Se carnavalea sin prejuicios en Minas Gerais

(Belo Horizonte, Brasil). -Son las 10 de la mañana del sábado 10 de febrero de 2024 cuando un mensaje simple da inicio a la fiesta. “Hagan mucho ruido” es la indicación que los animadores dan -desde un camión en altura- a su público. Con esa señal la espera termina para cerca del medio millón de personas que se ha reunido en la avenida Alfonso Pena de Belo Horizonte (BH, en Brasil) con el fin de participar de la festividad popular más grande de esa nación. Con glitter, con “fantasias” (disfraces), con más o menos ropa, pero con la misma alegría, jóvenes de todo el país y del extranjero se dan cita para participar del carnaval más libre (y ahora de los más convocantes) del país.

Las reglas son claras: usar muchos colores y vestimenta osada. Hombres y mujeres optan por prendas de red en tonos flúor, por lentejuelas o por algún poco de tela para tapar “lo que no debe verse”. Hombres de vestido, parejas combinadas en colores o en disfraz… En realidad, casi todo está permitido con tal de disfrutar. De hecho, la única premisa es danzar y cantar.

Brillos al amanecer

Belo Horizonte está a 2.800 kilómetros de San Miguel de Tucumán. Mientras en la provincia se terminan los preparativos para el carnaval de Amaicha del Valle, en la capital del departamento de Minas Gerais la fiesta explota. Allí llegó LA GACETA, gracias a una invitación de Embratur (la agencia oficial de turismo de Brasil). La propuesta es vivenciar de primera mano uno de los carnavales que más se expandió en los últimos años.

“Nosotros nacemos con el carnaval en la sangre”, resumió el influencer mineiro Gustavo Tubarão. “Y creo que todo eso que sentí de niño ahora se está difundiendo, y hace que esta fiesta crezca año a año”, añadió. Gustavo tiene más de 10 millones de seguidores y llegó al carnaval para celebrar como uno más. Es que de un tiempo a esta parte, la juventud brasileña ha adoptado a este carnaval como propio. Tanto que, en menos de 10 años, la afluencia se multiplicó casi nueve veces. Para este 2024 se calcula que asisten, en total, cerca de 5,5 millones de celebrantes. La pregunta clave es una: ¿qué tiene de distinto este carnaval?

La fiesta empieza a las 10, pero en realidad se vive desde antes. Cuando el sol sale ya hay brillos en la calle. “Nada es mucho”, aconsejan en las tiendas que venden accesorios carnavaleros. Se llevan vinchas y aros de lo más diverso, y atuendos originalísimos combinados con todas las formas posibles del maquillaje. Ese libre albedrío da un spoiler de lo que se va a vivir en la vía pública.

Mercury inaugura

La frase que se escucha por las ruas es “A libertade mora em Minas” (la libertad vive en Minas). Vestirte como quieras, danzar con quien quieras y sentirte libre. Pasadas las 10 eso es lo que se respira: tímidamente terminan de arribar los últimos visitantes. Alguna que otra canción prepara el ambiente, pero, cuando suena “O canto da cidade”, de Daniela Mercury, los participantes se miran, sonríen y finalmente comienza el baile.

En ese momento, Bruno y Rafael dan sus primeros pasos, y se roban todas las miradas. Son pareja y han llegado disfrazados de Venus y de Serena Williams. “Fue una idea aleatoria, pero al final nos gustó porque son poderosas. Yo, por supuesto, soy Venus, la hermana que más premios tiene”, dice Rafael. Y reflexiona: “este es un carnaval sin prejuicios y muy inclusivo”.

Audacias

En los últimos años, BH se ha convertido en uno de los puntos turísticos más elegidos por el colectivo LGBT, pero no es el único público que opta por la ciudad. “Las personas aquí son muy hospitalarias. Te tratan de una forma diferente. Y creo que el que viene aquí va a sentirse acogido”, dice Ana Luísa. Entre los miles de colores que decoran las calles, ella eligió el rosa, para estar en composé con el bloque (bandas callejeras que animan el carnaval) que abrió la fiesta, llamado “Quando come se lambuza” (algo así como “Cuando comes, te ensucias”).

Con homenajes a las mujeres de la música, la mañana del primer día se vive entre temas de íconos brasileños, como Mercury, Rita Lee o Maria Bethania, pero, también, con nuevas voces, como Anitta o Marília Mendonça (muy homenajeada ya que falleció en 2021). El bloque de la mañana posee alrededor de 200 músicos y otros centenares de bailarines, que hacen las acrobacias más audaces: no sólo samban, sino que se animan con piruetas que sorprenden a los turistas.

Pero la fiesta no transcurre en un sólo lugar: al mediodía parte en paralelo el bloque da Calixto para recorrer la avenida Getúlio Vargas. Este grupo es diferente a los demás porque rinde tributo a las músicas de la década de 1980, época en la que comenzó a funcionar el grupo. Y allí el carnaval se mezcla: padres e hijos, grupos de amigos de todas las edades, y familias completas se dan cita para bailar y para cantar hasta tarde. Es que este día sólo es una “probadita” de lo que vendrá en las próximas jornadas en una de las ciudades de Brasil más elegidas para carnavalear.