14 Febrero 2024
UNA METÁFORA DEL AMOR. Paula Díaz y Nicolás Bretone disfrutan de las vistas que ofrece el puente de la avenida Mate de Luna durante la noche. LA GACETA / FOTOs DE JOSé NUNO
¿Acaso hay mejores sitios que otros para besar a la persona amada? Pareciera que cualquier lugar y momento son buenos para abrazarse. Sin embargo, hay entornos que se muestran particularmente románticos. De hecho, muchos de esos espacios se convierten, con el tiempo, en rincones emblemáticos a los que, una y otra vez acuden los enamorados a expresar su pasión. LA GACETA hizo un recorrido por algunos de ellos y también les preguntamos a algunos tucumanos cuáles son sus preferidos.
1) En la Mate de Luna
“Usa el amor como un puente”, propone Gustavo Cerati en una de sus canciones más reconocidas que, precisamente, se llama “Puente”. Es que esas pasarelas que unen espacios alejados funcionan como metáfora de la construcción del amor, que rompe barreras y une a los que se atrevan a cruzarlo. Tal vez por eso el que está ubicado en avenida Mate de Luna al 2.100 se constituya como una buena opción para las parejas que buscan intimidad. Y de paso, disfrutan de una buena vista de ese sector de la ciudad, lo que lo hace ideal para tomarse unas selfies. “Es hermoso estar aquí arriba, sentir el aire en la cara. Es un buen lugar para darse un beso, medio de película”, confesó Paula Díaz, que junto a su novio, Nicolás Bretone, celebraron ocho años de su relación.
2) El Rosedal
El parque 9 de Julio, con sus variados jardines y rincones donde disfrutar al aire libre, es el sitio romántico por excelencia en la ciudad. Claro que tiene sus espacios preferidos. Es el caso del Rosedal, cuyo jardín de rosas y la galería circular que lo rodea, techada de enredaderas, presentan cierto aire clásico.
CAMINO AL MATRIMONIO. Pedro y Elizabeth eligen El Rosedal.
Entre la naturaleza y los colores suelen pasear parejas como Pedro Galarza y Elizabeth Paz, que ya tienen planes de casarse y aprovechan sus días libres para disfrutar del principal paseo público de los tucumanos. “Es hermoso, siempre que tenemos tiempo aprovechamos para darnos una escapadita Es un lugar muy tranquilo y colorido”, afirmó Pedro mientras sostenía la mano de su futura esposa.
3) Reloj de flores
Otro espacio emblemático del parque es el reloj floral, por donde durante años los novios pasaban al salir de la iglesia, recién casados, a tomarse fotos. Además, es un reloj único en el país. Allí sorprendimos a una pareja santiagueña que eligió nuestra provincia para sus últimos días de vacaciones.
EN EL RELOJ FLORAL. Héctor y Rosa se ríen juntos y se unen en un beso.
“Llevamos juntos 24 años con mi esposa y tenemos una hija. Así que vinimos desde Santiago en familia a conocer el lugar”, detalló Héctor Colombres, y cerró la declaración besando a su esposa, Rosa González.
4) Plaza Independencia
El paseo central de la capital también es conocido porque se puebla de parejas de todas las edades, provenientes de distintos lugares de la provincia y del país. Allí encontramos a Irma Ríos de Colina e Ignacio Colina, que llevan 53 años casados y por primera vez viajan desde La Rioja para vacacionar en Tucumán. Sentados ante la zona de la fuente de la plaza mencionan el secreto de su duradera pareja. “La clave es el respeto, la comunicación y la paciencia. Después, el amor prevalece por sobre todas las cosas”, afirma Irma, mientras Ignacio asiente.
PERDURAR. Irma e Ignacio celebran su amor en la capital tucumana
5) Parque Guillermina
El parque Guillermina puede otra buena opción. Solana Paz y Juan Pablo Robledo son una pareja de jóvenes que llevan juntos un año y siete meses y que entre convivencias y viajes disfrutan de los lugares verdes y naturales para pasar tiempo juntos. “Yo creo que elegiría cualquier parque, ya sea el Guillermina o el 9 de Julio para pasar un momento romántico con mi novio”, apuntó Solana. (Producción periodística: Leandro Díaz)
TURISTAS. Una pareja que vino de Buenos Aires hace gala de su pasión.
Solo Dios como testigo: quién fue San Valentín y cuál fue su destino
El sacerdote Valentín creía firmemente en la unión entre las parejas y por eso se opuso a la medida dispuesta por el emperador Claudio II que había prohibido el casamiento de los soldados jóvenes.
Así que el religioso decidió continuar con los casamientos de manera secreta. Los celebraba en sitios secretos, sin más testigos que Dios. Cuando Claudio II se enteró, mandó capturarlo y ejecutarlo.
Valentín fue encarcelado, y según cuentan algunas versiones, el oficial encargado de apresarlo se burló de él y en su intento por ridiculizarlo lo puso a prueba. Le pidió que le curara la ceguera a su pequeña hija, llamada Julia. El cura aceptó y a los pocos días la niña recuperó la vista. El guardia, atónito, le agradeció y desde ese momento se convirtió en un devoto del cristianismo. Sin embargo, el milagro no fue suficiente para hacer cambiar de opinión al emperador y el 14 de febrero de ese mismo año Valentín fue decapitado cerca de una puerta que más tarde fue nombrada “Puerta de Valentín” para honrar su memoria. Luego de su muerte, Julia, agradecida por haberle devuelto la capacidad de ver, plantó junto a su tumba un almendro de flores rosadas. Por ello, además, el nombre Valentín está asociado a la valentía.
Orígenes: cómo nació esta celebración
En muchos países se celebra el 14 de febrero el Día de los Enamorados o el Día de San Valentín. Esta festividad tiene sus orígenes en el cristianismo en conmemoración de un sacerdote llamado Valentín que vivió en Roma en el siglo lll. La historia varía, pero la versión más aceptada es que San Valentín fue un mártir ejecutado por el emperador romano Claudio II porque casaba soldados en forma secreta y desafiando la orden del César, que consideraba que los solteros sin familia eran mejores soldados. Con el tiempo se ha convertido en una festividad secular que celebra el amor entre las parejas sin importar su religión o creencias y se acostumbra intercambiar presentes.
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