El desorden ambiental, las condiciones climáticas y la falta de concientización hicieron realidad el escenario menos deseado: el dengue ha dejado de ser una enfermedad que en Tucumán aparecía cada dos o tres años, en verano y otoño. Ahora, el riesgo de contagiarnos la patología está en forma constante, incluso en invierno.
La infectóloga Aída Torres lo venía advirtiendo desde hace un tiempo: ya es una patología endémica para nuestra provincia. Basta con repasar los últimos brotes de dengue para confirmarlo. Hubo epidemias en 2009, en 2016, en 2020 y en 2023. El año pasado, la notificación de casos no cesó ni siquiera en los meses fríos: hubo un total de 39.660 casos confirmados y nueve muertes.
El 2024 arrancó con contagios antes de lo pensado. Y cada día aumentan más los casos de la enfermedad que transmite el mosquito Aedes aegypti. En la última semana se duplicaron las notificaciones de personas infectadas: pasaron de 173 a 361 casos, según informó la directora de Epidemiología, Romina Cuezzo. “Tenemos identificados algunos conglomerados de casos en departamentos del Gran San Miguel de Tucumán”, precisó la especialista, dando a entender que por ahora la situación está controlada.
Sin embargo, las autoridades reconocen que hay preocupación debido a la presión epidemiológica en la región. En los últimos días, además, han aumentado las consultas de personas con síntomas de la enfermedad: fiebre alta, dolor de cuerpo, de cabeza y detrás de los ojos.
La explicación
¿Qué favoreció a que esta enfermedad se instalara en nuestra provincia? Hay muchos puntos, según explica Torres. Por un lado, está la presión epidemiológica: estamos rodeados de países en los cuales el dengue es endémico: Paraguay, Brasil y Bolivia. “Son países con condiciones parecidas a las nuestras. Entonces, era probable que el dengue llegara”, sostuvo.
Por otro lado, está el desorden ambiental. No somos una provincia limpia ni ordenada. Y ese es el mejor escenario para que se críe el mosquito que transmite esta enfermedad y otras, como zika y chikungunya.
Otro factor determinante es el clima tropical: con inviernos menos fríos y mosquitos más resistentes a temperaturas bajas, los insectos están en nuestras casas todo el año.
“Estamos en una situación endémica de dengue y vamos a tener que aprender a convivir con la enfermedad, lo cual no obliga a hacer prevención todo el año”, sostuvo la infectóloga. Dijo que, ante hay tres cuestiones fundamentales que debemos mejorar:
1- “El entrenamiento permanente del personal de salud para detectar y atender los casos de dengue. Los médicos deben estar preparados porque se trata de una enfermedad que puede presentarse en forma leve y complicarse y agravarse repentinamente. Hay que estar atentos a los signos de alarma, que son determinantes, y a brindar la hidratación que el paciente requiere. El control debe ser permanente. Estamos ante una patología que es de difícil tratamiento; es un virus que invade todo el organismo”, remarcó.
Para tener en cuenta, los signos de alarma son: dolor abdominal, vómito persistente, hemorragias de las encías o la nariz, agitación, respiración acelerada y debilidad. Con este cuadro, se requiere atención urgente.
2- “Otro punto esencial es tomar conciencia de que podemos controlar el mosquito; eliminarlo es imposible. Pero sí podemos llegar a tener menos de estos insectos”, señaló Torres. Algunas medidas de prevención más importantes son por limpiar la casa, por tirar los recipientes en desuso, sacar el basural de un barrio, etcétera.
“El cuidado personal también es muy importante; tenemos que usar repelente y ropa larga y clara cuando sabemos que vamos a ir a un lugar donde hay muchos mosquitos”, añadió.
3- Por último, Torres habló de la vacuna. “Es una de las mejores herramientas para prevenir la enfermedad. Tenemos una vacuna que se aprobó en el país (del laboratorio Takeda), que tiene una muy buena eficacia. En las personas inmunizadas se demostró que baja la carga de la enfermedad, que evita internaciones, casos graves y muertes. Por eso, pienso que es fundamental que forme parte del calendario (por ahora se coloca en forma privada). Tendrá que ver cómo hacen los gobiernos: tal vez se pueda colocar en la gente sin recursos y los que tengan obra social hacerlo por intermedio de estas”, sugirió.