Ante el incesante calor del verano, con temperaturas máximas por arriba de los 30°C, las ciudades se ven en un desafío atravesado por las elevadas temperaturas que perjudican directamente nuestro bienestar día a día.}
El estrés térmico se convierte en una realidad tangible. Este término describe la acumulación de calor sumado a la baja posibilidad de aclimatación en áreas urbanas, donde las actividades humanas y las características del entorno construido contribuyen al aumento de las temperaturas, generando condiciones de estrés térmico.
Las áreas urbanas construidas a base de asfalto, ladrillos, materiales metálicos y con techos de colores oscuros absorben una gran cantidad de energía de la luz solar. Esta absorción de energía en exceso, convierten en una isla de calor urbano a las ciudades que experimentan temperaturas por encima de lo normal, a comparación de las áreas aledañas.
Según Met Office (servicio meteorológico de Reino Unido), una isla de calor urbano es: “un área construida por humanos que es significativamente más calurosa que zonas de alrededores, especialmente a la noche.”
Para tomar como referencia, la temperatura de una ciudad cuya población es mayor a 1 millón de habitantes, puede tener de 1°C a 3°C más que las áreas por fuera de zonas urbanas. A la noche, la diferencia puede ser de hasta 12°C.
En este sentido, la empresa proveedora de materiales de construcción e infaestructura Amanco Wavin compartió, en un comunicado de prensa, cuatro estrategias que contribuyen a lograr ciudades más frescas:
1- Techos de colores claros
Los techos suelen ser negros debido al uso tradicional del asfalto para impermeabilizarlos. Sin embargo, los colores oscuros absorben mucho calor solar, lo que resulta en superficies más calientes. Para mitigar el problema del calor en las ciudades se pueden instalar techos de colores más claros.
Los techos blancos son más efectivos porque reflejan hasta un 50% más de luz y disminuyen la temperatura. Además, se reducen la demanda y los costos de aire acondicionado.
2- Terrazas verdes
Las terrazas verdes son otra opción sustentable para reducir el calor. Esta práctica implica plantar vegetación en las terrazas que actúa como un perfecto aislante para el calor, mitigando los efectos de las altas temperaturas en el entorno urbano y reduciendo las demandas de aire acondicionado. Esta estrategia para combatir el calor tiene el beneficio adicional de mejorar la calidad del aire, ya que las plantas absorben dióxido de carbono y producen aire puro.
3- Forestación
Plantar árboles en las ciudades y en sus alrededores es una estrategia muy eficiente para reflejar la radiación solar, al mismo tiempo que disminuye el efecto de “isla de calor urbano”. Proveen sombra, absorben dióxido de carbono, emiten oxígeno y aire puro y además producen un efecto refrescante.
Los árboles caducifolios, es decir, aquellos que pierden sus hojas con el cambio de estación, son ideales para áreas urbanas porque refrescan la zona en verano y no bloquean el calor durante el invierno.
4- Concientización
Impulsar políticas y regulaciones para la conservación del medioambiente, tales como normas de combustibles con bajas emisiones de carbono y el uso de energías renovables, pueden regular y mitigar de manera significativa los problemas de la isla de calor urbano.
Con menores emisiones, se puede reducir el nivel de gases invernadero en la atmósfera. A su vez, esto disminuye los efectos del cambio climático y el calentamiento global. Los proyectos en cuanto a la educación son otra propuesta que contribuye a asegurar que las comunidades sean más conscientes de los beneficios sociales y económicos de las prácticas sustentables tales como plantar árboles.
Las temperaturas elevadas pueden traer efectos adversos para el entorno de una comunidad y para la calidad de vida, incrementando el consumo de energía y los costos de aire acondicionado. Esto produce mayores emisiones de gases invernaderos y la contaminación del aire, lo cual causa posibles riesgos para la salud humana y animal, además de tener un impacto negativo en el clima.
Si se tienen en cuenta estas recomendaciones, se pueden encontrar diversas ideas para reducir el estrés térmico de las ciudades.