Preolímpico "Copa de las Américas" de 1995, el torneo que convirtió a Tucumán en el centro del básquet continental
Además de tener el tinte de que significó la vuelta a los Juegos Olímpicos tras 44 años de ausencia (la última vez había sido en Helsinki 1952), el torneo Preolímpico “Copa de las Américas” de 1995 es un gran recuerdo para los amantes del básquet tucumano. No solo porque significó la primera vez que el país albergó un certamen de estas características, sino porque, desde el 15 al 19 de agosto de ese año, la provincia se convirtió en el epicentro del básquet continental. Así, Bahamas, Barbados, Brasil, Canadá, Cuba, Puerto Rico, República Dominicana, Uruguay, Venezuela y la “albiceleste” vivieron un torneo que tuvo todos los condimentos posibles.
Para el mundo del básquet argentino, la designación de Tucumán fue una verdadera sorpresa inesperada debido a la diferencia de infraestructura. Tal fue así que el puertorriqueño Jenaro Marchard, presidente de la Confederación Panamericana de Basquetbol, calificó de “milagroso” a la organización del certamen. “En 24 días pusieron el estadio de Villa Luján de acuerdo con el pedido”, declaró a LA GACETA en medio del certamen continental. “Es el día más feliz de mi vida”, decía el dirigente tucumano Horacio Muratore, titular de la CABB, en la inauguración del torneo.
Es más, de manera meteórica, el estadio tuvo que reinstalar el parqué flotante, los aros rebatibles, los tableros indicadores, las salas VIP de prensa, de comisión técnica y de autoridades, más los sistemas de luces y audios. Incluso, la prueba piloto de las condiciones edilicias del estadio se realizó cuatro días antes del inicio del torneo, cuando dos combinados locales jugaron un partido amistoso. “Si bien la inversión inicial de 150.000 dólares la efectúa el gobierno, esa suma se recupera rápidamente a través de la venta de entradas y de publicidad. Lo que se invierte se recupera y no existe déficit alguno para el erario de la provincia”, aseguraba Raúl Fernando Griet, por entonces subsecretario de Deportes de la Provincia, días previos a la competencia. Incluso, con el objetivo de tener las tribunas colmadas de asistentes, se entregaron más de 2.000 entradas por día para que los estudiantes públicos pudieran asistir a los primeros dos partidos de cada jornada.
La primera Selección en arribar a la provincia fue Canadá, que llegó a Tucumán sin su máxima figura “Rick” Fox, quien por aquellos años defendía los colores de Boston Celtics. Sin embargo, iban a ser uno de los seleccionados que iban a dar que hablar en aquellos días debido a la presencia de un joven universitario: Steve Nash. El base ídolo de Phoenix Suns y dos veces MVP de la NBA (en las temporadas 2004/05 y 2005/06) fue el “cerebro” de la selección canadiense. A modo anecdótico, una multitud de tucumanos pudieron apreciar su calidad en un entrenamiento del seleccionado en Tucumán BB.
Como dato de color, se debe mencionar que todas las selecciones extranjeras se alojaron en el ex Grand Hotel junto a las autoridades del certamen. No obstante, la Selección nacional optó por concentrarse en el hotel Metropol.
Asimismo, República Dominicana iba a ser una de las sensaciones del torneo. En sus filas contaban con una de sus grandes promesas: Luis Felipe López, quien tres años más tarde defendió los colores de Vancouver Grizzlies. “Tuvimos problemas antes de viajar y recién estamos consiguiendo nuestra condición ideal. Nos sentimos capaces de lograr el pasaje a Atlanta”, dijo, a quien se lo denominaba como “Jordan” dominicano. Además, contaban en sus filas con Tito Horford y José “Grillo” Vargas.
