La premio Nobel de la Paz iraní Narges Mohammadi, encarcelada en Teherán desde 2021, fue condenada a 15 meses de prisión por “propaganda” contra la República Islámica, anunció su familia en un comunicado publicado en Instagram.
A Mohammadi también se le prohibió permanecer en Teherán, salir del país y utilizar su celular, si fuera liberada, por un período de dos años en todos los casos, agregó la familia.
Esta es la quinta condena para la activista de derechos humanos de 51 años, tres de ellas relacionadas con sus actividades en la cárcel, desde su última detención en marzo de 2021.
En total, fue condenada a 12 años y tres meses de prisión y a 154 latigazos, según el comunicado.
La activista iraní rechazó comparecer en su último proceso el 19 de diciembre, al negar la legitimidad del tribunal.
“El veredicto parece un comunicado político contra Narges Mohammadi, a la que acusan de alentar las opiniones contra el régimen islámico para sembrar el caos. Está acusada de actuar a cuenta de los enemigos del país”, indicó la familia.
Mohammadi, ganadora del Premio Nobel de la Paz en 2023 “por su lucha contra la opresión de las mujeres en Irán y por la promoción de los derechos humanos y la libertad para todos”, fue reiteradamente condenada y encarcelada en los últimos 25 años por su compromiso contra el velo obligatorio para las mujeres y la pena de muerte.
La Nobel de Paz es activista y periodista y aboga por la libertad y el libre albedrío, principalmente de las iraníes. Nació en Zanyán, a 300 kilómetros de Teherán, en 1972, estudió en la Universidad Internacional Imam Jomeini donde se graduó en Física y se convirtió en una ingeniera profesional; pero la inquietud por los derechos humanos nunca la abandonó. En su paso por la academia, se perfiló como periodista escribiendo artículos sobre los derechos de la mujer en el periódico estudiantil y esto le costó una detención.
Se casó con Taghi Rahmani, un reconocido periodista, en 1991, aunque está exiliado en Francia desde el 2012 con sus dos hijos gemelos, quienes no ven a su madre hace años. Rahmani ha confesado que la vocación de Nargen por los derechos humanos y civiles se intensificó cuando él mismo fue enviado a prisión durante 14 años, dos de ellos los pasó en una celda de aislamiento.
Medios internacionales relatan que es una mujer que nunca se queda callada, ni teme hablar con la prensa internacional opositora sobre sus inconformidades. (AFP)