La dimensión de lo que significó un jugador para la historia del fútbol no la dan solo sus títulos. Por ejemplo, Johan Cruyff jamás fue campeón mundial. Pero su influencia primero como jugador y luego como DT lo ubican en un podio de elegidos. Su continuador como técnico, Pep Guardiola, tampoco fue campeón mundial de selecciones (por ahora), pero sí de clubes. Y es seguramente el nombre hoy más influyente del fútbol actual. ¿Qué diríamos del alemán Franz Beckenbauer, que fue despedido el viernes en un funeral con todos los honores en Munich?
A la ceremonia fueron los más altos políticos del país porque “Der Kaiser”, como se le decía, significó mucho para la historia alemana. Pero significó también muchísimo para la historia del fútbol, no solo porque es uno de los pocos que fue campeón mundial de selecciones como jugador y como DT, sino ante todo porque “revolucionó” el puesto de líbero, porque casi todos nosotros jugando de pibes en las plazas porteñas decíamos “corta Beckenbauer” cuando robábamos una pelota y nos íbamos de inmediato al ataque, relatando el “picado” con los amigos. Y porque en las canchas cantábamos eso de “en Alemania Beckenbauer, en Brasil el Rey Pelé y ahora, en la Argentina, es ‘fulanito’ (nuestro equipo del corazón) y su ballet”. Eran tiempos en los que los cracks rivales (Pelé incluído) eran sinónimo de admiración, no de burla.
Pero Pelé era cercano. Beckenbauer era alemán y no había globalización, tele que nos diera partidos a toda hora y en cualquier lugar. No había internet. A Beckenbauer lo reconocíamos como un héroe de Copas Mundiales. Y, si a Diego Maradona le recordamos siempre ese pecho inflado de calidad y de orgullo, Beckenbauer tenía siempre su gesto de cabeza levantada. De líbero que, luego de cortar el avance rival, levantaba la cabeza ya sea para lanzarse él mismo al contragolpe o pasar largo a su compañero mejor ubicado. Los italianos habían hecho un culto del líbero (el defensor que sobraba), pero casi siempre en clave defensiva, fieles a su histórico cerrojo defensivo llamado “catenaccio”. Beckenbauer (que había nacido como volante) fue retrasado primero en su club (Bayern Munich) al puesto de líbero, pero no solo para defender, sino ante todo para liderar el contragolpe. Por eso su importancia, su influencia en la historia del fútbol mundial, su despedida el viernes en Alemania. El fútbol lo recordará siempre.