“Febo asoma/ ya sus rayos/ iluminan el histórico convento”. ¿Quién no ha cantado una de las marchas patrias más queridas? La música honra uno de los enfrentamientos más importantes para la historia independentista de Argentina, el combate de San Lorenzo. Sí, todos conocemos la marcha y su origen, ¿pero cuánto recordamos realmente de aquella batalla?
Un día como hoy, pero en 1813, las fuerzas independentistas rioplatenses (comandadas por el general José de San Martín) se enfrentaron -y vencieron- a las tropas realistas de Montevideo. Se trata del único combate que el Regimiento de Granaderos (y que el mismo San Martín) libró en suelo argentino. El evento -a veces eclipsado por otros acontecimientos- duró alrededor de 15 minutos, y fue decisivo para la historia argentina: ¡quién sabe qué habría pasado si San Martín no hubiera sobrevivido! Con el triunfo, el Regimiento consiguió armamento, recursos y mayor prestigio; la victoria fue la mecha que encendió los ánimos de las tropas, que luego lucharon para el surgimiento de la nación.
Allí el libertador estuvo al borde de la muerte. Algunos escritos recientes, de hecho, hablan de que la única cicatriz que él tenía (en una mejilla) se la dejó el Combate de San Lorenzo. “Fue la acción bélica que tonificó la labor de afianzamiento de la futura independencia”, resumió hace un tiempo a LA GACETA Graciela del Valle Martínez Aráoz, miembro de la Asociación Sarmantiniana de Tucumán.
Un recuerdo
“Un pequeño combate con grandes efectos”, así lo describió a Clarín el historiador Félix Luna. Aunque a veces se habla de la “Batalla de San Lorenzo”, en la teoría es un combate “porque allí pelearon apenas 150 granaderos contra unos 320 realistas, desembarcados de las naves que tenían su apostadero en Montevideo”, advirtió.
Para aquel 1813, Montevideo había sido designada por España como la capital provisional del Virreinato. Estaba sitiada por tierra, entonces los españoles tenían que usar el río de la Plata para abastecerse. La preparación de uno de esos viajes llegó al Regimiento de Granaderos; y la expedición de 11 embarcaciones fue seguida por tierra por San Martín.
El 3 de febrero llegaron al Convento San Carlos, que era el lugar más importante de San Lorenzo. Luego de negociar con los frailes franciscanos, San Martín ocultó a su ejército para que los realistas no pudieran verlos.
Al llegar al convento, las tropas argentinas atacaron con un movimiento de pinzas: se dividieron en dos equipos, uno comandado por San Martín y otro a cargo de Justo Germán Bermúdez. Por un error de cálculo, el primer grupo llegó antes, lo que le dio a los realistas la posibilidad de defenderse. Luego de algunos minutos de combate (allí San Martín es casi herido por una bayoneta), las tropas de Montevideo huyeron. Este fue el bautismo de fuego del Regimiento de Granaderos a Caballo, mismo que después luchó en otras batallas. “Luego de esa fecha fueron variados sus destinos: Montevideo, Santa Fe, Entre Ríos, San Juan y el Alto Perú -destacó Martinez Aráoz-; más tarde, estando en Cuyo, al formar el Ejército de los Andes, el libertador reclamaría a sus hombres del Regimiento de Granaderos, pues precisaba caballería veterana. Así llegaron a Mendoza desde Buenos Aires alrededor de 400 efectivos y los dos escuadrones que estaban en el Ejército del norte. Luego este regimiento abandonaría el territorio nacional, mostrando sus virtudes en otros países, cubriéndose de nuevas glorias y despertando admiración”.
San Lorenzo hoy
Para festejar un nuevo aniversario del combate, en San Lorenzo se realizará un acto conmemorativo. La ceremonia incluirá el lanzamiento de paracaidistas de las Fuerzas Armadas, el desplazamiento de tropas y la tradicional recreación de la carga de caballería de los Granaderos.
La ciudad, con el pasar de los años, se convirtió en una parada obligada para los admiradores del libertador. El convento -hoy convertido en museo- guarda vestigios de aquella época; y se realiza un paseo histórico por la posta donde San Martín paró a cambiar los caballos de los Granaderos, antes de llegar al convento.