03 Febrero 2024
Aunque la felicidad no debe ser un objetivo de vida, hay prácticas que ayudan a llegar a ella. Foto: Freepik
Miles de estudios se han esforzado por entender y explicar qué es la felicidad, cómo se origina y, sobre todo, cómo se consigue. Aunque muchos creen que la felicidad es el estado objetivo al que toda persona debe aspirar, cada vez son más los adeptos a la teoría de que la felicidad no es un fin, sino una dirección que tomar.
En nuestro cerebro es donde sucede la magia: las “hormonas de la felicidad” serán los neurotransmisores que impacten directamente en nuestro estado de ánimo y bienestar. Por eso la revista National Geographic hizo un repaso por algunos de esos estudios y los resumió en algunas formas sencillas de lograr la felicidad.
Cinco hábitos para ser más felices
Identificar las emociones y ponerles nombres
Desde la infancia es recomendable practicar el reconocimiento de las emociones para poder gestionarlas de forma saludable. Si somos capaces de darles un nombre, significa que somos capaces de identificar lo que nos pasa, lo cual constituye un gran avance en cuanto a inteligencia emocional. Un estudio de la Universidad de California demuestra que nombrar nuestras emociones disminuye la intensidad emocional ante lo que nos ocurre.
Cuidar las relaciones sociales
Socializar no solo tiene el objetivo de distraernos y divertirnos. Según el Estudio sobre Desarrollo Adulto –el mayor estudio sobre felicidad que se hizo– de la Universidad de Harvard, las relaciones que mantenemos son una clave en la forma en que nos sentimos. Las personas que más se mantienen en contacto con sus seres queridos serán las que más vivan y mejor salud tengan.
Practicar ejercicio físico
Cuando practicamos actividad física, nuestro cuerpo libera endorfinas, una de las hormonas de la felicidad que ayuda a proteger y mantener en forma nuestro cerebro. Un estudio publicado en “The Lancet” sostiene que las personas activas tienen más satisfacción que las personas sedentarias. Además, los mejores para lograr la felicidad son los deportes en equipo, seguidos de los ejercicios aeróbicos y de gimnasio.
Dar y recibir abrazos
Los abrazos son reconfortantes en el corto plazo y ayudan a la salud mental en el largo plazo. Las reacciones químicas que se producen en nuestro cerebro son testigos de lo útiles que son al generar sensaciones de satisfacción. El contacto con otras personas produce oxitocina, otra de las hormonas vinculadas a la felicidad.
Hablarte en positivo y en segunda persona
Aunque hablar solos puede ser considerado un acto de falta de cordura, lo cierto es que el diálogo interno puede poner en orden muchos pensamientos. Un estudio de la Universidad de Michigan señala incluso el modo en que debemos hablarnos y esto es en segunda persona (tratándonos de “tu” o “vos”) y de manera positiva. Esto nos permite tomar cierta distancia de las emociones y tener una actitud más racional y con menos presiones.
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