Guadañas: un equipo que combate el machismo jugando al fútbol

Guadañas: un equipo que combate el machismo jugando al fútbol

Nacido en 2017, es uno de los equipos LGBT+ de Tucumán, y busca una mirada deconstruida del deporte.

Guadañas es un equipo inclusivo de fútbol. Guadañas es un equipo inclusivo de fútbol. DIEGO ÁRAOZ/LA GACETA

Que el fútbol es un ambiente poco amigable con las minorías no es una opinión; es un hecho. Basta con escuchar las letras de las canciones de cancha, o los insultos que proliferan durante los partidos. La orientación sexual, el color de piel, los cuerpos “no hegemónicos”, son los blancos más apuntados. Eso busca cambiar “Guadañas”, uno de los equipos de fútbol LGBTQ+ que existen en la provincia.

“El primer equipo de fútbol íntegramente compuesto por varones gays, del cual formé parte, se empezó a estructurar en 2015. A partir de ahí, empezamos a armar nuestros equipos y se fueron multiplicando en la provincia. Guadañas, en particular, nace en 2017”, cuenta a LA GACETA Lucas Cortés, uno de los fundadores.

¿Con qué objetivo nació el equipo? “Los chicos que veníamos participando de experiencias deportivas siempre nos encontrábamos con un alto grado de homo-odio, trans-odio, discriminación, que hacían difícil nuestro aprendizaje del deporte desde muy pequeños. Muchos de nosotros habíamos sido excluidos desde muy temprana edad de los espacios deportivos que también funcionaban como espacios de socialización”, relató Cortés.

Entonces, la idea era, por lo que cuenta Lucas, encontrar un espacio para poder practicar y aprender a jugar al fútbol de manera segura. “Sirvió, sobre todo, como proceso de visibilización de una problemática bastante invisibilizada, que es el hecho de que el fútbol no era un espacio amigable para las personas que no entraban dentro de la heteronorma; y como espacio de aprendizaje, porque no habíamos tenido la oportunidad y como construcción de comunidad”, aseguró Cortés. Estos son, afirmó, los tres pilares fundamentales de Guadañas: “Son conjuntos, funcionan en articulación y no son tan independientes uno de otro. Habitar la cancha con nuestra bandera del orgullo implica ya un acto de militancia y posicionamiento”, apuntaló.  

Al principio, encontrar jugadores que se fueran sumando no era fácil. “El fútbol siempre fue hostil con las personas gays, pero también con las mujeres, con los gordos… siempre en los deportes pensados sólo para el varón heterosexual”, recalcó. Sin embargo, fue creciendo el número de personas y también de equipos. “Hoy somos entre ocho y 10 equipos en Tucumán, quizás más, y de distintas disciplinas”, destacó.

“Los primeros partidos era un juego más de niños, de perseguir una pelota, correr todos para el mismo lado. Hasta que, de a poquito, fuimos aprendiendo, jugando, practicando, para poder jugar más bonito. Esos primeros momentos (de 2015) los recuerdo con mucho cariño, porque fueron instauradores, no tan sólo políticamente, sino personal e individualmente. A todos los que participamos nos resultó reparador, de una historia que había estado marcada por la exclusión de esos lugares”, reflexionó Cortés.

Prueba de ese proceso reparador son los testimonios personales de distintos miembros del equipo, destacando el espacio seguro que encontraron. ”En Guadañas encontré un hermoso espacio de contención y una familia dentro del fútbol. En mi infancia siempre era el que mandaban al arco, por ser gordo o no ser bueno; cosa que me sirvió de motivación para que ahora sea mi puesto favorito en la cancha”, contó Sergio.

“Me apasionaba jugar al fútbol en la cancha de la vuelta de mi casa, junto con mis amigos, y también recuerdo que jugábamos con gente mayor a nosotros. De esa manera me enamoré de este deporte. Sin embargo, había muchas cosas que no me gustaban, como la violencia, los comentarios agresivos y homofóbicos, peleas, que es lo que me termina alejando del fútbol en las calles. Decidí jugarlo sólo en la escuela, pero estas situaciones de violencia verbal homofóbicas se repetían incluso en el establecimiento escolar, por lo que terminé dejándolo de jugar”, recuerda Jorge, que encontró, en Guadañas, un espacio cómodo para volver a jugar.

¿Cómo está hoy el ambiente del fútbol con respecto a las personas pertenecientes a la comunidad LGBT? Todavía dista mucho de lo ideal. “No es que no se ha logrado nada, ni tampoco que no se avanzó nada. Se pudieron deconstruir algunas cosas, poner en debate otras, pero el fútbol sigue siendo extremadamente conservador y machista. Todavía es muy difícil que un futbolista de elite pueda expresar su orientación sexual abiertamente sin ser condenado”, señaló Cortés. Como ejemplo, puso el caso de Kylian Mbappé, que estuvo en pareja con una mujer trans, algo que le valió ser apuntado por los cánticos de la hinchada argentina. “Las canciones del Mundial apuntaban contra la orientación sexual, contra la etnia… ¿Por qué no hablamos de lo futbolístico cuando hacemos una canción de fútbol? Eso te marca que todavía falta un montón”, indicó.

Y en eso intentará contribuir todo el plantel de Guadañas, que hasta ahora, sólo disputó partidos ante otros equipos de la comunidad. “Hay muchos equipos LGBT a nivel nacional y desde pandemia, sobre todo, empezamos a organizar torneos donde podamos participar. También organizamos encuentros deportivos acá en Tucumán, para equipos de la provincia y tenemos encuentros amistosos. Todavía no participamos de torneos de fútbol que no tengan expresamente su adhesión a la bandera y la defensa de los derechos de la comunidad LGBT, pero es algo que tenemos que empezar a hacer”, concluyó Cortés, quien, junto a su equipo, luchan por la inclusión y el respeto a las diversidades en un ambiente bastante hostil como el fútbol.

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