Con agresividad e intensidad, la dupla Orsi-Gómez aprobó el primer examen en la Copa de la Liga

Con agresividad e intensidad, la dupla Orsi-Gómez aprobó el primer examen en la Copa de la Liga

En el primer tiempo, Atlético fue el mejor ejemplo de un equipo intenso. Tuvo concentración, tensión, gestión y optimización de tiempo y juego en espacios reducidos.

Cata Romero fue fundamental para la defensa del decano. "Cata" Romero fue fundamental para la defensa del "decano". Foto: Juan Pablo Sánchez Noli/LA GACETA

Cuando se pide intensidad en el fútbol, los técnicos no se refieren solamente a correr o tener un juego brusco que te lleve a estar siempre al límite de la amarilla. Y, quizás, en el primer tiempo de anoche Atlético fue el mejor ejemplo de un equipo intenso. Tuvo concentración, tensión, gestión y optimización de tiempo y juego en espacios reducidos.

¿El problema? Se quedó sin piernas a los 25 minutos, justo cuando el “canalla” lo golpeó con ese gol fortuito de Luca Martínez Dupuy. Hasta ese momento el partido de Atlético había sido casi perfecto. Si Joaquín Pereyra lograba vencer a Broun en la primera que tuvo, el plan hubiera sido ejecutado de gran manera.

El “decano” asfixió a Rosario Central con la presión. Sánchez, Castro y Giani fueron los abanderados del equipo en esos primeros minutos y todo marchaba sobre ruedas. En la platea gustó esa nueva versión “decana” que jugaba en campo rival desde el primer minuto.

Más allá de la propuesta agresiva de Atlético, Central no se mostró timorato ni mucho menos. Con las figuras de Facundo Mallo y Carlos Quintana aguantó los embates locales y espero su momento con un 4-4-2 bien marcado. Martínez Dupuy e Ignacio Malcorra fueron los delanteros, que se abastecieron de las constantes subidas de Alan Rodríguez y Maximiliano Lovera (que fue un dolor de cabeza cada vez que avanzó con la pelota dominada).

Falló en la precisión y por eso no logró ganarlo; porque en el 0-1 aparecieron todos los errores juntos. Dio la sensación de que el que terminó mejor fue Rosario Central y eso tiene que ver con el oficio del conjunto rosarino y también por los cambios de la dupla.

Mientras Pablo Echavarría esperaba por la confirmación del offside o por el gol de Coronel, Atlético hizo tres cambios (sumando gente en el ataque) y Rosario dos, resguardándose por el supuesto 1-0 a favor que minutos después, con la intervención del VAR, se transformó en el 1-1.

Así, el “decano” pasó del 5-3-2 a un 4-2-4 y le costó generar juego asociado. El ingreso de Mauricio Martínez fue clave para que Central manejara la pelota a gusto y a placer. Malcorra se tomó su tiempo en cada pelota parada (increíblemente José Devecchi también ayudó en la pérdida de tiempo) y los minutos transcurrieron con un 1-1 que fue sostenido por el propio arquero “decano” y también porque Lucas Ambrogio, que jugó poco pero fue atrevido.

Por ser el primer partido oficial del año, con varias caras nuevas y con un sistema todavía a prueba, el balance de Atlético es positivo. Tendrá que corregir algunas cuestiones propias en un grupo que está en formación, con pocos entrenamientos antes de visitar a Instituto.

Eso sí; habrá que ver si el juego agresivo que propuso en la primera etapa de local, también lo hace de visitante.

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