Algo sucedía en Tucumán que ni se acercaba a la escalada de violencia que se vive en el país. Los dos crímenes contabilizados durante gran parte de enero llamaban la atención de los especialistas. Pero en esta provincia nunca se puede decir nunca. Dos cruentos planes de venganza terminaron en dos muertes y el número de homicidios se duplicó en cuatro horas,
El primer caso se registró en el Barrio Oeste II y fue un nuevo capítulo de la sangrienta guerra que protagonizan dos bandas dedicadas al narcomenudeo que pugnan por el dominio territorial. En esta oportunidad, un supuesto soldadito (persona que trabaja a las órdenes del transa) del grupo de “Cara i’ Gota” asesinó de un disparo por la espalda a otro de “Chuky”.
Todo comenzó el miércoles, pasadas las 17. Braian “Chiripa” Vélez (23 años), se encontraba en Bolivia al 4.500. A ese lugar se presentó Mauro Ezequiel Segura (24) y, después de una breve discusión, comenzó una pelea que se detuvo abruptamente cuando el segundo sacó un arma de fuego.
Vélez intentó escapar corriendo, pero Segura realizó varios disparos y uno de ellos impactó en la espalda de la víctima. La víctima fue llevada a un centro asistencial de San José, pero llegó sin vida. El agresor fue detenido por personal de la seccional 5° en Villa 9 de Julio. Cuando lo arrestaron, ya no tenía el arma en su poder.
Según trascendió, sin que se supieran los motivos, el fallecido habría baleado la casa de Segura días atrás y esa habría sido la razón por la que decidió cobrarse venganza. “Dicen en el barrio que se habían citado a pelear mano a mano, pero todo se pudrió cuando el matador, que estaba perdiendo la pelea, sacó un arma”, contó Mario Fernández, vecino de la zona. Esa versión no fue confirmada por el momento.
“Chiripa” fue uno de los acusados del crimen del soldado peruano Sandro Silverio Reyes Ríos, registrado en abril de 2019. Él, junto a otros dos adultos y un menor, lo atacaron para robarle mientras hacía tareas de cobranza en el Barrio Oeste I.
En 2021, Vélez y Carlos Barrionuevo fueron condenados a 14 años de prisión por homicidio en ocasión de robo agravado por el uso de arma de fuego y fueron absueltos los otros dos por el beneficio de la duda.
El defensor oficial Pablo Canatta impugnó la sentencia al considerar que los jueces que intervinieron el caso no habían evaluado correctamente la prueba. Un tribunal le dio la razón y terminó absolviéndolos por el beneficio de la duda. Natalia Herrera, pareja del soldado que sobrevivió a la guerra de Irak, pero perdió la vida en un hecho de inseguridad, en una entrevista con LA GACETA había anunciado que renunciaría a seguir peleando por justicia porque no contaba con los medios necesarios.
Ese no fue el único homicidio en el que estuvo involucrado Vélez. Fue procesado por el crimen de Leandro Valdez, ocurrido en octubre de 2017. “Chiripa” fue enjuiciado junto a otros dos acusados, pero terminó siendo absuelto y ese crimen también quedó impune.
“La bronca siempre está, esperemos que esta muerte no genere una escalada de violencia en el barrio. Ya estamos hartos de los tiros”, comentó Luciana Medina. Fuentes de la Policía confirmaron que montaron un operativo especial para evitar nuevos enfrentamientos. “Hay más ‘ratis’ pero ellos saben que no estarán para siempre y cuando se vayan, actuarán”, finalizó Mauro, un adolescente que jugaba en la zona.
0tro crimen: buscan a “Facundito” por un homicidio
“Facundito” es el sospechoso de haber acabado con la vida de una mujer. El miércoles, a las 21, Emilse Luna estaba caminando junto a Carlos Robles, cuando fueron atacados a balazos por un joven. La víctima recibió varios disparos y murió en el acto, mientras que su compañero fue trasladado a un centro asistencial donde aún se recupera de las heridas que sufrió. No se conocen cuáles fueron las razones del mortal ataque, pero sí se confirmó que después de haber baleado a la pareja, se presentó en un domicilio de otra familia y le realizó varios disparos. “Facundito” está relacionado con el clan Díaz. El crimen de Luna fue el cuarto que se registró en lo que va de enero. Alexis Jiménez fue ultimado en el barrio Alejandro Heredia por el policía al que le intentó robar la moto. En una pelea desatada en el arresto de la seccional 4°, murió el detenido Darío Amaya.