Habrá que buscar en los archivos de Tribunales un antecedente tan fuerte. Muy pocas veces un debate oral tuvo un comienzo tan categórico como el de ayer. Los primeros dos testimonios que se escucharon fueron tan reveladores que sus palabras abrieron el camino hacia una condena. Sólo quedaría saber cuál será la pena que podrían recibir los acusados del crimen de Ramiro Ledesma (18 años) registrado en marzo de 2021.
No importaron los alegatos de apertura de las partes. Fueron incuestionables los testimonios de la madre de la víctima Verónica Almirón y de Rodrigo Soria, primo del joven asesinado, único testigo presencial. Tan determinantes fueron sus dichos que el fiscal Ignacio López Bustos ofreció formalizar un juicio abreviado en el primer cuarto intermedio que se hizo. Les propuso recibir condena a perpetua con la cláusula de que se la revisará a los 20 años y no a los 35 como legalmente se impone. Los defensores rechazaron el ofrecimiento.
Tanto Almirón como Soria señalaron a Jimena Fernández como la persona que citó a Ledesma a un encuentro amoroso. El joven indicó que cuando se dirigían a encontrarse con la chica fueron interceptados por un auto “gris largo” en calle Blas Parera. También declaró que la acusada se bajó del auto y señaló a la víctima y que luego lo hizo Alexis “El Sucio” Íñigo, que fue quien le disparó a la víctima. También identificó a Miguel “Miguelón” Figueroa como el conductor del vehículo, en el que también había otro hombre al que no pudo identificar.
Los especialistas del derecho dirían que el quién y el cómo estaban definidos; sólo faltaría explicar el porqué, es decir el móvil. Los dos testigos también fueron contundentes. Esta muerte fue en el marco de la venganza que había ideado “Miguelón” por la muerte de su hermano Gonzalo Figueroa registrada el 15 de diciembre de 2020.
Más detalles
La madre de Ledesma es hermana de Marcos “Manzana” Almirón, el condenado en un juicio abreviado por el crimen de Gonzalo Figueroa. Vive en la misma cuadra donde se registró lo que se conoce como “La masacre de La Porotiada”, donde fueron asesinados Gabriel Amaya y Leandro Sepúlveda y heridos Maximiliano Lindón, Franco Galván y G.G, un niño de 12 años. Por este caso Figueroa fue condenado días atrás a perpetua.
“Sabíamos que esto podía pasar. Los comentarios del barrio decían que él quería matar a mi hijo porque pensaba que era el hijo de ‘Manzana’, pero en realidad era su ahijado. Él no tenía nada que ver con la muerte de Gonzalo”, explicó Almirón. “Me cansé de ir a la seccional 10° para denunciar sobre las amenazas que recibíamos verbalmente. Pero siempre me decían que no podían hacer nada porque no teníamos pruebas. Cuando los policías llegaron el día que acribillaron a mi hijo, les dije ‘ahí está la prueba. ¿Ahora me van a creer?”, indicó.
La mujer relató que el 12 de marzo su hijo cumplió 18 años. “Esa noche él estaba con su primo jugando a la play y me dijo que saldrían para ver una ‘guacha’. Le dije que le contaría a su novia y se fue riendo. Minutos después escuchamos los disparos. Luego me enteré de que la ‘guacha’ era Fernández”, declaró.
Temor y algo más
Se sabía que la declaración de Soria sería clave. Sus dichos fueron eje de una polémica judicial en el debate contra Íñigo. Con sus palabras un tribunal lo condenó a perpetua, pero por las contradicciones, en impugnación se lo absolvió. La Corte Suprema de Justicia anuló el último fallo y dijo que los jueces debían tener en cuenta el “miedo” que sienten los testigos que viven en zonas rojas.
Ante el tribunal, integrado por Elizabeth Raddi (presidente), Federico Moeykens y Fernando Zóttoli Ortiz se mostró sólido y fundamentalmente creíble. “En la primera entrevista estaba empastillado. Tenía mucho miedo, después cuando declaré con los abogados no”, fue lo primero que dijo para despejar algunas dudas.
No dudó en reconocer a los dos acusados. Dijo que a “Miguelón” lo ubicó porque estaba bajo una luz y a Fernández porque ella andaba en la casa de “Carlitos” Carrión que vendía droga. Sobre Íñigo declaró que caminaba como “pipero” -adicto al paco y a la pasta base- y gráfico el andar tambaleante y con la cabeza baja de una persona.
“Después de la masacre teníamos miedo de salir. Sabíamos que tenía a la Policía comprada. Hace poco él dijo que había pagado mucha plata para que lo dejaran salir cuando lo detuvieron con Jimena”, explicó sin titubear.
