Si durante el invierno el deportista piensa en “cómo llegar al verano”, en tiempos estivales el sentido de la pregunta cambia de temporada y regresa al frío, con una salvedad. Si hablamos de actividad física, independientemente de la disciplina que nos tire, hay una línea que el deportista amateur o profesional jamás debe de cruzar. De hecho, es la más importante, porque se trata de renovar votos de confianza entre el corazón y las ganas de salir a comernos la cancha: ante cada inicio de temporada, es fundamental someterse a estudios médicos de rutina.
Incluso, deberíamos tomarnos con la seriedad que merece el tema saber que no debemos dar comienzo a la “pretemporada” si no nos realizamos una ergometría, como tampoco deberíamos compartir un grupo de entrenamiento o estar bajo el mando de un entrenador si es que estos no priorizan la prevención antes que la facturación.
Carolina González, médica cardióloga y deportóloga, te lo explica de la manera más sencilla posible. “No postergues tus controles médicos, ya que hacerlos ayuda a evitar problemas cardiovasculares”. Con el corazón no se embroma. Es importante para nosotros saber cómo está, sobre todo si empezamos de cero (o no) una actividad física que requiera una exigencia aeróbica y anaeróbica.
“Son claves, los estudios cardiovasculares”, aporta Marcelo Montoya, subsecretario de Salud de la provincia y quién está a cargo del cuidado del plantel profesional de Atlético Tucumán. “Dependiendo del grupo etario, debemos pasar por un exámen físico, además de los cardiovasculares”, agrega Montoya mientras aporta información al respecto.
“La principal causa de muerte súbita en menores son las cardiopatías congénitas. Para detectarlas, es importante hacer un ecocardiograma, por ejemplo. Después, en mayores de 35 años, la mayor causa de muerte súbita en el deporte son las enfermedades coronarias o los infartos, entonces eso sí está relacionado con lo que ‘te dice’ una ergometría, que es la detección de arritmias o infartos”.
¿Qué es la ergometría? Una prueba de esfuerzo que puede hacerse en una bicicleta fija o bien en una cinta de correr. Los resultados serán iguales, aunque dependiendo a lo que te dediques te convendrá más una que otra.
Mediante ejercicios físicos intensos de corto período, se evalúa si hubo o no alteraciones en el corazón. Se trata de descartar enfermedades coronarias. “Si tenés la posibilidad, sería importante que la ergo se adapte al deporte que vos practicás. Si hacés pedestrismo, mejor hacerla en cinta. Si hacés ciclismo, mejor hacerlo en bicicleta. También hay cicloergómetros, digamos, para los que hacen deportes acuáticos como kayak”, cuenta Montoya.
Señales del cuerpo
¿Cómo podemos identificar si estamos en problemas? Si en plena actividad una persona sufre palpitaciones, dolor de pecho, falta inusual de aire, aumento de la presión arterial o de la frecuencia cardíaca, es vital consultar con el médico. Si sufrió un síncope (pérdida del conocimiento o desmayo-, ni hablar. “Hay que saber escuchar al cuerpo”, pide Montoya.
Insistiendo con el tema, González aclara que la ergometría es un exámen de rutina que no tiene nada de invasivo, todo lo contrario. “Es fundamental”. No importa si uno se siente bien, siempre es mejor prevenir antes que curar. Una ergo es un excelente parámetro, por ejemplo, para “personas sanas, pero sedentarias que quieren conocer cómo reacciona su cuerpo ante el deporte”. Lo mismo para personas con hipertensión arterial, y la lista continúa.
Escuelitas de fútbol
Transcurrida la última etapa del verano para los peques, los mensajes de bienvenida de sus respectivas escuelitas de fútbol, rugby o hockey, por ejemplo, vienen con un mensaje aclaratorio escrito en cursiva y pintado en negrita: sin el “apto físico aprobado” no podrán jugar ni practicar.
Evaristo Castellanos, médico cardiólogo, hace principal hincapié en cimentar la educación sobre no “dejarnos estar en el tiempo y cumplir con las obligaciones que los exámenes de rutina nos exigen, a nosotros como adultos pero sobre todo a nuestros hijos”.
“En adultos, la ergometría sirve para evaluar tu respuesta de la presión arterial al esfuerzo; evaluar arritmias en esfuerzo; descartar cardiopatía isquémica, su capacidad funcional y evaluar su rendimiento deportivo”, explica el especialista y expone, por ejemplo, una patología que podría encontrarse a través un ecocardiograma en los menores.
“La evaluación puede servir para detectar wolf parkinson white, un síndrome caracterizado por una vía eléctrica adicional en el corazón, que provoca un latido acelerado. Se da en pacientes de entre 11 y 50 años”, dice y sigue.
“Ya sea en menores o adultos, el test puede ayudar a dar con una estenosis aórtica, que es un estrechamiento en la aorta. Puedo seguir dando ejemplos, pero creo que lo más importante es tomar conciencia y ser más precavidos con nosotros mismos y también con nuestros seres queridos”. Y vos, ¿ya fuiste al médico?