26 Febrero 2024
El insomnio es uno de los síntomas más comunes de la menopausia. Foto: Freepik
La mayoría de las mujeres viven la menopausia, es decir la llegada de la última menstruación, ingresando a la mediana edad. Con ella, los niveles hormonales se modifican considerablemente y, por ende, muchos aspectos del organismo y la vida cotidiana, como el sueño, se ven alterados.
Con la llegada de la menopausia, que se da entre los 45 y 55 años normalmente, los ovarios dejan de producir óvulos. En paralelo, dejan de liberar estrógeno y progesterona, algunas de las hormonas que forman parte esencial en diferentes procesos del cuerpo.
Cómo las hormonas afectan los ciclos de sueño en la menopausia
Los problemas para dormir se ubican entre los más comunes que aparecen como consecuencia de la menopausia. El insomnio o la dificultad para permanecer dormido se suman a los despertares nocturnos como producto de los sofocos.
No poder descansar correctamente disminuye considerablemente la calidad de vida de una persona y puede afectar directamente al sistema inmunológico. La imposibilidad de tener un sueño reparador nos lleva a sentir cansancio y agotamiento al despertar, incluso después de haber estado durante horas en cama.
Es que la disminución de los niveles de estrógeno y progesterona pueden afectar directamente los neurotransmisores que regulan el sueño. Pero también pueden estar relacionados a la aparición de otros problemas de salud como la apnea del sueño y el síndrome de piernas inquietas.
Para lidiar con esta problemática se recomienda establecer horarios regulares para acostarse y despertarse, crear una rutina relajante para el momento previo a acostarse y hacer ejercicios periódicamente hasta 4 horas antes de intentar dormir.
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