El paro en Tucumán: entre “el hay que aguantar” y el “no está cumpliendo”

El paro en Tucumán: entre “el hay que aguantar” y el “no está cumpliendo”

Los tucumanos expresaron sus puntos de vista sobre la medida de fuerza cegetista y el rumbo de la gestión del Presidente.

CON LOS BOMBOS DE FONDO. No faltó la “banda” para los cánticos CON LOS BOMBOS DE FONDO. No faltó la “banda” para los cánticos
25 Enero 2024

A raíz del paro convocado por la CGT, ciudadanos que estuvieron ayer en el microcentro expresaron su pensamiento al ser consultados por LA GACETA.

Ángel, empleado de comercio que se desempeña en una ferretería de Barrio Norte, se muestra paciente ante el Gobierno nacional. “Hay que aguantar, es un proceso de meses hasta encontrar estabilidad. Tengo esperanzas en el Gobierno; no se puede cambiar en tan poco tiempo lo que se viene destruyendo hace mucho”, señaló.

Ubicado en la parada de calle San Juan -entre 25 de Mayo y Muñecas- a la espera de la línea que lo lleva a casa, Luis Saldaño, jubilado de 68 años, teme por la actual situación y también por el futuro. “El Presidente y su séquito no están a la altura; el paro es totalmente acertado. Milei no sabe ni donde está parado. Es un loco que no sabe ni el preámbulo de la Constitución”, reprochó.

Viviana, odontóloga de 48 años afirma que “el paro de hoy no tiene sentido, no soluciona nada y hasta perjudica a mucha gente”. La mujer pide que se “priorice el dialogo” y “se siga trabajando”.

Por su parte, Carlos, un taxista de 42 años, afirma que el paro “no le conviene” porque “vive de sus viajes diarios”. “Hay que ponerle el pecho a las balas. Este Gobierno -como ningún otro- no puede hacer milagros, hay que darle tiempo”, dijo.

“La gente tiene razón, el Presidente no está cumpliendo con lo que dijo”, señala Antonio Sandro Pajón, vendedor ambulante de 45 años que camina diariamente las calles del microcentro. En medio de su caminata cotidiana por la calle 25 de Mayo, dice: “la gente lo eligió, pero no para que le quite a los pobres”, y agregó: “este loco si quiere sacar más asistencia a la gente que no tiene, lo va a hacer. Es increíble lo que está pasando”.

Sentado en una cafetería de calle Santiago del Estero, Tito (70 años) contó que se desempeña como “vendedor de autos usados” y su rubro está prácticamente detenido debido a la inestabilidad económica; pero aun siendo opositor a las ideas que pregona Milei tilda como “apresurado” al paro convocado por la CGT. “Tenés que dejar que el gobierno actúe. El peronismo es muy grande y va a ser una contra importante; si hay represalias, peor”, expresó.

Por último, José Cardona asegura que “todo paro es contraproducente para los trabajadores”. Alistando su mítica florería de 60 años en calle Muñecas (herencia de su padre), el hombre se ve desalentado al considerar “insuficiente y desacertada” la implementación de la ley ómnibus y el DNU. “Se está ajustando mucho al laburante. No veo futuro”, soltó el trabajador.

De sindicalistas

Portando un chaleco verde y una bandera en su mano con el logo de ATE, Ángel González tildó la ley ómnibus como “una tragedia”. Indignado, el dirigente aseguró que Milei “es un vende-patria”. Además, se mostró disconforme con la postura adoptada por el jaldismo en la Cámara de Diputados de la Nación en favor de la ley Ómnibus. “Los votamos para que representen al peronismo, no para que se hagan los neoliberales”, agregó.

“Más trabajo, comida y salud”. Marcela López, de Política Obrera, repetía una y otra vez este cántico en un megáfono. La mujer afirmó que se encontraba en la marcha “para acompañar a todos los trabajadores”, ya que son quienes “realmente sufrirán las consecuencias” de las medidas tomadas por el Gobierno nacional. “Todo el pueblo argentino tiene que salir. Estamos peleando por las condiciones de vida de nuestros hijos y de nuestros nietos”, manifestó.

Gerardo, del Sindicato de Trabajadores de la Vivienda (Sitravi), aseguró a LA GACETA que “la situación actual nos afecta muchísimo”. “Las obras están paradas, no están mandando fondos del Gobierno nacional”, afirmó, mientras se resguardaba del sol bajo la sombra de la marquesina del Teatro Mercedes Sosa.

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