Diego Vidal, un especialista tucumano para el scrum de Peñarol Rugby

La popularidad del fútbol jugó un papel importante en la génesis de lo que hoy se conoce como Súper Rugby Américas. Tres de las seis franquicias que iban a participar en la edición inaugural de la entonces llamada Superliga Americana de Rugby (cancelada por la pandemia) estaban apalancadas por clubes históricos del fútbol sudamericano: Corinthians Rugby (Brasil), Olimpia Lions (Paraguay) y Peñarol Rugby (Uruguay). La primera ni siquiera llegó a debutar (en 2021 cambió su nombre a Cobras Brasil XV) y la segunda jugó dos ediciones antes de cambiar a su identidad actual de Yacare XV, por lo que la uruguaya se mantiene como la única que conserva su raíz futbolera.

Que ese vínculo se haya sostenido seguramente se debe en buena parte al éxito de los "Carboneros" en el plano rugbístico: tras ser subcampeones en 2021 (perdieron la final a manos de Jaguares XV, la franquicia argentina), ganaron las dos ediciones siguientes, derrotando a Selknam (Chile) en la final de 2022 y a Dogos XV (franquicia debutante de Córdoba) en la del año pasado, por lo que llegan como el bicampeón defensor y gran rival a vencer. Y para esta nueva temporada, el staff de la franquicia uruguaya contará con el conocimiento y la experiencia de un ex referente de los Naranjas, Diego Vidal.

"Estoy súper contento porque siguen apareciendo cosas nuevas en el rugby. Nuevas aventuras", cuenta el ex hooker de Cardenales desde Montevideo, adonde arribó el domingo para sumarse al staff encabezado por el ex Puma Leonardo Senatore.

Después de sus años como entrenador de Cardenales y de Natación (con el que fue campeón en el Apertura del Anual tucumano 2021), Diego dio el salto al rugby profesional como entrenador asistente de Cafeteros Pro, la franquicia colombiana que jugó la Superliga Americana (hoy Super Rugby Américas) en 2022. "Fue un año muy lindo, pero terminé muy cansado, así que decidí tomarme sabáticos los primeros meses de 2023. Descansar un poco me hizo muy bien. Y poco antes de mediados de año, Pablo Bascary -con quien había sido entrenador en Natación- me llamó para que diera una mano con el line en Old Lions. Me gustó la idea, fue una experiencia de dos meses muy linda que me permitió ir volviendo al ruedo de a poquito", cuenta Vidal.

La siguiente parada fue Paraguay, en el club Santa Clara, donde además de desempeñarse como head coach, se desenvolvió en una función extraña para él: la de gerente deportivo del club. "Me tocó capacitar entrenadores, ver algunas cuestiones administrativas y un poco de todo. No conocía mucho ese rol, pero también fue una hermosa experiencia con muy buena gente", destacó el también ex jugador de Botticino, Catania y Benneton Treviso (clubes de Italia).

Diego estaba pensando qué iba a hacer de su vida en 2024 cuando sonó el teléfono. Una llamada desde Montevideo lo invitaba a sumarse al staff de Peñarol, la única franquicia del Súper Rugby Américas que no había tenido presencia tucumana (Francisco Moreno, pilar de Universitario formado en Lince, se sumó este año a Cobras, el otro equipo que nunca había tenido un tucumano en sus filas).

En Uruguay también tendrá que cumplir una doble función: además de ser el entrenador de scrum de Peñarol, también aportará su conocimiento sobre el fijo en la Academia de la Unión uruguaya, destinada al desarrollo de los Teritos M18 y M20. "Uruguay viene creciendo mucho en los últimos años, y eso se vio reflejado en los Mundiales. Vienen trabajando mucho a la par del rugby de alto rendimiento en Sudamérica y generando cosas como la franquicia o esta academia, que sería similar al Pladar en Argentina. Todavía soy nuevo acá, pero seguramente ya iré conociendo más a fondo el panorama del rugby uruguayo", señala.

Salvo en ese breve paréntesis de cuatro meses a principios del año pasado, Vidal no ha parado de cruzar fronteras y mudarse de un lugar a otro, lo cual no es tan simple cuando se es esposo y padre de dos hijas: "yo me fui muy joven a Italia, pero estaba solo y tenía 20 años. Ahora ya tengo mi familia, así que estas decisiones se deben consensuar. Pero Sofía (Antelo Bravo, su esposa) me conoció rugbista y sabe lo que significa este deporte para mí, así que tomamos estas oportunidades como ladrillos de un sueño que estamos construyendo. Por supuesto, es duro al principio alejarse de tu familia, pero amo esto que hago y siento que soy un bendecido. Es un poco el equilibrio de la vida misma".