Un tucumano pasó de jugar en "Las Cañas" a firmar con un club europeo

Un tucumano pasó de jugar en "Las Cañas" a firmar con un club europeo

Ignacio Giampaoli tiene 31 años, es Licenciado en Informática y recorrió varios continentes con la idea de vivir del fútbol.

Un tucumano pasó de jugar en Las Cañas a firmar con un club europeo Foto: Gentileza Ignacio Giampaoli
23 Enero 2024

Talento, perseverancia y sacrificio. En el orden que se prefiera, son tres condiciones fundamentales para alguien que pretenda ser futbolista. Quien goza de habilidades naturales para el juego, pero le es esquivo el esfuerzo y a la constancia, difícilmente pueda desarrollar una carrera deportiva profesional. Ignacio Giampaoli, quien nunca dejó de luchar por su sueño, puede dar fe de ello.

“Aprendí que el talento es el primer paso para ser profesional, pero no es el único. Podés ser talentoso, pero necesitás cumplir con muchos requisitos más: estar bien entrenado, tener los contactos, que el club esté buscando un jugador en tu posición, que al técnico le guste tu estilo. Yo me di cuenta que mientras más requisitos de esos pueda cumplir y facilitarle a los clubes, el talento empieza a importar menos”, introduce el volante ofensivo, actual jugador de Llandudno Football Club, equipo que milita en la Segunda División de Gales.

“Nacho” fue tomando nota de cada paso que dio. Vivió su adolescencia en Yerba Buena y jugó en las inferiores de CEF 18 y San Martín. Cuando decidió que quería vivir del fútbol, pasó por experiencias en Estados Unidos, Guatemala, Australia, Nueva Zelanda, Finlandia, Suecia, Grecia y Gibraltar.

Su carrera es llamativa a simple vista. Sin embargo, resulta aún más interesante al adentrarse en sus particularidades. Recorrió el globo sin la ayuda de un representante, gestionando él solo la mayoría de sus viajes. “La carrera que tengo no es tan común entre los futbolistas argentinos. Muchas veces me ponen en una mirada poco profesional porque me muevo solo, hago pruebas y pago mis pasajes. Para costearlos, trabajé como delivery, fui mozo y hasta llegué a trabajar en una granja”, recuerda el futbolista de 31 años.

NUEVO DESTINO. Giampaoli entrenando en el Llandudno, su nuevo equipo NUEVO DESTINO. Giampaoli entrenando en el Llandudno, su nuevo equipo Foto: Gentileza Ignacio Giampaoli

Fue un jugador semiprofesional la mayor parte de su trayectoria, con todo lo que eso implica. Intentó construir su recorrido a partir de contactos que él mismo generaba en sus clubes. “Yo me encargo de hablar con ex compañeros, presidentes, directivos y entrenadores. Soy mi propio representante. Intento hacer una investigación de la liga y luego empiezo a mandar muchísimos mails, con mi curriculum y unos videos. Llegué a enviar alrededor de cincuenta correos por día y con suerte me contestaban uno por semana”, explica.

Al mismo tiempo que se introducía en la vorágine propia de una carrera futbolística, “Colo” intentaba terminar sus estudios. Cuando tenía 18 años, ingresó a la Universidad Nacional de Santo Tomas de Aquino (UNSTA). “Fue durísimo, nunca quise hacerlo. Tomé una decisión incorrecta al ponerle tantas pilas porque retrasaba mucho mi progreso. Si me hubiese desarrollado correctamente durante esa edad, podría haber sido muchísimo mejor jugador”, se arrepiente.

Una vez que se recibió de Licenciado en Informática, a los 26 años, pudo liberar su mente de compromisos y presiones. Decidió poner todas las fichas en el fútbol y su carrera empezó a encaminarse. Su mayor logro fue firmar tres contratos profesionales con equipos de Primera División, en tres continentes distintos: América (Guatemala), Oceanía (Nueva Zelanda) y Europa (Gibraltar).

La nacionalidad de Giampaoli no pasa desapercibida en el mundo. El hecho de haber nacido en un país tricampeón del mundo, con figuras reconocidas a lo largo de su historia, marca una diferencia. “Messi y Maradona me abrieron un montón de puertas. Cuando me probaba en clubes, tenía un plus de ventaja por el mero hecho de ser argentino”, señala.

Incluso, admite que la diferencia de nivel entre Argentina y otros países es muy grande. Si bien la infraestructura en otros países es superior, todavía no logran alcanzar la calidad futbolística de Sudamérica. “Es el mejor fútbol en el que he vivido”, advierte.

Un tucumano pasó de jugar en Las Cañas a firmar con un club europeo

Giampaoli, quien supo jugar las primeras ediciones del Torneo “La Cañas” en Yerba Buena, anhela volver al país para jugar profesionalmente. “Mi sueño y objetivo es jugar en Primera o Segunda División en mi país. Soy hincha de San Martín, aunque ya no lo siga tanto. Puedo explicar cómo funciona la Tercera División de Suecia pero no entiendo la estructura que tiene el fútbol argentino”, responde dejando en claro que, debido a sus años fuera del país, perdió contacto con la realidad local.

En la actualidad, “Colo” se encuentra jugando profesionalmente en el ascenso galés. Su contrato le permite vivir cómodamente del fútbol, y con 31 años todavía no piensa en el retiro. “Me pregunto muchas veces cuánto me queda, pero me siento muy bien. Tengo mucha energía. Aunque varios clubes me rechacen por mi edad, yo me siento de 25 años”, concluye.

Hoy, tras años de sudor y trabajo, Giampaoli puede decir que lo logró. Aquel recuerdo de un niño que añoraba ser futbolista profesional puede ser revivido con la satisfacción propia del deber cumplido. (Producción periodística: Diego Caminos).

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