Un increíble hecho dejó asombrada a Rina Valle Juárez el jueves pasado en su viaje a San Pedro de Colalao. Ella, que es admiradora del paisaje y una apasionada por la naturaleza, decidió tomar fotos, pero mientras capturaba el celeste y liso cielo de la mañana algo interrumpió su visión; cuando pensó que en su vida ya lo había visto todo, esa imagen llegó para desalentar lo que creía.
Rina Juárez tiene 76 años y, así como es admiradora de la belleza de la naturaleza, sabe cómo transmitir esa maravilla que siente al resto de personas. Entiende cómo replicar en su interlocutor lo que ella experimenta cuando ve eso que le fascina, y ese sentimiento logró difundir cuando observando los prodigios del cielo, encontró un objeto imponente deslizándose.
Las fotos que capturaban el paisaje revelaron un detalle extraño
Rina se encontraba viajando desde Tucumán hasta su “casita de descanso”, en San Pedro de Colalao. Ella, amante de contemplar su alrededor, “venía sacando fotos porque le gustó el paisaje”. “La limpieza que había, habían arreglado las calles, muy bien” valora Rina sobre una mañana de jueves primero de enero despejado.
“Venía sacando [fotos] del amanecer, muy lindo” cuenta maravillada Rina, hasta que de repente algo llamó su atención mientras avistaba los animales que le fascinaban. “Cuando me voy a sacar las fotos de los pájaros, todos blancos que estaban ahí en un árbol, empiezo a divisar algo.” Sin pensar algo fuera de lo normal, Rina le comentó a su compañero de viaje lo que veía. “‘¡Ay!’ le digo a mi marido, ahí viene un pájaro negro” y preocupada le comenta: “¡no vaya a ser un alcón!”.
¡No es un pájaro!: algo fuera de lo común se presentó en viaje a San Pedro de Rina
“Era como una sombra primero, una sombra en lo alto”. Luego Rina iría descubriendo algo que la dejó estupefacta y en su maravilla logró aclararle a su marido: “¡No, no es un pájaro, es un plato volador! ¡Está a tu izquierda, ahí, mirá!”. Allí su marido que hasta ese momento se mostraba incrédulo, quedó extasiado con la misma escena. “Sacá fotos, sacá fotos” le dijo a la descubridora.
“Veía que estaba primero a la altura de los cables de la luz, después veía que ya estaba más arriba del cable” cuenta Rina que luego se dio cuenta de “eso iba subiendo”. Así, continúa emocionada la secuencia: “después lo veo bajando, ya no se ven los cables de luz y luego se fue para allá, para los cerros.”
El camino a San Pedro puede sorprender a los viajantes
La imagen es más que nítida: un objeto negro ovalado resalta en el “cielo impecable” que tanto destaca Rina, contrastando con el azul saturado de fondo. Este se desplaza por lo que Rina cree casi un minuto hasta por último, “perderse en los cerros.”
“Yo empecé a divisar a este OVNI llegando a San Pedro, cuando el camino se bifurca para ir a Trancas” sitúa su experiencia la mujer, refiriéndose a la Ruta Provincial 311. Luego agrega en su historia que, estando en la tranquilidad de su casa, vio un detalle que la asombró otra vez. Rina localizó más de esos extraños objetos en la parte inferior de su foto, como “redondelas borrosas.”
“Una experiencia maravillosa”: el asombro de la mujer y el de cientos de personas ante el descubrimiento
Rina cuenta que en ningún momento sintió temor a lo que veía. “Yo quedé sorprendida, nada me dio miedo”. “Se me ha dado ahora y es algo maravilloso para mí.”
“Me faltaba ver esto a mí en la vida” comenta deslumbrada. “Hay que ver para creer, yo lo vi” explica convencida Rina que logró asombrar a muchas personas, incluyendo a sus nietos que están “todos admirados” por el hallazgo de su abuela.
Y por último, reflexiona la mujer con una historia sorprendente que “en la vida nada es casualidad” y cierra resaltando nuevamente lo que motivó este hallazgo, la belleza del paisaje y la claridad del cielo.
(Producción periodística Luisina Acosta)