¿Por qué los especialistas desaconsejan consumir harinas refinadas?

¿Por qué los especialistas desaconsejan consumir harinas refinadas?

Este alimento está presente en casi todas nuestras comidas, aun así los profesionales no recomiendan su consumo.

¿Por qué los especialistas desaconsejan consumir harinas refinadas?
24 Febrero 2024

La harina refinada es un tipo de harina que ha pasado por un proceso que elimina el salvado y el germen del grano de trigo. Pero durante este procedimiento, se eliminan las partes fibrosas y nutritivas del trigo, dejando así la parte que contiene principalmente almidón.

Muchos profesionales de la salud consideran que la harina refinada no es saludable desde el punto nutritivo. Ya que como ya mencionamos, la parte nutritiva del grano de trigo se elimina y prácticamente consumen almidón. Los médicos explican que mientras más fina y blanca sea, menos fibra, minerales y vitaminas contiene.

Además, como este producto es principalmente almidón, las enzimas encargadas de hidrolizarlo, lo transforman en glucosa, logrando un alto índice de esta. Por lo tanto, este alimento en nuestro organismo se comporta como azúcar refinada, que es una fuente de calorías vacías.

Cinco consecuencias que puedes sufrir al consumir harina refinada

Si bien este producto en cantidades mínimas no causa efectos significativos, su ingesta excesiva y frecuente puede producir algunas reacciones indeseadas en el organismo.

- Aumenta el riesgo de diabetes: Las personas que ingieren este ingrediente todos los días tienen un alto riesgo de sufrir diabetes en comparación con aquellos que eligen las harinas integrales. Ya que contienen altos niveles de hidratos de carbono simple, que producen picos altos de azúcar.

- Producen sobrepeso: Este alimento junto con las azúcares refinadas son unos de los principales responsables por el aumento de peso y las dificultades metabólicas, según una investigación realizada por el Hospital La Paz de Madrid.

El consumo de este tipo de harina es un obstáculo para quienes buscan bajar de peso, sus hidratos de carbono ralentiza el ritmo del metabolismo y aumenta la glucosa en sangre y eleva la acumulación de grasa.

- Dificulta la digestión: la falta de fibra en las harinas refinadas produce enfermedades en el sistema digestivo y el colon. Algunos de los problemas que genera son, el estreñimiento y la inflamación, además de alterar la flora bacteriana del intestino, aumentando gases, indigestión y dolor.

- Aumenta el riesgo de enfermedades inflamatorias: Como ya dijimos, la ingesta en porciones mínimas no genera reacciones, pero su ingesta habitual puede generar respuestas inflamatorias por parte del sistema inmunitario. Esto se le atribuye a los desequilibrios que produce en la glucosa de la sangre, la cual interfiere en las funciones que transforman las proteínas en fuentes de energía para el cuerpo. Al acumularse genera una reacción llamada glicación, lo que produce un proceso inflamatorio en los tejidos sanos.

- Eleva el riesgo de depresión: Un estudio realizado por la Universidad Autónoma de Nuevo León (México) explica que la acumulación de hidratos de carbono se relaciona con la tendencia a tener depresión y bajas en el estado de ánimo. Estas sustancias, que elevan la glucosa en la sangre, alteran la química del cerebro y producen una sensación de cansancio físico y mental. Están vinculadas con los trastornos de sueño y la reducción de la productividad durante las tareas cotidianas. Lejos de brindarle energía al organismo, generan sensación de fatiga y somnolencia. Esto explica por qué, tras comerlas, algunos se sienten bajos de ánimo y con la necesidad de tomar una siesta.

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