En materia de seguridad, Tucumán siempre suele dar la nota. Mientras que los índices de homicidios se dispararon en diferentes provincias durante el enero que acaba de finalizar, en la nuestra bajaron casi un 50%. Descifrar cuáles fueron las razones es materia de estudios y polémicas.
El año 2023 no cerró con buenos números para el Gobierno. En total, se registraron 89 homicidios, un 10% más que en 2022. Los crímenes contabilizados en enero de este año fueron cinco, casi el 50% menos que el año pasado, que fueron nueve. Pero también fue el registro más bajo desde 2017.
La fiscalía de Homicidios de feria abrió siete expedientes, pero dos están a punto de cerrarse porque no hay indicios de que las víctimas hayan sido asesinadas. Es el caso del gendarme jubilado Florentino Silverio “Cachito” Gutiérrez (de 68 años) que fue hallado sin vida en su casa y luego se comprobó que se había broncoaspirado. El otro caso fue similar. Al sur de la capital encontraron sin vida a Víctor Darío Barrionuevo (36), pero las primeras pericias determinaron que había fallecido por cuestiones naturales.
“Estamos analizando los números; creemos que hay una razón”, explicó el jefe de Policía Joaquín Girveau. “Pensamos que es la consecuencia de haber reforzado la presencia de efectivos policiales en las zonas más conflictivas de la provincia”, explicó.
El comisario general reconoció que todavía es muy prematuro hablar de lo que puede suceder durante los próximos meses. “La situación social y económica siempre incide en las tasas de homicidios. Por eso hay que esperar. Por lo pronto continuaremos con esta táctica y la corregiremos con el tiempo”, añadió en una entrevista con LA GACETA.
A nivel nacional
Si bien los números se conocen a fines de cada año, los casos se visibilizan a través de los medios de comunicación que dan cuenta de la mayoría de los casos, pero no todos. A nivel regional, superó por un homicidio a Salta (registró cuatro) y cuenta con uno menos que Santiago del Estero (6).
Los especialistas sostienen que nuestra provincia debe ser comparada con Mendoza y Córdoba, provincias que tienen casi el mismo movimiento económico y social. En este sentido, los números tucumanos son mejores. Los mendocinos reportaron 11 homicidios y los cordobeses, 10. La situación más preocupante se desató en tierra cuyana por una sola razón: en 2023 se contabilizaron 53 crímenes.
Y si de preocupación se trata, el conurbano bonaerense se llevó el centro de atención. En este enero se conocieron 27 crímenes, de los cuales 13 fueron en situación de robo y de ese número, casi la mitad fueron protagonizados por delincuentes que pretendieron quedarse o se quedaron las motos y los vehículos de las víctimas
Rosario, ciudad que desde hace año registra la tasa más alta de homicidios del país, pese a todos los esfuerzos, la situación no cambió mucho. Hasta el último día del mes pasado, se registraron 18 crímenes, de los cuales, 13 fueron por cuestiones vinculadas a drogas.
Análisis
“Si tomamos el número de homicidios en relación a la cantidad de habitantes, Tucumán supera a Buenos Aires y Córdoba, no así a Mendoza y a Santiago del Estero que presentan números realmente preocupantes”, analizó el especialista en Seguridad Federico Pelli. “Más allá de esto, la realidad es que Tucumán desde 2021, presenta una tendencia a la baja en este tipo de delito contra las personas, luego de alcanzar su récord histórico en 2020”, indicó.
Pelli razonó: “casualidad o no, este período de mejora en este indicador y de otros delitos contra la propiedad, coincide con la gestión de Osvaldo Jaldo como gobernador interino. Claramente la impronta en materia de seguridad de Jaldo estuvo y está mucho más orientada a abordar de forma prioritaria estas cuestiones, respecto a su antecesor. Ahora bien, esto no quita que como provincia sigamos estando en emergencia en seguridad, carcelaria y adicciones”.
“Es difícil poder afirmar si estas disminuciones en las cifras de homicidios se deben a una intervención o estrategia determinada. Históricamente estos fenómenos no fueron estudiados en detalle, perdiendo oportunidades para entender el problema con rigurosidad científica. No se dispone de centros de análisis delictual que sistemáticamente se encarguen de estudiar y entender los problemas de inseguridad, y con este entendimiento poder analizar tendencias, modalidades, volumen e impacto”, añadió el especialista.
Según Pelli, es probable que un mayor despliegue policial tenga algún efecto en prevenir y disuadir situaciones de violencia barrial, pero para esto la presencia debe ser permanente, sostenida y focalizada en esos segmentos de calle que concentran los hechos. “Ahora bien, esto sucederá solo en los casos de violencia intervencional. Pero respecto a homicidios, los móviles de estos crímenes pueden ser diversos, y sobre estas modalidades el despliegue policial no tiene ningún efecto, y a su vez tienen un volumen relativo muy importante en las cifras totales. “Es complejo anticipar si los homicidios aumentarán o disminuirán en 2024. Desde hace 40 años muestran un comportamiento muy independiente y ajeno a los ciclos de expansión, recesión o estabilidad económica. El desafío de nuestra provincia será sostener la tendencia descendente por tercer año consecutivo, luego del pico histórico de 2020. Esto nos mantendría en cifras cercanas a la media nacional”, finalizó.
