23 Enero 2024
Propuestas en el norte y noroeste: aromas que se mezclan en blends únicos
Dice la teoría que un vino puede ser aún mejor si en él se combinan las características de diferentes cepas. Por esos los vinos blends son cada vez más solicitados alrededor del mundo, y la Argentina no es una excepción. Córdoba posee firmas que producen esta variedad a lo largo de todo el territorio. De hecho, la movida del vino es tan grande que en 2009 la provincia fue incorporada oficialmente a la ruta de los Caminos del Vino. En las regiones norte y noroeste es dónde más se realizan esos cortes: los turistas pueden recorrer las bodegas El Gredal (San Pedro Norte, en el departamento de Tulumba y a unos 500 kilómetros de Tucumán), Jairala Oller (en el valle de Ischilín, a 430 kilómetros de la capital tucumana) y la de la Familia Robledo Balzarini (Villa de Soto, 500 kilómetros desde Tucumán). Allí se puede aprender sobre cómo se producen estos vinos que, como pasan seis meses en barricas de roble, poseen un sabor único.
Ciudad de Córdoba: una bodega casi única en el mundo
No es necesario estar en el campo para producir vinos de buena calidad. Bajo la premisa de la “enología ancestral”, la bodega Slow Wines realiza vinos naturales en la ciudad de Córdoba (es la primera en su tipo), distante 550 kilómetros de nuestra provincia. Las uvas provienen de Quilino, Colonia Caroya y Cruz del Eje; y para la producción no se utiliza tecnología de punta ni agregados químicos. Esta bodega es una de las seis urbanas que existen en el mundo; como su nombre lo dice, son instalaciones ubicadas en áreas metropolitanas (o cerca de núcleos fuertemente habitados) en las que se lleva a cabo la producción, almacenamiento y, a veces, la degustación de vinos u otros productos vinícolas. Si bien varían en tamaño y capacidad, y a menudo tienen un enfoque más boutique o artesanal, comparten varias características en común: la ubicación en áreas urbanas, la producción limitada, la accesibilidad y la sostenibilidad.
bodega del gredal
Calamuchita: vinos con caracter
Las Cañitas, Familia Furfaro, Vista Grande, Finca Atos, Sineres, Juana Urbana, Puduam, Río del Medio, Alma Minera, Champagnera San Lorenzo y Finca Las Acacias. Los nombres de bodegas se multiplican y son muchas las opciones que ofrece el camino del vino de Córdoba en su parada en Santa Rosa de Calamuchita, adonde se llega luego de recorrer 635 kilómetros desde la capital tucumana. Allí los cordones serranos y los verdes valles son el escenario perfecto para los proyectos vitivinícolas que se desarrollan; algunas de las cepas que se cosechan son Chardonnay, Sauvignon Blanc, Malbec, Syrah, Merlot, Cabernet Sauvignon y Pinot Noir. Por su cercanía con las montañas, las visitas a estas bodegas son una opción perfecta para salir al contacto con la naturaleza, pero es necesario usar ropa cómoda y, en verano, llevar lentes de sol, protector solar y gorro.
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Traslasierra: varias opciones de ayer y hoy
El vino en Córdoba permite, además de gozar de una buena bebida, disfrutar de paisajes únicos y cavas para disfrutar varietales de alta calidad. Y en Traslasierra (luego de un viaje de 660 kilómetros saliendo de Tucumán) hay varias propuestas para disfrutar: se cosechan cepas de Malbec, Cabernet Sauvignon, Shyraz, Merlot y Tannat, entre otras opciones. Lo curioso de estos viñedos es que todos cuentan con servicios de hospedaje y proporcionan gastronomía propia. Hay ocho bodegas en la zona: Noble San Javier, La Matilde, Aráoz de La Madrid, Viarago, San Ramón, Las Breas, Piedra Mora y Kirton. Y para los amantes de la historia hay, además, otra opción: en la zona se encuentra el museo de la antigua bodega Villa Dolores; allí se puede conocer más sobre la historia de las producciones locales.
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Punilla: varias cepas se entremezclan
Al Valle de Punilla llegaron recientemente los viñedos. En este terruño, al que se llega luego de recorrer 520 kilómetros desde la capital tucumana, se fabrican vinos jóvenes y frutados, con notas de grafitos y buen color. Allí existen tres bodegas: Nébula -que empezó a funcionar en 2015- posee plantaciones de cepas Malbec, Cabernet Franc, Sauvignon Blanc y (la menos común de todas) Gewürztraminer, un blanco dulce y semidulce muy aromático de origen europeo y que se cultiva en zonas bastante frías; Finca La Marta está casi escondida en Capilla del Monte y posee algunos viñedos y frutales, donde se pueden degustar vinos cordobeses y platos hechos por los dueños del lugar; y Finca Las Corzuelas, que es un viñedo orgánico, al pie del renombrado Cerro Uritorco. Se trata de un emprendimiento familiar que también permite visitas para aprender un poco más sobre la producción de vinos.
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Sierras chicas: bodegas y fiestas
Ha crecido tanto la tradición vitivinícola en Córdoba, que ahora tiene su propio festival. Pero la producción viene de hace tiempo: a comienzos del siglo XX, el departamento de Sierras Chicas ya tenía plantadas alrededor de 20.000 cepas de vid. Por eso no es casualidad que en Colonia Caroya (a 490 kilómetros de Tucumán) se celebre cada marzo la Fiesta Provincial de la Vendimia y la Fiesta Nacional de la Sagra de la Uva. Hay disponibles seis bodegas para conocer: La Caroyense, Terra Camiare, Chacra de Luna, Rosel, Di Candi, y Don Fabio.
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