Tucumán fue sede del primer encuentro regional del “Consejo de las Provincias Productoras de Bioenergías”, un evento en el que se reunieron secretarios de Energía e instituciones dedicadas a promover el uso de biocombustibles y energías renovables. El objetivo del encuentro fue unir esfuerzos para crear un espacio de intercambio y establecer una agenda energética fomentando la sostenibilidad y la bioproducción en los territorios.
Participaron representantes de Tucumán, Salta, Jujuy, Córdoba, Entre Ríos y Santa Fe. Entre los retos se resaltó la necesidad de abordar políticas públicas a mediano y largo plazo para poder guiar el futuro de un sistema energético regional y nacional.
El evento fue encabezado por el vicegobernador, Miguel Acevedo, en el Salón Blanco de la Casa de Gobierno. “Es algo muy importante para las provincias involucradas y todo el país, en defensa del ambiente y de las economías regionales. Celebro que esto se dé así, porque la Argentina necesita establecer diálogos para desarrollar políticas de estado”, comentó.
El vicegobernador, a cargo del Poder Ejecutivo, estuvo acompañado por el presidente subrogante de la Legislatura, Sergio Mansilla; y los ministros Daniel Abad (Economía y Producción), Santiago Yanotti (Obras Públicas) y Susana Montaldo (Educación). También asistieron el gerente del Instituto de Promoción del Azúcar y el Alcohol de Tucumán (IPAAT), Jorge Etchandy, y el secretario de Energía de Tucumán, Ricardo Ascárate, entre otros.
Este último opinó que Tucumán tiene que seguir el ejemplo de Córdoba, que en la provincia aplica cortes distintos de alcohol de maíz en la mezcla de combustibles. “Nosotros tenemos un parque vehicular del Estado que deberíamos comenzar ya a utilizar. Vamos a trabajar con las alcoholeras y petroleras con cortes del 15%, 20% y 27% con bioetanol a partir de caña de azúcar”, dijo.
Ascárate continuó: “esto va más allá del biocombustible. Es una cuestión de la economía circular y la utilización de biotecnología. En Tucumán tenemos tres ingenios con cogeneración de energía en la que se aportan 50 megavatios de potencia al sistema interconectado de forma permanente con el residuo de la industria azucarera. Esto lo tenemos que hacer con residuos de citrícolas, con los residuos urbanos y biogás en plantas de líquidos cloacales. La biotecnología nos tiene que impulsar a usar energías renovables y a la economía circular”.