Los probióticos contribuyen a reequilibrar la flora intestinal, refuerzan la salud y alejan las enfermedades. Se trata de microorganismos vivos presentes en alimentos y suplementos y que cumplen diferentes funciones: mejoran la digestión, refuerzan el sistema inmune y facilitan la absorción de nutrientes.
Cuándo conviene tomar probióticos
Una opción es adoptarlos en la alimentación diaria.
- Durante los tratamientos con antibióticos.
- Después de una gastroenteritis.
- Ante cuadros de catarro o alergias.
- En situaciones de cansancio y fatiga.
- Cuando existen problemas intestinales (como estreñimiento o hinchazón).
- En situaciones de estrés o ansiedad.
Qué probiótico elegir
Existen distintos tipos que están basados en microorganismos diferentes.
Para resguardar la salud, los lactobacillus y los bifidobacterium son la mejor opción.
En casos de problemas digestivos, los lactobacillus acidophilus o lactobacillus casei serán fundamentales para reequilibrar la flora intestinal.
Las situaciones derivadas del estrés y la ansiedad pueden combatirse con lactobacillus plantarum y bifidobacterium bifidum.
La combinación para una mejor acción
Por otra parte, para que la acción de estos compuestos sea más efectiva, la propuesta es combinar estos suplementos o alimentos -especialmente fermentados- con vegetales prebióticos. Como ser: bananas, alcauciles, espárragos, cebollas, puerros, ajos, avena, papas, batatas o legumbres.
Es importante aclarar que estas indicaciones son orientativas y no reemplazan el tratamiento médico.