Reconocer errores, perdonar, pedir perdón y buscar la reconciliación son algunas de las actitudes que más suelen costar a las personas. Sin embargo, llevarlas a cabo puede ser sanador y constituir un progreso personal. Por eso, tal vez, el ritual del Ho'oponopono fue transfiriéndose de generación en generación hasta llegar a aplicarse en nuestros días.
Se trata de una técnica antigua hawaiana y difundida entre las culturas del Pacífico Sur. Estas consideraban que cuando una persona cometía un error, tenía repercusiones en su propio cuerpo y también en su relación con los dioses, que podían enojarse y enviar enfermedades.
Por eso, las familias solían reunirse para practicar el Ho'oponopono y tratar los problemas internos que tenían y prevenir malos entendidos. El ritual era guiado por los ancianos de cada agrupación y buscaba sanar las relaciones entre los integrantes que tenían problemas.
Cómo practicar Ho'oponopono en la actualidad
La tradición milenaria fue rescatada por una chamana hawaiano-cristiana, por lo que el ritual fue sufriendo cambios y amoldándose a las demandas y creencias de la actualidad. El objetivo de los guías o curanderos que la practican es que cada persona se haga 100% responsable de todo lo que está en su vida.
Hacerse cargo de lo que nos sucede implica una liberación, según esta filosofía, y los problemas no deben verse como obstáculos, sino como oportunidades de crecimiento para mejorar y evolucionar en lo personal y en lo social, en la relación con el otro.
El Ho'oponopono apunta a que quienes lo practiquen, practiquen el cariño por uno mismo, que puedan perdonarse y permitirse la sanación aceptando que todos pueden cometer y enmendar errores.
Los cuatro mantras del Ho'oponopono
Las grandes frases que se utilizan de forma repetida para reafirmar ideas son:
- Lo siento: permite responsabilizarte
- Perdón: ayuda a aceptar la responsabilidad
- Gracias: pone en estado de gratitud
- Te amo: conecta con la autoaceptación
Ser consciente de ellos durante todo un día, incentiva e impulsa haciael auto-perdón y, en consecuencia, permite la sanación de los vínculos con los demás.