“Dale que estamos bien, que no se nos puede escapar nada”, arengaba una y otra vez el preparador físico de San Pablo, mientras los jugadores realizaban los primeros movimientos en el césped del estadio de la Liga Metanense.
Pese a que no es fin de semana, las calles del municipio pintoresco lucían completamente vacías, pero al llegar a la esquina de Güemes e Irigoyen la situación cambió por completo. Una triple fila de hinchas esperaban pacientemente en una fila que tenía casi 150 metros de largo, a pesar que el partido estaba a minutos de comenzar.
“Todo Salta está apoyando al único representante de la provincia en el Federal”, gritó un simpatizante “tallarín” mientras esperaba para ingresar al estadio.
Eso sí, para lograrlo tenía que sortear un riguroso control policial que revisó minuciosamente bolsillos, zapatillas, bolsos, set materos.
Ya dentro del estadio las tribunas de seis o siete escalones de cemento que rodean prácticamente el campo de juego estaban abarrotadas con familias enteras, con todo el cotillón listo para que cuando el juez Guido Medina y los futbolistas saltan al terreno todo sea una fiesta azul y negra.
En la tribuna que daba hacia el este se ubicaron los familiares y algunos hinchas que llegaron desde Tucumán y también tuvieron que sortear diversos controles en la ruta y para el mismo ingreso al estadio. Pocas camisetas del “paulistano” (aquellas que pudieron filtrarse en el control policial) y sólo una bandera, con el escudo de San Pablo en el medio junto a una inscripción que decía “La Reducción”, que marcaba territorio y dejaba en claro que el “paulistano” esta tarde no estará solo.