Todos los casos de Tucumán
- Según la investigación que realizó el fiscal Carlos Sale, el 14 de enero, Maximiliano Alexis Jiménez perdió la vida al intentar robarle la moto junto a un adolescente a un efectivo policial en el barrio Alejandro Heredia. El uniformado también resultó herido en el enfrentamiento.
- En la seccional 4° se registró el segundo homicidio de enero. En una pelea entre internos, perdió la vida Darío Esteban Amaya (26) quien se encontraba privado de su libertad por un delito contra la propiedad. El conflicto se había iniciado por las incomodidades del lugar: había al menos 65 personas en una celda que tiene capacidad para 20.
- El barrio Oeste II fue escenario de un nuevo crimen. El 24 de enero fue asesinado de un disparo en el pecho Braian “Chiripa” Vélez (23) durante una pelea que tuvo con Mauro Exequiel Segura (24), al que le dictaron la prisión preventiva por tres meses. Los investigadores creen que este es el trágico saldo del enfrentamiento que mantienen dos grupos que viven en ese sector de la capital.
- También el 24, pero en el sur de la ciudad, Emilse Luna (29) perdió la vida al recibir un disparo en su cuerpo. La víctima circulaba en un carro a tracción a sangre con su pareja cuando fue atacado por un tal “Facundito”, que sería integrante del clan Díaz y que sigue prófugo.
- Fernando Soria (60) perdió la vida después que dos motochorros le sustrajeron la motocicleta. Según la investigación, el sábado pasado, la víctima circulaba en su rodado por Olleros al 600 cuando fue atacada. Los delincuentes lo hicieron caer y, como se resistió al atraco, le pegaron con un fierro en la cabeza. Murió a los dos días. Los autores no fueron identificados.
Santiago del Estero: el misterioso crimen de tinte narco que involucra a tres provincias
El bagayero Nelson Gabriel Aramayo vivía en Orán, Salta. Salió de su ciudad natal haciendo un viaje. Su cuerpo fue encontrado en la localidad de Ojo de Agua, Santiago del Estero. Sin embargo, los investigadores sostienen que fue asesinado en Córdoba y su cuerpo arrojado en la vecina provincia. Hasta el momento hay muchos indicios de que se trató de un crimen narco, pero no existe ninguna certeza sobre quién fue el asesino. La fiscal Carla León pretende acreditar que a Aramayo lo trasladaron en un VW Vento. Los peritos forenses señalaron que, además de haber recibido cinco disparos en la cabeza, también fue golpeado violentamente en las horas que antecedieron a su deceso. La víctima del crimen llevó productos desde Orán a Córdoba. Las autoridades solicitaron la detención de un salteño de apellido Rojas.
Buenos Aires: los crímenes de la inseguridad generan preocupación en el conurbano
“La sucesión de homicidios ocurrida en los primeros días de este año convirtieron al conurbano en territorio del miedo, con familias destruidas porque mataron a sus seres queridos durante asaltos”, publicó el periodista del diario “La Nación” Gustavo Carabajal. También hizo un listado de las víctimas: Uma Aguilar, de 9 años, en Lomas de Zamora; María Lucrecia Arias, de 50, en Castelar; Eugenio Sipatov, de 40, en Lanús, Leonardo Quinteros, de 50, en Merlo, Sebastián Ochoa, de 26, en José C. Paz; Maximiliano Rojas, de 27, en Lanús y Jennifer Campos Calle, de 13, en Virrey del Pino.
Más de que la mitad de esos homicidios tuvo un mismo origen: perdieron la vida cuando intentaron robarle el auto o la moto en la que se trasladaban. La violencia intravecinal también estuvo a la orden del día. El caso más recordado fue la llamada “Masacre de González Catán”, donde cinco personas perdieron la vida por la disputa de parcelas de un terreno usurpado.
Debate: los crímenes protagonizados por menores alimentaron una vieja polémica
En enero se registraron varios homicidios en el que estuvieron involucrados menores de edad. El más movilizante sucedió en Chascomús, provincia de Buenos Aires: un adulto y dos menores -uno de ellos inimputable- acabaron con la vida del adolescente Nicolás Riccardi cuando intentaron robarle la mochila.
En Córdoba, un adolescente de 16 años por un adolescente durante una pelea entre bandas de menores registrada durante una fiesta de 15. En nuestra provincia, en el intento de robo de moto a un policía que mató a uno de los atacantes, participó un menor de edad que fue procesado.
A raíz de estos casos, el gobierno nacional volvió a poner en debate la necesidad de bajar la edad de inimputabilidad.