“Ojos que no ven, corazón que igualmente siente”. Un refrán parafraseado, una máxima que en su versión original (como todas) tiene excepciones. Una de ellas se llama Nicolás Ferreyra, un abogado no vidente de 25 años, uno de los 30 tucumanos que viajaron 20 horas en micro para estar presentes este domingo en el "Monumental" para ver al River de sus amores.
Partícipe por segunda vez de los viajes organizados por las filiales oficiales del club con sedes en San Miguel de Tucumán y Famaillá, "Nico" espera volver a sentir la magia que experimentaba de niño cuando su abuelo paterno le transmitió la pasión más importante de su vida.
¿Cómo hacer para 'ver' un partido sin poder echar mano del sentido de la vista? “Siempre vengo con mi radio a pilas y mis auriculares, y en la cancha te dejás llevar, es mágica la energía que te transmite la gente. Y uno va recreando en la cabeza lo que te cuentan”, responde Ferreyra, ciego de nacimiento y muy activo en la práctica de deportes adaptados, sea natación, sea fútbol.
Su historia conmueve y es apenas una de las decenas que están detrás de cada uno y cada una de los y las hinchas del "millonario" que integraron esta verdadera “caravana federal” con origen en el noroeste argentino (entre los 60 viajeros hubo siete mujeres).
“Salimos 30 tucumanos desde San Miguel a las 14 del sábado, más un par de salteños y un par de santiagueños. Fuimos hasta Catamarca, donde subieron unos cuantos socios más y después paramos en la localidad de San Martín, para alzar a unos riojanos”, narra Carlos Romano, responsable de la filial de Famaillá y organizador de la travesía. También a la altura de Quilino (Córdoba) esperaba otro hincha.
Finalmente, a las 10 de la mañana del domingo, el micro semicama estacionó a unas cuadras del "Monumental" con el objetivo cumplido. “Alargamos unas cuatro horas pasando por Catamarca. Pasa que el tema de la venta de entradas nos complicó”, agrega Romano.
Claro. Recién el viernes cada cual supo si estaba o no dentro de los socios agraciados que podrían presenciar el clásico de todos los clásicos. Y por ende era muy riesgoso fletar el micro solamente con tucumanos. Por ello, se sumaron de otras provincias para completar el pasaje.
“Gracias a Dios todos vinimos con entradas. Pero hay muchos problemas cuando las largan sobre las hora, perjudica mucho a las filiales del interior, porque hay que señar los micros y pasar las planillas con tiempo…”, explica Romano, quien lleva más de 20 años organizando estas “peregrinaciones a la Catedral” riverplatense.
Mientras en Tucumán los miembros de las filiales y sus familiares que no pudieron embarcarse compartían un asadito en el Club Argentino del Norte para mirar allí el partido, los viajeros disfrutaban a tope de la previa del superclásico en la esquina de las avenidas Libertador y Udaondo, a unos cientos de metros del "Monumental".
Allí hablaron con LA GACETA (un rato antes habían posado orgullosos ante las cámaras de TyCSports) y compartieron un verdadero popurrí de emociones.
Cristian Lezcano no paraba de moverse, acompañado de su hijo de 17 años Rodrigo. “Estamos muy ansiosos”, explicaron. En su viaje bautismal a Núñez y justo contra Boca, el joven se animó a pronosticar un 2-1, con goles de Facundo Colidio y Pablo Solari.
Había otros más experimentados, como Aníbal Royer, con 12 presencias anteriores en el "Monumental", pero nunca ante el clásico rival. “Ganamos tranquilos. Incluso sin Borja, o con Borja medio tiempo”, auguró.
Hernán Sánchez rememora su primera vez, un superclásico de 2014 que casi no se disputa a causa de un diluvio, pero que al fin se saldó en empate con un gol agónico de Germán Pezzella, la vez que Marcelo “Muñeco” Gallardo lo mandó a “pescar” en posición de nueve en medio de un campo devenido en piscina.
Mientras algunas integrantes de la delegación repartían calcomanías riverplatenses “made in Tucumán” (una con la inscripción “A donde vayas siempre estaremos” y la fecha del superclásico, y otra con el mapa y la casa de Tucumán cruzados por una banda roja), Esteban Elías, oriundo de Montero, hacía gala de un optimismo a toda prueba.
“¿Edinson Cavani? No le tengo miedo, va a estar re dormido, no le vamos a dar lugar. Somos candidatos a ganar en un 85 por ciento”, aseguró mientras una bomba de estruendo caía a unos metros de donde un millar de hinchas de River aludían a sus primos y al deseo irrefrenable de ganar la Copa Libertadores “para que sufran”.
Para entonces, "Nico" Ferreyra ya estaba dentro del estadio. Cuenta que en su familia son (casi) todos de River. “Menos mi vieja, que de a poco se está convirtiendo, jajaja”…
Ante la pregunta sobre qué lo motiva a hacer tantos y tantos kilómetros ida y vuelta para ver al equipo de la “banda sangre”, "Nico" piensa unos segundos y responde con seguridad: “River es familia”.