Soria reveló otro detalle poco conocido en el expediente. “Cuando vi que algo malo estaba por pasar, fui corriendo hasta donde estaba la custodia que teníamos. El policía estaba en el interior de su auto durmiendo cuando ellos llegaron y mataron a mi primo. El ‘poli’ debía cuidar a Franco Galván, el que sobrevivió al primer ataque. Pero no hizo nada”, finalizó.
El dato: la primera audiencia estuvo cargada de mensajes
La primera jornada del juicio contra Miguel “Miguelón” Figueroa y Jimena Fernández estuvo cargada de mensajes. El primero se registró antes de que comenzara el debate varios fiscales se sentaron en la sala como señal de respaldo a su par Ignacio López Bustos. El mismo gesto tuvieron en el primer debate contra el supuesto narco. Esta fue la reacción por las amenazas que recibió Carlos Sale y los testigos.
La presidenta del tribunal Elizabeth Raddi, que también está integrado por Federico Moeykens y Fernando Zóttoli Ortiz, como no ocurre normalmente, explicó cuál debía ser el comportamiento de todas las partes y la prensa. “Lo único que pretendemos es que todo se desarrolle con normalidad”, indicó.
El foco de la primera audiencia estaba puesto en la reacción de Fernández y Figueroa por dos razones. La primera, porque volverían a encontrarse después de varios meses. Mantuvieron una relación sentimental desde antes de que se registrara el crimen de Ricardo Ledesma y hasta que ella fue detenida, en agosto de 2023. En ese tiempo engendraron un hijo que nació hace menos de un año y que fue bautizado con el nombre de Miguelón. Por esa razón, a la acusada se le otorgó el arresto domiciliario.
Pero nada pasó, ni siquiera se saludaron. Apenas si intercambiaron miradas un par de veces porque están separados por sus defensores. “Me gustaría aclarar, no sé si ella lo dirá, que ese chico no es hijo mío”, indicó Figueroa cuando los jueces le permitieron hablar.
El otro tópico era saber qué declararían. Se especulaba que él podría hacerse cargo del crimen para aliviar su situación procesal. La otra posibilidad era que Fernández declarara en contra de su ex pareja. Pero nada de ello ocurrió porque decidieron mantenerse en silencio por el momento. Hay expectativas sobre lo que ocurrirá en la segunda audiencia, especialmente después de que se escucharan durísimos testimonios en su contra.
“Miguelón”, fiel a su costumbre, reveló el intento que tuvo el fiscal López Bustos para cerrar el expediente a través de un juicio abreviado. “Ahora me hablan de un arreglo. Que me condenen a 20 años. Ya estoy jugado, me dieron perpetua hace una semana. No entiendo nada”, le dijo a los jueces.
La Fiscalía: “un debate que será atípico”
“Lo primero que me gustaría aclarar es que este será un debate atípico. Ya se hizo un juicio y el único acusado recibió una condena”, destacó el fiscal Ignacio López Bustos que será asistido por Julieta Molé. “A lo largo de la audiencia declararán testigos que no dejarán dudas sobre cómo se registró el homicidio de Ricardo Ledesma”, indicó el representante del Ministerio Público que adelantó que solicitará la perpetua para ambos acusados.
La querella: “Es un hecho premeditado”
“A lo largo de estas audiencias vamos a demostrar que se trató de un hecho premeditado y planificado”, señalaron Rosa Nosetti y Teresita Mendilaharzu que son querellantes en el debate. En sus alegatos, en el que anunciaron que también solicitarán la perpetua para los acusados, dijeron que demostrarán que las balas que mataron a la víctima salieron de la misma arma utilizada en “La masacre de la Porotiada”.
Defensa I: “Vamos de probar la verdad”
“Aclararemos que ella no estuvo en la escena. La segunda, que ella conoció al coimputado dos semanas antes del crimen, por lo que no sabía de ninguna venganza”, sostuvo Camilo Atim que, junto a Florencia Abdala, defienden a Jimena Fernández. “Ella convocó a Ledesma porque Figueroa quería cobrarle una deuda y le dijo que le daría plata. Ella necesitaba el dinero. No sabía lo que pasaría después”, destacó.
Defensa II: “No hubo ninguna venganza”
“Voy a derrumbar la teoría de que el crimen no fue por venganza. ¿Por qué lo sería si todos sabían que Ledesma no participó en el crimen de Gonzalo Figueroa”, se preguntó el defensor de “Miguelón” Macario Santamarina. “Lo que pasó en el primer juicio es otra cuestión que en este debate no se debe tener en cuenta. Echa esta aclaración, demostraremos que él no estuvo en el lugar de los hechos”, destacó.