La palabra paritarias estará fuera del diccionario de la Casa de Gobierno por las próximas semanas. Con una situación compleja en las provincias ante un panorama incierto en materia fiscal, el Ejecutivo de Tucumán evitará comprometerse con cosas que no sabe si podrá cumplir -por más que quiera- hasta tanto no se aclare el panorama nacional. Para ganar tiempo, mantener la paz social y evitar una mayor desaceleración de la economía en la antesala del inicio de las clases, el gobernador Osvaldo Jaldo anunció que se abonará a los trabajadores estatales un bono de $ 40.000, como sucedió en noviembre y diciembre. Se iniciará tras concluir el cronograma salarial de enero, por planilla adicional.
Las decisiones políticas de la Nación en cuestiones financieras repercutieron en todos los distritos provinciales. En Tucumán significó -hasta acá- la pérdida de casi $100.000 millones. Nada más y nada menos que casi dos planillas salariales, sin retenciones bancarias. De ese modo, en el tiempo que la Provincia negocie con la Nación y reperfile sus números, los trabajadores provinciales, municipales y comunales podrán contar “con unos pesos más en el bolsillo”, como graficó el propio Jaldo. Dicho esfuerzo demandará unos $6.000 millones de las arcas locales.
“No podemos ofrecer lo que no tenemos”, se comenta puertas adentro del palacio gubernamental. Las autoridades aseguran que están confirmados los fondos suficientes para cubrir la planilla salarial del mes de febrero, principalmente gracias a los ajustes que se llevaron a cabo desde que Jaldo desembarcó en la Casa de Gobierno. Pero el camino se avizora muy cuesta arriba con 10 meses por delante, además del aguinaldo. Todo eso sólo en material salarial, sin contemplar obras públicas y otras inversiones.
El ministro de Gobierno y Justicia, Regino Amado, había anticipado a LA GACETA que se sentarán a negociar los incrementos salariales con los gremios (primero con los de educación) a partir del 19 de febrero. El Frente de Unidad Docente Estatal (FUDE) envió pedidos de audiencia con carácter de urgente a funcionarios para discutir el cierre de las paritarias 2023 antes de iniciar las de 2024. “Vemos muy difícil comenzar las actividades si no hay una recomposición salarial por estos días”, había advertido Hugo Brito, titular de ATEP.
Jaldo explicó que la situación en todas las provincias se complicó desde que la Nación -en su gestión anterior- elevó el mínimo del Impuesto a las Ganancias en la cuarta categoría. Son casi $100.000 millones menos para Tucumán. “Si no se revierte lo vamos a perder de enero a diciembre. Tampoco hay transferencias (Aportes del Tesoro Nacional), por fuera de la coparticipación que por ley nos corresponde. El presidente (Javier Milei) está hablando con todos los gobernadores para que hagan un esfuerzo fiscal de reducción de gastos. Es decir que la situación de las provincias es compleja”, subrayó.
En este contexto, las negociaciones paritarias podrían no ser sencillas dado que los gremios de los educadores sostienen que están más de un 100% debajo con respecto a la inflación en 2023. Entre subas al básico y cifras no remunerativas, los incrementos fueron cercanos al 110%. En tanto que la inflación acumulada del año pasado fue del 211,4%. Con un costo de vida que no para de subir frente a los bolsillos golpeados, se estima que podría no ser fácil alcanzar un acuerdo que satisfaga a los trabajadores y que pueda cumplir la Casa de Gobierno.
Recuperar como sea
Ante un escenario de estas características, los gobernadores presionan a la Nación para recuperar -de un modo u otro- los dineros que se perdieron por una decisión política. “Por una decisión de una campaña electoral Tucumán ha perdido dos planillas de sueldo”, cuestionó Jaldo en rueda de prensa. Y añadió: “si lo recuperamos a través del Impuesto PAÍS, en buena hora. Si es a través de Ganancias, en buena hora. Si el Gobierno nacional encuentra otro método fiscal, en buena hora. Aceptamos el mecanismo o la metodología que se decida. Si no recuperamos esos recursos sí vamos a tener problemas. No ahora, no el mes que viene, pero tenemos que pagar los sueldos durante los 12 meses y en el medio tenemos dos aguinaldos: uno en junio y otro en diciembre. Los gobernadores estamos trabajando para recuperar, bajo la metodología que sea, los recursos que hasta acá los tenemos perdidos”.
Ante la prensa, el gobernador ponderó la determinación que tomó de reducir la estructura del Estado y de eliminar la Unidad de Reconversión Laboral (Unrel), entre otras medidas. “Por ahí algunos no me entendían y también cuestionaban la política de reducción de gastos. Ahora podemos entender por qué nosotros hemos tomado desde el 29 de octubre esa política de austeridad. Hemos eliminado un ministerio, 50 secretarías, subsecretarías y direcciones, más de 500 asesores y diferentes organismos donde había más de 8.000 personas (Unrel)”, enfatizó.
A su vez, Jaldo aseguró que las medidas tomadas fueron clave para asegurar los fondos para abonar febrero. Destacó que, a diferencia de otros distritos, hasta aquí Tucumán no desdobló los pagos ni pensó en emitir cuasimonedas. Las provincias que emiten cuasimoneda solucionan pagando el sueldo pero hay que ver quién está del otro lado del mostrador y pierde poder adquisitivo”, dijo en relación al desagio que se cobraba cuando circulaban los Bonos de Cancelación de Deuda (Bocade).