Por Gustavo Rodríguez y Santiago Re 31 Enero 2024
LA CONTRACARA. Pese a que el servicio de Uber Moto no está autorizado en la provincia, cada vez hay más tucumanos que acceden al sistema. La Gaceta / foto de Analía Jaramillo
“Cada vez hay más robos, necesitamos que la Policía nos ayude con la prevención de delitos. Ese es el reclamo, hay horarios en los que muchas veces circulamos por calles vacías, no hay un patrullero ni policías en las esquinas”, explicó César Centto, vocero de los choferes de Uber Moto que desde hace unas semanas se convirtieron en uno de los blancos preferidos de los delincuentes. Centto agregó que en su grupo están gestionando para tratar de equipar con GPS a sus vehículos.
A pesar de funcionar libremente en Buenos Aires y en otras provincias, en Tucumán Uber es considerado un servicio ilegal. A pesar de eso, la aplicación de transporte igualmente funciona y sus trabajadores, al igual que los cadetes de Pedidos Ya, no escapan a la inseguridad en las calles. El fin de semana Natalia Amaya (29 años) salió a trabajar en su moto Yamaha Crypton y aceptó tomar el viaje que le pedía un cliente. La mujer fue a buscar al pasajero a avenida San Ramón y Gobernador Gutiérrez, en El Colmenar, para llevarlo a un destino en la capital, pero cuando llegó a la mencionada esquina cuatro hombres la emboscaron y le robaron la moto.
El domingo además una vecina llamó al 911 para denunciar que en un pasaje del barrio Ciudadela se estaban reuniendo más de 30 motociclistas. La mujer advirtió temiendo que se pudieran estar organizando para cometer algún delito, pero cuando la Policía llegó al lugar los choferes les informaron que se habían reunido porque irían a recuperar la moto de su compañero Alfredo Monroy (36 años), quien acababa de ser asaltado. También les pidieron a los uniformados que los acompañaran a Italia y Alberti, donde tenían entendido que estaría oculto el vehículo.
Centto recordó detalles de otros asaltos. “A uno de los chicos lo asaltaron en la Panamá, le robaron el celular, las zapatillas y la moto; a otro lo atacaron en la esquina de Italia y Castro Barros, luego se llevaron la moto hacia ‘La Bombilla’. Fuimos hasta ahí para buscarla y no la encontramos, pero ya teníamos todos los datos de los delincuentes. Al final tuvimos que pagar un rescate $ 80.000 para que nos devolvieran el vehículo, porque juegan con la necesidad de la gente, sin esa moto nuestro compañero no puede trabajar para llevar comida a su mesa”, explicó.
“Como todo trabajo en el que andas en la calle, estas expuesto a la inseguridad. Un factor que lo empeora es la moto, porque es algo que se suele robar más que los autos”, subrayó David Vizcarra, otro trabajador de la App. Por su parte, el vocero del sistema agregó: “Nos sentimos expuestos, tenemos que ir examinando quién es el pasajero que nos pide el viaje y averiguar si la zona a donde va es segura, entre otros recaudos. Les mandamos la ubicación en tiempo real a nuestros compañeros para que sepan por dónde vamos, para que adviertan si pasa algo extraño”.
Centto reconoció que, así como el cliente elige a su chofer, ellos también deben hacer una selección del pasajero. Eventualmente se sienten más seguros si es una mujer quien pide el viaje, pero saben también que esto puede ser una trampa. “Muchas veces nos pasó que una mujer pide un viaje y uno va más tranquilo, porque tiene la idea de que un varón puede ser más peligroso, pero cuando llegamos nos están esperando en banda para asaltarnos”, informó.
Por último, confirmó que cuentan con un grupo organizado de búsqueda de vehículos robados. “No es lo ideal, queremos seguridad y que dejen de asaltarnos”, indicó, y pidió que el ministerio de Seguridad les brinde soluciones. “Corremos el riesgo de que por una moto o un celular nos peguen un tiro o peor aún, que no volvamos a casa”, concluyó (ver nota aparte).
Respuesta oficial
“Estamos dispuestos a conversar para ver cómo podemos mejorar el sistema de prevención, pero estamos ante un enorme problema. Se trata de un sistema que es ilegal y eso es una traba”, planteó el jefe de Policía, Joaquín Girvau, en entrevista con LA GACETA.
El comisario mayor explicó que hay un gran inconveniente porque al no estar reglamentada por la Provincia, no hay representantes legitimados de la actividad. En palabras suyas: “no sabemos cuántos son, quiénes son sus referentes, dónde y cómo funcionan. Es muy complicado hacer prevención en una actividad que no está permitida”.
Por otro lado, Girvau subrayó que ya vienen teniendo problemas con los grupos privados de búsqueda, porque en algunos casos se habrían excedido e incurrido en delitos
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