No son pocos quienes, sin padecer alguna enfermedad, deciden eliminar de su alimentación las harinas. Y si bien cada vez hay más evidencia de lo perjudiciales que son las harinas refinadas para la salud en general, lo cierto es que, cuando se habla de “dejar las harinas”, se hace referencia a todos los alimentos que contienen almidones, como el pan, galletas, pastas, papa, maíz, entre otros.
De esta forma, la alimentación se basaría en el consumo de frutas, legumbres, verduras, hortalizas, carnes, aves, pescados, huevos y lácteos, entre otros. Aunque sí se puede mantener una dieta donde se reemplazan las harinas refinadas por integrales, ya que estas conservan las fibras, vitaminas y sus minerales.
Los efectos de dejar las harinas
El descenso de peso es la primera consecuencia de dejar este alimento, ya que se reduce de forma considerable el aporte de carbohidratos. Además, las personas experimentan una mayor sensación de saciedad y reducción del apetito, porque las harinas sin refinar contienen fibra, por lo que el hambre tarda en aparecer.
La disminución o restricción en el consumo de almidones previene el riesgo de diabetes, según una investigación realizada por el Hospital Universitario Miguel Cervet, en Zaragoza, España. Asimismo, los triglicéridos disminuyen, ya que el hígado dejará de crear la grasa que se genera a partir del exceso de glucosa, que aportan los carbohidratos.
Como consecuencia de esto, también se regulan los valores de presión arterial, que junto con los factores antes mencionados (diabetes, obesidad, síndrome metabólico, etc.) aumentan el riesgo de padecer problemas cardiovasculares.
Cambios en el primer mes de dejar las harinas
Es probable que haya una disminución de los niveles de energía, porque los carbohidratos son la principal fuente de energía para el cuerpo, por lo que su ausencia inicial puede causar fatiga y letargo. Sin embargo, a medida que pasen los días habrá una mejora en la digestión, reduciendo la hinchazón y el malestar abdominal.
Sobre el peso, es probable que se vea una ligera pérdida de peso en las primeras semanas, porque se eliminó la ingesta de calorías vacías, provocando la disminución en la retención de agua.
¿Es recomendable dejar totalmente las harinas?
Los carbohidratos sirven como combustible al corazón y cerebro, por lo que ocupan entre el 50% y 55% de los alimentos ingeridos durante el día. Aunque el consumo excesivo si es perjudicial a la salud, no se pueden eliminar por completo las harinas, ya que esto traería otros problemas.
Lo ideal es reducir el exceso y para esto es necesario encontrar opciones saludables para reemplazarlas por alimentos nutritivos que aportan los carbohidratos necesarios.