a mediados de los 90 a través del sello brasileño Progressive Rock Worldwide.

Las letras fueron escritas por Ricardo Gandolfo, que para algunos fue “el cuarto Reed”. “Reyes en guerra”, “Kamala II”, “Kamala”, “Nocturno de enero”, “Matinée” y “Tristes noticias del imperio” están registrados en el disco del 22 de noviembre de 1978.  “Esos fueron los tiempos de auge del rock progresivo en el mundo. En Buenos Aires todos hacían eso. Nació la fusión y el jazzrock. Sui Generis no lo vivió, pero sí Charly con la Máquina. Era abrir la cabeza. Las bandas tradicionales ya no estaban. El público era otro. Salió Police, entre muchos”,

- ¿Cómo fue la grabación?

- Grabamos con Jorge Da Silva, sonidista de Piazolla. Era plena dictadura, pero jamás tuvimos problemas. Muchas cosas fueron más sencillas, menos burocráticas en palabras de Cerioni. En Redd muchos éramos profesionales con laburo en blanco.

- Pero el clima político debe haber influido

- No tuvimos censura. Otra gente sí, pero por cosas como literatura ideológica, eventos políticos comprometidos o apoyo a la lucha armada. Eran tiempos muy difíciles, donde tampoco había información de lo que pasaba. Como la inflación y crecimiento de la patria financiera. Los medios de comunicaciones críticos fueron de años más tarde.

- ¿Qué escuchaban ustedes?

- Cerioni tenía una colección impresionante de vinilos. Siempre fue una base de datos con su memoria increíble. Durante horas escuchábamos en su casa a Yes, Focus, Jethro Tullo, King Krimson. Escalante era jazzero y amante del jazzrock. Escuchaba todo Bill Bruford, su alma general, admiraba a McCartney y la música melódica americana como Chicago y Simon&Gartfunkel. Yo venía del rock inglés, por los guitarristas fundadores de la nueva era. Spinetta influenció estilos vocales y compositivos. Nos sacó del bolero. Me gustaba Almendra. De Crimson sacamos las métricas y eso de jugar con melodías paralelas que se unían.

- ¿Y los ensayos?

- Lo hacíamos entre 12 y 15 horas semanales en la terraza techada del departamento de Juan. Tenía un grabador a cassette donde registrábamos los trabajos y esa cinta partía a Gandolfo para que hiciera letras. Ricardo era muy proljo y nos devolvía el material. Juan usaba un piano vertical para arreglar, porque no había teclados polifónicos aún. Y éramos trío de bajo, bata y guitarra. Juan nos hizo cantar a todos.

“El disco suena triste y fue una expresión del tiempo que se vivía”

“Tristes noticias del imperio” estableció una bisagra en la historia del rock tucumano. Fue el momento en que Los Bang, Los Sabuesos, Los Fantasmas y otros grupos quedaron atrás y se incursionó en el rock progresivo (un movimiento que a nivel nacional e internacional marcaba distancia del rock comercial).

En el disco “Pequeñas anécdotas sobre las Instituciones”,  (1974, Sui Generis), entre censuras y represiones, comienza a insinuarse ese paso al rock progresivo, sobre todo en temas como “Tango en  segunda”. Ese rock progresivo que La Pequeña Banda de Trípuca sugirió y se desarrolló en Reed.
“Instituciones” da cuenta que la represión y la censura se inició antes, mucho antes del golpe militar, durante el gobierno de Perón.

No han sido pocos los blogs que recuerdan ese disco y no por ser el primer álbum, únicamente. “Como antecedente quedaban en la memoria las fiestas animadas por Los Sabuesos, Los Bang y Los Fantasmas, bandas de covers que tocaban en los salones de moda como Las Lomitas o la célebre Confitería del Lago en el Parque 9 de Julio (las dos últimas bandas llegaron a grabar un simple), el Teatro de la Paz, bibliotecas, clubes barriales y otros escenarios”, dice Homero Sánchez en el portal Efecto Burbuja cuando señala la aparición de La Pequeña Banda de Trícupa.

También hay notas en el sitio La Caja de Música, donde César Mendoza señala que “aparte de lo interesante que resultó la primera edición digital de “Tristes Noticias Del Imperio” a cargo del sello brasileño Progressive Rock Worldwide, fue un aspecto un poco cuestionable que se tomara tantas libertades con la secuencia de temas”. Además del sitio oficial de Redd, hay extensas notas en Viajero Inmóvil Records, que dirige Felipe Surkan.                                            

Ricardo Gandolfo creó  las letras, mientras que Sergio Tomatis y Eduardo Joaquín se hicieron cargo de la parte gráfica, y un viejo amigo Gabriel Fulgado fue el coordinador general.

