En modo “Argentina-FranciaQatar 2022”, así fue la victoria celeste y blanca en la Copa Davis. La serie que se jugó en el Jockey Club de Rosario ante Kazajistán, en cuanto a drama e incertidumbre, puede compararse a la infartante final del último mundial de fútbol. La gran diferencia es que no se ganó ningún título máximo, pero se festejó como tal. El desgastante sufrimiento para ganarle a los kasajos por 3 a 2 no estaba en los planes. Argentina era favorita principalmente mirando el ranking de cada uno de los protagonistas y más teniendo en cuenta que los visitantes no tuvieron a sus dos jugadores estelares.
“El ranking del otro lado era mentiroso”, afirmó Guillermo Coria, capitán argentino, apenas terminó la serie. Una mentira verdadera, podría decirse. Si bien él lo sabía, quienes salieron a la cancha no estuvieron lo suficientemente conscientes de eso. Y todo se complicó.
Siempre se ha dicho que jugar la Copa Davis tiene un dinamismo muy diferente al circuito profesional. Muchas veces la lógica que encierran los números y el jugar de visitante se pulveriza cuando esa debilidad muta en una fortaleza del visitante. Eso fue lo que sucedió con Kazajistán. Ganaron dos puntos impensados: Timofey Skatov, 278 del mundo, venció a Tomás Etcheverry y a Francisco Cerúndolo, rankeados 28 y 22, respectivamente. Y dos de los tres partidos que perdieron, complicaron a más no poder a las raquetas argentinas: Sebastián Báez ganó el quinto punto con mucho sufrimiento levantando dos match points en el tie-break del tercer set y Andrés Molteni y Máximo González ganaron el dobles tras dos horas y 40 minutos de juego con un curioso 6-0 en el set tres, tras caer en el primero y ganar el segundo.
“Se disfruta más ganar así. No era fácil jugar de local, con presión y siendo favorito. Ellos se soltaron y jugaron muy bien”, agregó Coria sobre el desarrollo de la serie. “Se sacó adelante con mucho huevos. Estoy orgulloso de todo el equipo”, elogió.
El esperado triunfo sin sobresaltos también hubiese sido lindo. Más aún porque la reputación de Argentina podría ser más temible para lo que se viene. La selección nacional de tenis volvió al Grupo Mundial luego de dos años. Así logró acomodarse en uno de los 16 casilleros de la elite, ya en la fase final del torneo. En los próximos días, se hará el sorteo en Londres.
Las naciones se dividirán en cuatro grupos de cuatro equipos que se citarán en ciudades europeas entre el 10 y el 15 de septiembre. Italia, campeón y Australia, subcampeón, tenían su lugar asegurado. Como invitados están Gran Bretaña y España. Desde los Qualifiers, como Argentina, llegaron Canadá, Países Bajos, Francia, República Checa, Eslovaquia, Bélgica, Estados Unidos, Brasil, Alemania, Finlandia y el ganador entre Chile y Perú.
Los dos primeros de cada grupo pasarán de ronda y luego se ordenarán en un cuadro desde cuartos de final. Esos ocho equipos jugarán en noviembre en Málaga, España, las finales para determinar qué nación será campeona. Las series se jugarán a tres partidos (dos singles y un doble) y con eliminación directa.
Falta para eso. Coria, que cursa su tercer año como capitán, antes de enfrentar a Kazajistán dijo tener un “equipazo” que habilitaba el sueño de volver a ganar la Copa Davis como en 2016. “Es importantísimo cómo manejamos cada serie. No ‘quemar’ al jugador, cuidar, saber leer y entender quién tiene que jugar en cada momento”, reflexionó el ex número tres del mundo. Atinado análisis para tener en cuenta siempre y mucho más ahora, así el camino hacia el cumplimiento del sueño no sea casi una pesadilla como lo fue ante los kasajos.