Tres generaciones fueron protagonistas de la apertura de los Intervillas

Son las 14.05 y el quincho lindante a la barra de bebidas y cocina está desbordada. Las risas, las charlas y las selfies se multiplican. Tampoco faltan las cargadas por alguna jugada puntual o los recuerdos por competiciones de antaño. La previa al acto de inauguración de la edición 50 de las Olimpíadas Intervillas en Tafí del Valle, funciona como un break a las actividades deportivas -que comenzaron a las 9 de la mañana- y combina la experiencia y juventud. En las mesas hay abuelos, abuelas, mamás, papás, hijos, nietos. Los más jóvenes todavía vestidos de deportistas, los más grandes elegantes. Todos se resguardan del sol y los casi 30 grados, bajo las carpas preparadas para la ocasión.

“Yo quería leer LA GACETA y tomarme un café en el club, pero no hay lugar ni para estacionar, No me acordaba que eran los intervillas”, dijo una señora que se acomodó en un restaurante de la calle principal de la villa, escapando de la multitud. Ese vaticinio fue corroborado minutos después. Mucha gente, muchos autos, caballos y diversión.

Ya se habían jugado los primeros partidos de tenis, pádel, fútbol y vóley. Mientras tanto los caballos ya desfilan por las calles Túpac Amaru y Chenaut de Bossi. Cuando en los parlantes suena la Marcha de San Lorenzo, llega la señal desde el club. Se viene la ceremonia inicial y habrá desfile de caballos. En el primer equino Victoria “Coqui” Fagalde  porta la antorcha, más atrás le sigue Ignacio Terán con el estandarte del Club Tafí del Valle y Cristina Terán con la bandera argentina y junto a ellos otros jóvenes vestidos para la ocasión: bombacha de gaucho, camisa, sombrero y pañuelo al cuello. Ya dentro del club, el encargado de trasladar la llama olímpica fue el ex directivo del club, José García Pinto, que llevó la antorcha hasta el escenario.  Ahora sí, comenzaron las Olimpíadas Intervillas.

Las delegaciones de Tafí del Valle, Raco, Villa Nougués y Marcos Paz definirán hoy, quienes serán los grandes ganadores de esta tan especial edición. “Son meses de organización, antes se competía en Polo, Criquet, Truco, pero los deportes van cambiando según la moda. El año pasado volvimos a incluir el pádel, según el paso de tiempo vamos modificando los deportes, eso también lo hace más dinámico y entretenido”, cuenta María Elena García Pinto, que además de estar en la organización de los Intervillas, es una de las participantes “todoterreno” que tiene el evento. “Juego vóley, tenis y fútbol”, relata orgullosa.

“Es un orgullo que mis papás hayan llevado la antorcha, porque siempre estuvieron dedicados a la vida del club y estas olimpiadas. Es muy bueno que se reconozca eso, aquí hay varias generaciones todos compartiendo un fin de semana espectacular, Mi hija, ‘Coqui’ Fagalde, es la que le entregó la antorcha a su abuelo’”, detalló García Pinto, que no se despega de su libreta, allí lleva todos los resultados deportivos. La segunda parte de la jornada deportiva estaba a punto de comenzar. 

El paso de las generaciones es evidente; en la ceremonia inaugural varios socios fueron reconocidos y se llevaron un recuerdo a casa. “A los homenajes hay que hacerlos en vida, hace cinco años que la competencia lleva el nombre de un socio”, repitieron varias veces en los discursos, pero los abuelos son realmente homenajeados al borde de la cancha, allí cuando un nieto o nieta les dedica un punto o un gol. De esa manera van repitiendo  vivencias unidas por una misma emoción, en este místico club con la majestuosidad del valle como protagonista principal.