03 Marzo 2024
MAXIMIZANDO EL SUFRIMIENTO. “Hay que trabajar y no quejarse; hay que aguantar”, son formas de autojustificar el burnout que se padece.
¿Alguna vez te cruzaste con alguna persona que en su rostro refleja profundo estrés? ¿En tu círculo social, escuchaste hablar a alguien de agotamiento y desmotivación laboral? Probablemente, sí. Y también es posible que estás personas estén sufriendo el síndrome de burnout
“La definición más aceptada es la de Christina Maslach quien la describe como una forma inadecuada de afrontar el estrés crónico”, definió para LA GACETA la psicóloga Romina Natalia Nieva.
“Hay que entender que el estrés no es algo totalmente negativo y el individuo necesita de una cuota de ello en la vida, pero el problema ocurre cuando los estresores superan los límites esperados para una persona y además es sostenido en el tiempo, convirtiéndolo en algo no saludable”, sumó Nieva a su definición inicial.
Sobre este tema, el portal Bumeran, analista de empleo en Latinoamérica, afirmó que durante 2023, el 94% de los trabajadores argentinos afirmó atravesar este síndrome que se presenta con falta de energía, cansancio extremo, negativismo o cinismo en relación al trabajo.
“En esta cuarta edición de nuestro informe, podemos observar que el síndrome de burnout aqueja a cada vez a más personas trabajadoras en Argentina. Los datos muestran que este fenómeno sigue en expansión en el mercado laboral local y que el país lidera esta tendencia a nivel regional”, sostuvo al respecto Federico Barni, CEO de Jobint.
Del estudio participaron 4386 personas: 1549 de Argentina, 754 de Chile, 452 de Ecuador, 464 de Panamá y 1167 de Perú. La investigación exploró cómo experimentan los talentos el síndrome de burnout y qué políticas implementan los especialistas en recursos humanos para mitigarlo.
Cómo identificarlo
No es difícil identificar el burnout pero hay muchas personas que deciden ignorarlo e intentar seguir con su vida, algo que los profesionales de la salud mental no recomiendan.
“Los rasgos principales del síndrome son el agotamiento emocional, la despersonalización y la disminución del desempeño personal”, indicó la psicóloga consultada, a la vez que graficó que la persona comienza a experimentar fatiga, pérdida progresiva de la energía, y comienza a crear una defensa para protegerse del sentimiento de impotencia y frustración que le generan algunas situaciones”.
“Como el trabajo pierde el valor que tenía, también se presenta baja autoestima, nerviosismo, dificultad para concentrarse, insomnio y dolores de cabeza, sólo para mencionar algunos síntomas”, adicionó.
La psicóloga además aclaró que aunque el síndrome puede afectar a varias franjas etarias, hay estudios que avalan el hecho de que se presenta más frecuentemente en personas de entre 30 y 40 años.
“Se relaciona a que a esa edad, por lo general, las personas experimentan más responsabilidades en cuanto a su labor profesional o un determinado puesto de trabajo”, aseguró.
Mandatos arraigados
“Las condiciones sociales y económicas son los motivos que llevan a naturalizar el padecimiento, aunque también muchas veces hay personas influenciadas por ciertas creencias como: ‘hay que trabajar y no quejarse, hay que cumplir, hay que aguantar’... lo que lleva a minimizar su sufrimiento”, advirtió Nieva.
Y en ese sentido, afirmó que dentro de la oscuridad que siente dentro del burnout hay una luz de salida para quienes decidan pedir ayuda.
“Hay que animarse a hablar de su padecimiento y en la medida de lo posible, buscar ayuda profesional”, aconsejó.
“Tratarlo es posible desde el área psicológica y, dependiendo el nivel de influencia que genera en la persona, puede requerir de otros tipos de tratamientos médicos”, especificó.
En cuanto al panorama global, “se vuelve también necesario e importante que las empresas se comprometan en mantener un clima de trabajo ameno y con niveles moderados de presión a sus empleados”, cerró Nieva.
Consejos
El auge que experimentó el síndrome burnout o síndrome de desgaste profesional se ha vuelto tan importante que la Organización Mundial de la Salud (OMS) lo incluyó por primera vez en su lista de enfermedades.
La OMS lo considera un factor de riesgo laboral, debido a su capacidad para afectar la calidad de vida, salud mental e incluso poner en riesgo vital al individuo que lo sufre.
“La persona se derrumba a causa del cansancio psíquico o estrés que surge de la interacción social y ante la rutina laboral por lo que se sienten desbordados y con recursos emocionales agotados”, comentó sobre el tema la licenciada en psicología María José Santillán.
Por lo que ante esta problemática, sugirió que la situación se aborde “de forma global”.
“Se necesitan iniciativas que incluyan cambios organizativos en su lugar de trabajo junto a tratamiento psicológico”, añadió.
Mientras que consideró que en el plano individual, el tratamiento psicológico de los afectados debe centrarse en los siguientes aspectos:
1) Psicoeducacion y autoconocimiento: conocer el burnout y los factores que lo originan así como las circunstancias que están detrás de cada caso particular.
2) Aprender a afrontar el estrés mediante técnicas de relajación y respiración.
3) Ajustar las expectativas a la realidad.
4) Mejorar la autoestima
5) Trabajar la resistencia y la asertividad.
6) Hábitos saludables que incluyen: una alimentación sana, abandonar el tabaco, el alcohol y otras drogas y la práctica regular de ejercicio físico son fundamentales para afrontar el estrés y contribuyen a la salud mental.
(Producción periodística: Ariane Armas)
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