Trabajando más de lo esperado ante el uruguayo Federico Aguilar Cardozo, Liam Draxl, 301° del ranking ATP y máximo favorito al título en el M25 de Lawn Tennis, debutó con triunfo por 6-2 y 7-5, para meterse en los octavos de final. Tras el partido, el canadiense habló con LA GACETA y aseguró estar pasando un gran momento durante su estadía en el país.
“Ya vine en enero a Buenos Aires (jugó dos torneos Challenger). Realmente me gusta mi tiempo en Argentina, amo estar aquí”, aseguró Draxl. Uno de los aspectos que resaltó sobre la gente en el país es su manera de tomarse las cosas, con mucha más calma que en Norteamérica, según su forma de ver.
“Todos en Argentina son muy relajados, súper chill; vas a un bar y están sentados tranquilos, charlando. Es diferente a los norteamericanos, que queremos todo rápido y no tenemos paciencia; es una gran diferencia. La gente es muy amistosa y relajada”, analizó Draxl. Claro, también elogió la comida: “probé las empanadas y también algo de carne, que es increíble”, sostuvo.
Incluso, aseguró que disfruta el clima, pese al desgaste físico que produce durante los partidos. “Alguien me dijo que tendría que ser seco, pero no es verdad; es muy húmedo, transpiro como loco. Paso mucho tiempo en Florida, así que estoy acostumbrado a la humedad; me gusta, es un gran clima”, dijo al respecto.
Otra gran diferencia entre jugar en Sudamérica y en Norteamérica es la superficie; tanto en Argentina como en los países vecinos, predomina el polvo de ladrillo, una superficie lenta, mientras que en Estados Unidos y Canadá, es casi todo cemento, un terreno más rápido. Pese a estar acostumbrado a jugar en canchas duras, Draxl no le esquiva al “barro”. “Aunque soy canadiense, puedo jugar en polvo de ladrillo. Creo que venir fue la mejor decisión que tomó mi equipo para mi calendario”, indicó.
Draxl, que llegó a ser número 9 del mundo en su etapa de junior (en 2019), ganó, en noviembre del año pasado, en su país, un torneo Challenger, segundo circuito más importante del tenis masculino, por detrás del ATP. Ese, reconoce, fue un gran punto de inflexión y espera tener un gran año.
“Ganar Calgary fue un gran punto de quiebre. Fue un momento especial; quiero tratar de construir a partir de eso, ganar confianza, saber que puedo jugar al nivel más alto de tenis. Quiero hacerlo lo mejor que pueda este año y ver hasta dónde me lleva”, anticipó, sobre su 2024.
Y por supuesto, el desafío más inmediato es el de esta semana, en Lawn Tennis. Sobre su debut triunfal, aseguró estar muy feliz con su manera de jugar, sobre todo en el primer set; “si puedo sacar un tenis como el de ese set, estaré muy contento”, al tiempo que le restó importancia al hecho de ser el primer preclasificado del torneo: “Ser el favorito no significa nada; son todos muy buenos jugadores”, indicó. Sin embargo, Draxl seguirá siendo, mientras avance en el certamen, el principal candidato y el jugador al que todos querrán vencer.