Salud mental: cuál es la diferencia entre nerviosismo y ansiedad

Salud mental: cuál es la diferencia entre nerviosismo y ansiedad

Mientras el primero es temporal y manejable, el otro interfiere en la vida cotidiana.

Salud mental: cuál es la diferencia entre nerviosismo y ansiedad
25 Enero 2024

Los términos “nervioso” y “ansioso” se suelen emplear casi como sinónimos. Sin embargo, los expertos afirman que se trata de dos conceptos muy diferentes. Mientras el primero es temporal y manejable, el otro puede interferir con la vida cotidiana y precisar de un tratamiento psicológico.

Los especialistas definen al nerviosismo como una reacción que se presenta ante alguna situación relevante - por ejemplo rendir un examen, hacer una presentación en público, una reunión importante, o una boda - ante las cuales el cuerpo se activa para poder afrontarla con éxito. Esta activación se expresaría a través de los “nervios”. Por su parte, la ansiedad es una respuesta fisiológica de alarma y se debería dar ante situaciones de amenaza o cierto peligro real.

Cómo diferenciar un estado nervioso de uno ansioso

Estas son algunas de las principales diferencias:

1. En el nerviosismo, los factores que originan el estrés son externos. En el caso de la ansiedad los factores son internos: preocupación, anticipación de eventos improbables, pensamientos catastróficos, etc.

Según la licenciada Gabriela Martínez Castro, directora del Centro de Estudios Especializados en Trastornos de Ansiedad (CEETA): “La ansiedad implica una preocupación acerca de diferentes temáticas de la vida de la persona y se presenta con síntomas. En cambio, en los nervios la persona está muy focalizada en un tema, específicamente, con la atención, la concentración y la memoria en alta. Es decir, que está muy concentrada en la temática que la preocupa en ese momento. Puede estar inquieta físicamente, caminar, hacer chasquidos con las manos o frotarlas, movimiento de piernas o de pies, tocarse el cabello, las cejas, etc. También, por supuesto, implica tener cefaleas o migrañas tensionales, contracturas e insomnio”. En cambio la ansiedad es más abarcativa, dice la experta e incluye los nervios y agitación psicomotriz. “Puede presentar contracturas, cefaleas tensionales, insomnio, dificultad para respirar, para concentrarse, respiración agitada, y la atención, la concentración y la memoria están muy en baja. Esto es absolutamente contrario a los nervios, la temática de preocupación en la ansiedad es generalizada. También va acompañado de taquicardia, sudoración y temblores”, expresó la psicóloga.

2. Aunque la ansiedad es un proceso mental, el cuerpo también participa y se manifiesta de manera similar que en el nerviosismo. Muchas sensaciones físicas pueden acompañar al nerviosismo, como sequedad de boca, palmas sudorosas y mareos. Los síntomas de índole corporal de la ansiedad son: inquietud o impaciencia, cansancio, dificultad para concentrarse, irritabilidad, tensión muscular y alteraciones del sueño.

3. El nerviosismo tiende a desaparecer una vez que se supera la situación. Tiene una duración concreta, finaliza cuando la situación que provoca el estrés desaparece o se supera (por ejemplo, luego de rendir un examen). Sin embargo, la ansiedad tiende a prolongarse en el tiempo porque está asociada a pensamientos irracionales en torno a una idea.

4. En el nerviosismo la emoción que predomina es la preocupación en torno a una situación puntual (por ejemplo, tener que rendir un examen de conducir). En la ansiedad, por su parte, la emoción que predomina es el miedo a que algo malo suceda, lo que lleva a la persona a anticipar situaciones negativas. Esto puede incluso obligar a evitar lugares o situaciones que provoquen estos síntomas incómodos.

5. El nerviosismo se sitúa en el presente, en esa situación que lo provoca. En cambio, la ansiedad se sitúa en el futuro, en la anticipación característica del pensamiento catastrófico.

En conclusión, el nerviosismo es temporario, menos intenso, es la respuesta a algo específico, rara vez conduce a conductas de afrontamiento negativas y es manejable con autocuidado.

Por otro lado, la ansiedad es persistente y continua, más intensa y generalizada, interfiere con la vida diaria y puede requerir terapia y/o medicación.

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