Otras de las novelas del torneo estaba en el seleccionado de Puerto Rico. Luego de los Juegos Panamericanos de Mar del Plata, 11 jugadores fueron sancionados debido a que habían amenazado retirarse del certamen si no les pagaban los montos prometidos. Debido a esta situación, el Comité Olímpico del país caribeño suspendió a los basquetbolistas hasta 1996 y, pese a las cartas de arrepentimiento, la sanción no se revocó. Pese a ello, llegaba con grandes jugadores como Georgie Torres, Jerome Mincy, “Piculín” Ortiz y Ramón Rivas.
Brasil, en tanto, llegaba como otro de los grandes candidatos principalmente por la presencia de Oscar Daniel Bezerra Schmidt, uno de los grandes basquetbolistas sudamericanos. Tal fue su influencia en el juego que, en 2013, ingresó al Hall of Fame sin haber disputado un solo minuto en la NBA. Justo ese año, “Mao Santa” había sido traspasado desde Fernet Branca Pavia al Forum de Valladolid por la exorbitante cifra de un millón de dólares. “El favorito es Argentina. El equipo local siempre tiene una diferencia a su favor y esta vez no será la excepción”, decía en la previa al certamen.
Argentina llegaba con el objetivo de volver a los Juegos Olímpicos. De la mano del DT Guillermo Vecchio, la selección atravesaba un “recambio generacional”. “Fuera de Marcelo Milanesio y Esteban Pérez, el resto está entre los 19 y 25 años. Algunos pueden pensar que tanta juventud nos puede perjudicar, pero es una apuesta que hemos hecho. Fuimos buscando conformar el mejor plantel. Ese es el equipo de mis sueños”, decía el entrenador.
También, se debe mencionar a Uruguay, que llegaba como campeón sudamericano, o Venezuela, quien no pudo contar con la presencia del alero Carl Herrera, quien se consagró bicampeón de la NBA con Houston Rockets.
Como describía el entrenador, el equipo conformado para la gesta histórica era un mix entre experiencia y juventud. Además de apostar a grandes figuras de la Liga Nacional como Daniel Farabello, Juan Alberto Espil o Diego Osella, el equipo sembraría las semillas de dos pilares que, tiempo después, serían parte de la generación dorada: Fabricio Oberto y Rubén Wolkowyski. Por otro lado, se debe mencionar que solamente hubo un jugador convocado desde el exterior: Marcelo Alberto Nicola, quien defendía los colores del Taugres de España. “Quedar afuera de los JJ. OO. será un retraso para todo el proceso”, anticipaba en la previa.
Pese a la algarabía del certamen, hubo uno que otro inconveniente en la organización. Según detallan las crónicas de la época, la organización de los horarios de entrenamientos fue uno de los escollos a superar por los seleccionados. Incluso, un retraso de los cubanos cayó mal en el resto de los planteles que tuvieron que reorganizar su agenda y también hubo un intercambio de reproches cuando los venezolanos intentaron desalojar a los canadienses.
Una vez comenzado el certamen, Argentina cosechó tres victorias y una derrota que lo dejó en el segundo puesto de la clasificación de la zona “B”. Pese al buen rendimiento mostrado en las primeras jornadas, lo cierto es que la caída frente a Brasil fue un duro “palo” para la Selección que todavía presentaba ciertas dudas a la hora de cerrar el partido. No obstante, los resultados obtenidos le alcanzaron para pasar a la segunda instancia que se desarrolló en el estadio “Ruca Che” de Neuquén.
Pese a toda esta situación, la provincia no fue esquiva a las críticas por la organización. “El estadio no estaba acorde con la magnitud del torneo, como por ejemplo los vestuarios que eran muy pequeños. Se lo podría haber realizado en Mar del Plata o Bahía Blanca. Y, con respecto a la gente, salvo en esta noche ante Brasil, no sentimos ese calor del público. Sé que los horarios no eran cómodos y la situación económica está dificilísima, pero sinceramente esperábamos más”, reprochaba Espil, tras la derrota con la “verdeamarela”.
Más allá de ello, el Preolímpico significó una de las grandes competencias que albergó la provincia durante el siglo XX. Un torneo que, cada vez, parece más lejos de realizarse en la provincia, pero que quedó guardado en las páginas doradas del deporte tucumano.