26 Febrero 2024
La musa de la samba brasileña, la cantante que difundió como pocas a esa música, cumple 80 años. Bahiana pura, Maria Creuza cuenta que llegó a la escena cuando Vinicius ya era Vinicius de Moraes. “Estamos hablando nada menos, yo llegué cuando la bossa nova ya era la bossa nova. Bueno, yo llegué en los años 70 y Vinicius ya tenía toda esa fama y esa belleza. Tom Jobim, Joao Gilberto, ya estaban como los maestros de ese movimiento extraordinario que cambió el retrato de Brasil. Pero yo puedo decir que cuando me define Vinicius como su intérprete o que me invita a viajar por primera vez fuera de Brasil fue la gran oportunidad de definirme de que yo realmente quería seguir ese camino. Mis mejores recuerdos están ahí”, recuerda la cantante que recorrió el mundo con esos temas que ya pertenecen a los clásicos de Brasil.
Como lo dice, comenzó con la Fusta, una gira internacional a la que fue incorporada. Con Toquinho, inmortalizó a “Garota de Ipanema” (luego fue Caetano Veloso el que interpretó el tema con una imponente versión.
“Muchas veces tenemos el problema de vivir en lugares diferentes: por ejemplo, yo ahora vivo en Rio y Toquinho está en San Pablo. Últimamente, viajar en avión es una locura, yo prefiero no ir. Nada mejor que mi casa. Pero si tengo que ir lo hago con alegría porque voy a hacer algo. Esa es la paradoja. Con Toquinho siempre tuvimos una identificación. En 1972, nuevamente con Vinicius y Toquinho, graban “Sé que te amaré” que contiene el tema “Que maravilha”. “A felicidade”, “Garota de Ipanema”, “Eu sei que vou te amar” y “Canto de ossanha”, son algunos de los clásicos del poeta y músico Toquinho que interpretarán los dos.
Cuando le preguntan sobre la famosa frase “tristeza não tem fim”, responde que efectivamente es así: “Tristeza não tem fim. Felicidade sim. A felicidade é como a pluma. Que o vento vai levando pelo are.” Esa simbología de todo que pasa rápido es lo que pensaba Vinicius de la felicidad, son momentos”, describe.
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