Mantener hábitos saludables es el propulsor a una vida sin preocupaciones, permitiendo desarrollar las actividades cotidianas de manera eficiente sin limitarnos en nuestras capacidades. A medida que pasa el tiempo, nuestras habilidades y acciones del día a día pueden verse afectadas si no cuidamos nuestro organismo, lo que puede llevarnos a desarrollar enfermedades, como las cardiovasculares, que reducen nuestras capacidades.
El envejecer es un proceso natural e inminente, es parte de nuestro transitar por la vida. Desde que nacemos iniciamos este proceso que no tiene razón en ser negativo. Cuando crecemos perdemos y ganamos: ganamos conocimientos y experiencias por un lado, sin embargo, tal vez disminuimos en algunos aspectos biológicos.
¿Qué le sucede a nuestro corazón cuando envejecemos?
Cuando envejecemos, debemos prestar mayor cuidado a nuestro cuerpo, ya que poco a poco se hace más vulnerable. Nuestro corazón puede debilitarse si no lo atendemos. Así por ejemplo, corremos más riesgo de sufrir una enfermedad cardíaca si no mantenemos hábitos saludables, ya sea alimenticios o físicos. Esto produce que las arterias se vean obstruidas por depósitos de grasa acumulados a lo largo de los años.
La buena noticia es que estos males pueden prevenirse, y las personas pueden retrasar, disminuir e inclusive evitar o revertir el riesgo, sobre todo aquellas que se encuentran en sus 50 años. Una manera de prevenir en un 80% las enfermedades cardiovasculares es a través de este ejercicio físico sumamente sencillo, que no requiere mucho tiempo ni aparatos para realizarlo.
El sencillo ejercicio que puede disminuir e incluso revertir la posibilidad de padecer enfermedades cardíacas
Para evitar el riesgo de padecer una enfermedad en el corazón, los especialistas recomiendan el ejercicio aeróbico. Este mejora el flujo sanguíneo, la función cardíaca y aumenta la resistencia. Correr, nadar, andar en bicicleta son algunos de los ejemplos. Sin embargo existe un ejercicio muy fácil, barato y sin restricciones que los mayores de 50 pueden realizar.
Entre los ejercicios aeróbicos, uno se destaca por su simplicidad y efectividad: caminar. Caminar mejora la circulación sanguínea, reduce el riesgo de enfermedades cardíacas, controla la presión arterial y fortalece el músculo cardíaco. Además la recomendación es sumamente sencilla y no requiere muchos esfuerzos: con 30 minutos al día podés anular el riesgo a padecer enfermedades en el corazón.
Sin embargo para que esta actividad sea efectiva debe realizarse de la manera correcta. Para hacerlo debés mantener la cabeza en alto, mirando hacia adelante, y relaja los hombros, el cuello y la espalda. Balanceá los brazos de manera natural y caminá con fluidez, apoyando primero el talón y luego los dedos del pie. La postura correcta garantiza que obtengás los máximos beneficios mientras evitás lesiones.