La ola de robos de medidores de agua

Vecinos y autoridades de la Sociedad Aguas del Tucumán denunciaron la ola de robos de medidores de agua. Mientras han ocurrido daños diarios en cuadras enteras en algunos barrios -que dejan sin agua y causan serias molestias a los propietarios- la SAT hizo saber que en la Capital se registraron 429 denuncias de sustracciones de estos aparatos -se estima que unos cinco por día- y que el costo de los daños es de aproximadamente 21.000 dólares. Los vecinos damnificados, por su parte, manifestaron su malestar ante la falta de respuestas y la demora y los gastos que tienen para solucionar el problema.

Según un informe compartido desde la SAT, los ataques fueron sectorizados. De las 429 denuncias, 49 casos tuvieron lugar dentro de las cuatro avenidas, principalmente, entre el 21 de noviembre y el 27 de diciembre de 2023, y finalmente entre el 3 y el 29 de enero. Tomando de referencia las avenidas Mate de Luna, 24 de Septiembre y Benjamín Aráoz, en zona Sur se denunciaron 94 robos. La mayor cantidad de robos en esta zona se registraron el mes pasado. La mayoría de las denuncias se registraron en zona Norte. Más del 60% de los robos fueron en este sector de la capital, durante todos los meses. Más del 95% de los casos denunciados se registraron en la capital. El resto de los casos informados fueron de Yerba Buena, Las Talitas y Tafí Viejo. “Esta modalidad delictiva ha experimentado un crecimiento significativo en los últimos seis meses, como consecuencia del sustancial desarrollo de un redituable ‘mercado negro’ en el que se comercializa el bronce contenido en los medidores sustraídos”, aseguró el titular de la SAT. “También generan un desperdicio de agua potable”, añadió.

En la zona de Jujuy al 800 los vecinos dijeron que  hay robos todos los días. “Acá robaron en toda la manzana. En La Rioja robaron cinco, en la Rondeau como cuatro, en el pasaje le sacaron a casi todos y acá sólo quedaron tres medidores sin tocar”, indicó un vecino. Merced a que varios episodios fueron captados por cámaras de seguridad privadas, la gente explicó cómo operan los ladrones: suelen ser uno o dos chicos, de contextura joven, que se movilizan a pie con mochilas, bolsas de consorcio y elementos metálicos -cuchillos, destornilladores, pinzas- y aprovechan los momentos en los que no hay movimiento en el barrio para atacar. “En los videos se ve que se sientan al lado de donde está el medidor, sacan la tapa con mucha facilidad, meten la mano con la herramienta, sacan el medidor, lo guardan en la bolsa y se van”, explicó una vecina.

Los damnificados se organizaron a través de grupos de WhatsApp para presentar una nota exigiendo a las autoridades de la SAT y de la Policía que implementen medidas de seguridad para contrarrestar los daños. “Presentamos hace 15 días la nota, también la hicimos llegar a la Defensoría del Pueblo pero aún no supimos nada. No entendemos por qué estamos así porque no es que vivamos en una zona alejada, la comisaría está cerca, y lo mismo pasan estas cosas y no nos dan una respuesta”, dijo una vecina. El titular de la SAT dijo que se está haciendo todo lo que está a su alcance para acabar con este flagelo, aunque manifestó su disconformidad por lo que considera una respuesta judicial liviana ante un capturado in fraganti. “Al acusado no se le dictó la prisión preventiva. Si bien es cierto que se trata de un delito excarcelable, los funcionarios deben tener en cuenta el daño que generan”, dijo.

Se sabe que hay varias personas detenidas en los últimos días por estos robos, pero por tratarse delitos menores y porque algunos son personas adictas o en situación de calle, la respuesta punitoria es liviana y en realidad es particular, no toda la raíz socioeconómica del problema, que es la marginalidad en que viven varios sectores de la población y el crecimiento de un mercado negro para la compraventa de estos metales. Correspondería estudiar el movimiento de este mercado y a los autores de los robos -se sabe que hay fiscalías que están haciendo investigaciones profundas al respecto- a fin de que se determine una estrategia de seguridad que dé respuestas preventivas a los vecinos.