La "crisis de 2001" y las viudas de los jueves

La "crisis de 2001" y las viudas de los jueves

LA CRISIS. LA LITERATURA TAMBIÉN DA CUENTA DE HECHOS QUE DEJARON MARCA EN LA HISTORIA telam

Por Carlos Cámpora

Para LA GACETA - BUENOS AIRES

Desde hace ya varios meses venimos abordando en ese medio las variadas maneras en que la literatura argentina ha dado cuenta de hechos significativos de la historia de nuestro país, ocurridos desde aproximadamente mediados del siglo XX. Como muchos de este tipo de textos están dedicados al peronismo, destinamos diferentes notas a mostrar cómo este ha sido representado en distintas obras. De este modo, durante 2023 nos referimos a textos de corte antiperonista de conocidos escritores (Beatriz Guido y Jorge Luis Borges), así como de autores que desde otras perspectivas produjeron escritos sobre Eva Perón (Rodolfo Walsh y David Viñas). Asimismo, en este año (28 de enero), tratamos una obra de Germán Rozenmacher relativa al conflicto entre la clase media y el peronismo. En esta ocasión, abordamos una temática diferente, la “crisis del año 2001”, de acuerdo con el enfoque de Las viudas de los jueves, de Claudia Piñeiro, obra ganadora del Premio Clarín del año 2005.

Sobre la “crisis del año 2001”, cabe recordar que durante la presidencia de Carlos Menem (1989-1999) se hicieron drásticos cambios en el área económica, como la privatización de numerosas empresas estatales y la política cambiaria de la “convertibilidad” (el llamado “uno a uno”). Estas medidas lograron detener la inflación y ciertos sectores se vieron beneficiados, pero ellas fueron conduciendo a un fuerte aumento de la desigualdad social. Luego, en las elecciones presidenciales de octubre de 1999, triunfó la fórmula De la Rúa - Álvarez con la promesa de no alterar el régimen cambiario. La situación se fue deteriorando y en los primeros meses de 2001, volvió a hacerse cargo del ministerio de Economía el ex ministro de Menem, Domingo Cavallo. El escenario económico siguió empeorando y a principios de diciembre Cavallo implementó una fuerte restricción para retirar depósitos bancarios (conocido como “corralito”). Finalmente, luego de dramáticos episodios, el 20 de diciembre de 2001 renunció el presidente De la Rúa.

En cuanto a las obras narrativas relacionadas con la “crisis del año 2001”, cabe señalar que de distintas maneras por la misma época en que se publica Las viudas de los jueves, también lo hacen otras novelas, como El grito (2004), de Florencia Abbate, o El año del desierto (2005), de Pedro Mairal. En el caso de la obra de Piñeiro, construida como un texto de corte realista, se realizan numerosas alusiones a los sucesos de la época, aunque sin mencionar nombres. Por ejemplo, sobre la vuelta de Domingo Cavallo en el año 2001 al ministerio de Economía, se dice: “Había renunciado el ministro de Economía y el presidente había puesto otro que duró sólo quince días. (...) Cuando volvió ya no tenía trabajo. El presidente lo había reemplazado por el pelado que había sido ministro de Economía del presidente anterior”.

Con referencia a la trama, esta se centra en diversos hechos que les ocurren a los habitantes de un country ubicado en el Gran Buenos Aires, llamado “Altos de la Cascada” y, si bien los sucesos relatados ocurren principalmente en el año 2001, existen referencias a otras épocas. El texto está organizado en 48 muy breves capítulos, muchos de los cuales tienen por narrador a uno de los personajes principales de la novela (Virginia Guevara), pero otros son relatados por habitantes del lugar no claramente identificados. Desde un inicio, en el capítulo 2, se plantea un enigma sobre unas extrañas muertes, enigma que se resuelve recién hacia el final de la novela: “Caminó despacio, tratando de que las copas no volvieran a chocarse y sin saber lo que recién sabríamos todos al días siguiente: que debajo de esa agua tibia, en el fondo de su pileta, se hundían los cuerpos de su marido y dos de sus amigos, muertos”. Por ello, esta obra puede verse como una novela policial.

El final de una época

Un aspecto llamativo de la novela son las numerosas y minuciosas descripciones que muestran el interés de la autora para que el lector conozca los múltiples aspectos (supuestamente típicos) de la vida en un country. Así, por ejemplo, cuando se cuenta que algunos perros sin dueño conocido merodean por el lugar, la autora aprovecha la ocasión para mencionar las razas de los perros que habría en los countries: “Se trataba de perros sin dueño (…) Perros salvajes. No nuestros perros, los golden retriever, labradores de pelo corto, beagles, border collies, chow-chow, schnauzer, bichon frise, basset hound, weimaranen, las razas más vistas paseando por la vecindad”. En este sentido, la novela podría ser leída también como una “crónica de costumbres”.

Como señalamos en el breve repaso del proceso que llevó a “la crisis del año 2001”, ciertos sectores se vieron beneficiados en el período menemista. En la novela, que también tiene cariz político, son precisamente miembros de estos sectores los que van poblando el country “Altos de la Cascada”, como señala Virginia Guevara en el capítulo 4: “La ley de convertibilidad. Un dólar, un peso. El famoso ‘uno a uno’ que nos hizo creer que otra vez podíamos, y facilitó el éxodo a lugares como Altos de la Cascada”. Sin embargo, ese ascenso social se ve dramáticamente truncado para algunos personajes de la obra con el declive económico de la última parte de los años 90, cuando se avecinaba la “crisis del año 2001”.

En suma, conjugando matices policiales, de costumbres y políticos, Las viudas de los jueves es una de las variadas formas que adoptó la narrativa argentina para dar cuenta de la mencionada crisis.

© LA GACETA

Carlos Cámpora - Licenciado en Letras, magíster en Sociología de la Cultura.

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