22 Febrero 2024
En las elecciones generales del 22/10/23, se eligieron los legisladores de los distintos partidos políticos, que representan a los ciudadanos que los votaron y tienen la obligación de sostener los programas que propusieron. Por eso, llamarles ratas como lo hace el Presidente, por enfrentar el intento de instaurar un régimen autocrático, por defender el patrimonio público y los derechos de la población, es inaceptable. Tratar de ratas a los diputados y senadores por mantener sus convicciones y honrar el contrato político con sus electores, equivale a considerar también como ratas a los millones de argentinos que los votamos para que defiendan la democracia y un modelo de nación soberana, desarrollada y solidaria. Por otro lado, si sólo por ejercer sus funciones constitucionales, el Presidente considera al Congreso como un nido de ratas, pone en evidencia su desprecio por la división republicana de poderes, y lo convierte en una peligrosa amenaza autoritaria al sistema institucional. Mientras miente que representa al 56% de los argentinos, llama a legisladores y gobernadores dialoguistas, a los que decidieron apoyarlo hasta el límite de lo razonable, traidores, basuras, casta y a los políticos excremento. Publica listas con ellos. Decide fundir y dejar sin un peso a las provincias. Desregula las obras sociales. Termina con la obra pública. Sube los combustibles, alimentos, gas, electricidad, para que ganen más las empresas, con lo que dispara el precio de los servicios. Mientras, quita el incentivo docente y el subsidio al transporte, y deprecia salarios y jubilaciones. Cuidado. Este camino de señalar como enemigos y deshumanizar a los que piensan o proponen distinto, tiene en la historia ejemplos y resultados marcados por el horror. Sobre todo, si se envalentona a ejecutar sus designios “cueste lo que cueste y caiga quien caiga”. ¿Qué quiere decir con esto? Es hora de poner un freno a la violencia y a la prepotencia del poder económico enmascarado tras el narcisismo autoritario de Milei. Los partidos políticos tradicionales con sus legisladores, y el Poder Judicial tienen la responsabilidad institucional de aislar a la extrema derecha y pisar los huevos de la serpiente.
Miguel Camel Nacul
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