Lúgubre y abatido

“El disco suena lúgubre, abatido, como su nombre lo indica: triste. Como una expresión vívida de los tiempos que se vivían en la Argentina. Las letras de Gandolfo, el cuarto Redd, el Redd invisible, sin hacer nunca mención a la dictadura (salvo tal vez en “Reyes en Guerra”: ‘¿Cuándo acabará la muerte?’”), la expresa claramente. Las letras de Gandolfo describen un paisaje desolador en la apertura del disco, mezclan la nostalgia con la sátira en “Matinée”, son crípticas”, opina Patricio García.

Magos y payasos vengan todos a ver el misterio del palacio, que se hundió en el mar. Los diarios de la tarde dijeron que no puede ser, pero ahí está la gente corriendo hacia el lugar, decía la canción que le dio nombre a aquella placa que parecía tener una línea directa con el ideal de libertad.
Fans.

“Mis memorias de Redd se remontan a pequeños recuerdos de los ensayos del trío en la pieza de los tanques de agua del último piso del edificio donde vivíamos, cuenta Juan Escalante. “Recién empecé a tomar consciencia de la música de Redd a mis 13 años... Cuando comencé a escuchar música y a valorar este lenguaje. Soy un fan de la banda desde un primer momento. No porque mi viejo tocaba allí, sino porque me encantaba su música, desde su nivel compositivo, los arreglos y su ejecución vocal e instrumental. Aún hoy por hoy, y siendo un integrante estable del grupo y disfruto increíblemente lo que hicieron”, le  dice a LA GACETA.

Punto de Vista

Escribo pensando en cómo ajustar las ideas a la forma de verso

Por Ricardo Gandolfo

Psicoanalista, poeta

Mi participación en Redd consistió en escribir las letras. Era una propuesta original, aunque estaba influida por el grupo que marcó la mayor influencia para Redd que era King Crimson, que también tenía su escritor, a saber, Peter Sinfield. Quien sugirió mi nombre para esa tarea fue Gabriel Fulgado, que era el productor de la banda. Reed estuvo vigente desde 1977 a 1981. Durante esos cinco años yo trabajaba con las melodías que me mandaban Albornoz, Escalante o Cerioni, grabadas en cassette y luego iba a los ensayos y probábamos cómo quedaban con las partes cantadas de los temas. A veces había modificaciones, pero eran muy pocas porque yo trabajaba sobre las melodías, las que traducía a versos con métrica para que se acoplaran bien a lo cantado.

El tema “Tristes noticias del Imperio” que fue una melodía de Luis Albornoz, efectivamente posee un vínculo con la situación tucumana de esos años, pero está elevada a paradigma universal y alude a cualquier “imperio” (y el militar lo era, sin duda) que destruya las bases de la convivencia democrática y ataque el bien común de una sociedad. Desde luego había que escribir de ese modo, para que no se entendiera directamente, pero también porque siempre me gustó utilizar al máximo los recursos metonímicos y metafóricos que son, para mí, la base de un buen poema. 

En realidad, creo que Redd no es rock sinfónico, como no lo es King Crimson, ni Van der Graaf Generator, ni Génesis, aunque habitualmente se meta todo en la misma bolsa. Es lo que llamaré progresivo conceptual, esto es música que se basa en secuencias complejas musicales.
En todas sus piezas el dominante de su creación es la inteligencia, productora de sentimientos muy elaborados, pero secundarios a la creación musical. El ejemplo argentino, para mí es Invisible, de Luis Alberto Spinetta.

Mi amistad con los miembros de Redd fue fundamentalmente con Cerioni, del cual ya era amigo desde hace unos años y luego con Albornoz y por supuesto con Escalante. Con los tres tuve una relación excelente que perdura con Luis Albornoz, hasta nuestros días. A Juan Escalante lo admiré muchísimo por su formación musical, extraordinario baterista y pianista y dueño de una voz notable. Esteban fue un sólido pilar con un bajo que tocaba con una precisión destacadísima. En tanto Luis, me parece uno de los mejores guitarristas que ha dado el rock tucumano. Culto, espontáneo y con una sorprendente imaginación. Con los miembros posteriores, el extraordinario cantante Imhoff y el baterista Marco Pusineri y el tecladista Juan Raffo tuve una relación menos íntima, pero igualmente cordial.

Escribir letras fue para mí una acción muy importante, ya que en los ambientes de la música de rock muchas veces se oponen las letras a la poesía. Es verdad que son dos géneros diferentes, pero que se interpenetran mutuamente. Eso pude comprobarlo mientras escribía para Redd, en ningún caso lo que ya sabía de escribir poesía fue un obstáculo; por otra parte, el hecho de escribir letras, basadas en historias que inventaba, me permitió desarrollar un sentido musical del que antes no era consciente. ¿Qué pensaba mientras escribía? Lo que pienso mientras escribo poesía: un o una oyente imaginaria, cómo ajustar las ideas a la forma del verso (en este sentido no creo en la libertad absoluta del poeta), a quien dedicaría este tema o poema y finalmente, pero no menos importante qué habla la lengua castellana en mí para definir un tema, un poema o una canción.

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