Pocos minutos en Córdoba bastan para ratificar un conocimiento existente previamente: la pasión por el fútbol es enorme. Desde el año pasado, “La Docta” cuenta con tres equipos en Primera, y uno más en la Primera Nacional, lo que aumentó el fervor popular por el deporte con más seguidores en el país.
“Ojalá que gane Atlético mañana. No me cae bien Instituto, soy hincha de Belgrano”, lanza un taxista que recibe a LA GACETA. Pese a que prefiere no dar su nombre de pila, revela una curiosa coincidencia: es el padre de Hernán Hechalar; nombre que quizás reconozcan los hinchas “decanos”, ya que el ahora ex futbolista pasó por el club de 25 de Mayo y Chile entre 2017 y 2018.
La pasión por el fútbol se ve en las calles cordobesas. Quizás no tanto, necesariamente, en la zona céntrica, donde la modernidad de las grandes cadenas y los locales comerciales le ganó terreno a lo barrial. Pero sí en las afueras.
En varios puntos de la ciudad, hay murales ligados a Belgrano, Talleres e Instituto, primordialmente. Y por todas partes, se ven desfilar camisetas de estos equipos, pero también de otros clubes: tanto cordobeses (Racing, Estudiantes de Río Cuarto), como algunas más exóticas para la provincia (Huracán, Patronato y Central Córdoba de Santiago).
Por supuesto, el fútbol no es el único fenómeno cultural que revoluciona Córdoba. Otro muy importante es la música. Y no cualquiera: el cuarteto y la cumbia son los estilos predominantes. Y dos figuras particulares se destacan por sobre la gran cantidad de artistas nacidos en ese lugar: Rodrigo Bueno y Juan Carlos Jiménez Rufino.
El “Potro”, pese a su joven partida, sigue siendo el máximo exponente del cuarteto cordobés; mientras que “La Mona” todavía vigente a sus 73 años, vuelve locos a los cordobeses cada vez que aparece en público.
Rodrigo y “La Mona” cuentan con estatuas propias ubicadas en el “Paseo del Buen Pastor”, complejo cultural ubicado sobre la avenida Hipólito Yrigoyen al 300 y que, con sus aguas danzantes y sus locales comerciales y gastronómicos, es un punto de encuentro habitual para los cordobeses que buscan escapar de la abrumadora realidad, y refugiarse en la simpleza de compartir momentos al aire libre.
Claro, este paseo, así como la Iglesia de los Capuchinos, ubicada a pocos metros, tienen su relación directa con la religión. Por eso, la presencia de las estatuas de los dos iconos musicales en el lugar parece ubicarlos casi en un lugar de figuras divinas. Sin el poder de los milagros, pero con la capacidad de alegrar la vida de millones de argentinos.
Un poco más atrás, aparece el patriotismo como elemento cultural también importante. La denominación de “San Martín” y “Héroes de Malvinas” a dos de las plazas más importantes así lo demuestra.