Asia Central, un mercado a explorar
Pese a la crisis inflacionaria y el sinceramiento de precios, las expectativas de producción argentina son buenas. Asia Central es una región con una población de más de 80 millones de personas que necesita frutos, que se está abriendo al mundo. Oportunidad para ofrecer frutos de contraestación y cítricos, en especial limón y mandarinas.
Con el inicio de un año que debería ser bisagra para la producción agropecuaria nacional, las expectativas de producción son buenas a pesar de la actual crisis que se sufre con la inflación y el sinceramiento de precios en todos los rubros y con la inestabilidad climática que se viene dando en los dos primeros meses del año.
El sector productivo sigue a brazo partido trabajando para producir alimentos de la manera más eficiente posible y buscando que los costos que siguen subiendo puedan ser manejados para lograr llegar a cosecha mejor posicionados y que, por supuesto, el precio de venta de lo que se produce acompañe.
El mundo productivo sigue con atención en lo que pasa en nuestro país y en Brasil en lo referente a la producción de granos que está a full y cuál es la influencia del clima en los resultados posibles que se pueden lograr.
En cuanto al resto de las economías regionales, en lo referente a la producción citrícola, azucarera, ganadera y demás que se realizan en las diferentes zonas productivas del país, también hay expectativas.
Durante estos días salió publicado un interesante artículo realizado por Carolina de Francesco de Topinfo en el cual da a conocer en detalle lo que actualmente pasa en la zona de Asia Central, constituida por Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán, Turkmenistán y Uzbekistán, siendo una región de disputas y contrastes entre Rusia y China
Región árida
Cultural e históricamente estos países se caracterizaron por sus pueblos de tradición nómade y por haber formado parte de la llamada Ruta de la Seda, que fuera el eje comercial entre oriente y occidente.
La región se caracteriza por su aridez, que dificulta el desarrollo de la agricultura, y por su distancia al mar. Esto determinó que sea una región de muy baja densidad poblacional y pocas ciudades de mayor tamaño.
Estos países comparten haber sido ex repúblicas soviéticas. La caída de la URSS determinó la independencia de estos países prácticamente en simultáneo durante diciembre de 1991, dando lugar a distintos procesos de formación de nuevos Estados, que, si bien fueron diferentes en cada caso, compartieron ciertas características: los antiguos oficiales soviéticos continúan, de una forma u otra, ostentando la mayor parte del poder en la región.
Proceso de apertura
Por su ubicación geográfica y su historia, la región mantiene lazos comerciales principalmente con Rusia, China y sus países vecinos. En menor medida lo hacen con la Unión Europea. La articulación con el hemisferio sur es reducida, en caso del comercio frutícola prácticamente nula. Son países muy lejanos, con una cultura desconocida. A esto se suma que fueron países muy cerrados durante muchos años; sólo en el último tiempo se están abriendo al mundo. Pero actualmente podrían ser una oportunidad. Cuentan en conjunto con una población de más de 80 millones. Una parte de la misma está teniendo un buen nivel económico y se están interesando por la cultura occidental, buscando diversificar su alimentación, interesándose por nuevos productos y una comida más sana.
Por otro lado, la oferta frutícola local es restringida. El clima desértico y continental, con un invierno largo y muy crudo, limita las posibilidades. La producción de frutas se centra en las: manzanas, sandías, uvas, damascos y granadas. La fruta se consume localmente y durante la estación. En caso de las pomáceas no tienen aptitud para un buen almacenaje.
Posibilidades
Para disponer de fruta todo el año importan fruta de sus países vecinos. Por lo cual hay posibilidades para la fruta de contraestación desde el hemisferio sur. Puede haber interés por cítricos, en especial el limón y las mandarinas. También para uvas, manzanas y peras vemos oportunidades, en especial porque la producción local es acotada, estacional y de menor calidad. Países como Uzbekistán y Kazajistán pueden ser mercados interesantes, al tener la mayor población, un sector en ascenso económico y haberse abierto al mundo, por lo que no se debería dejar de lado analizando posibles aperturas de mercados con estos países.
Nuestro país necesita que produzcamos más y mejor y que tengamos cada vez más consumidores de otras regiones remotas del mundo que busquen y necesiten nuestros alimentos.