Argentina y el FMI alcanzaron un acuerdo integral mediante el cual el organismo desembolsará aproximadamente U$S 4.700 millones antes de fin de mes, proporcionando un alivio crucial a las reservas del Banco Central. Según el ministro de Economía, Luis Caputo, se espera un incremento de U$S 10.000 millones en las reservas para fin de año. Este acuerdo, que aborda la estabilidad macroeconómica y ajusta el programa actual, se logró en el contexto de una séptima revisión del programa, sujeto a la aprobación del Directorio Ejecutivo del FMI.
El FMI elogió la rápida implementación “del ambicioso plan de estabilización por parte de la nueva administración de Javier Milei”. Dicho plan se centra en la consolidación fiscal, la reconstrucción de reservas, la corrección de desajustes de precios relativos y el fortalecimiento del Banco Central. En un comunicado, el organismo internacional destacó que este programa también busca “simplificar la economía basándola en reglas y orientarla al mercado”, con la “ampliación de la asistencia social para proteger a los sectores más vulnerables”.
El personal técnico del FMI y las autoridades argentinas acordaron una serie de políticas económicas que buscan “restaurar la estabilidad macroeconómica”. Este desembolso, sujeto a la implementación continua y duradera de políticas, se presentará para su aprobación en las próximas semanas. Se espera que el acceso a los U$S 4.700 millones respalde los esfuerzos de Argentina para “restaurar la estabilidad macroeconómica” y abordar las necesidades de la balanza de pagos.
El comunicado, FMI criticó a la gestión del exministro de Economía, Sergio Massa, al argumentar que “el programa se desvió gravemente de su rumbo. Se incumplieron las metas de déficit fiscal primario y de deudas internas para finales de septiembre, y datos preliminares sugieren que las metas de fin de año se incumplieron incluso por un margen mayor”.
Compromisos
En relación con los próximos pasos, Argentina se propone lograr un superávit primario del 2% del PIB mediante medidas de ingresos y gastos. Se anticipó que los ingresos temporales provendrán de mayores impuestos relacionados con el comercio y ganancias derivadas de la normalización de la producción agrícola. Paralelamente, la racionalización del gasto se basará en reducciones de costos administrativos, subsidios a la energía y el transporte, transferencias a provincias y empresas estatales, y la disminución de gastos en infraestructura de menor prioridad.
En términos de protección social, el FMI destacó que “las autoridades fortalecieron significativamente la asistencia social” a través de programas de subsidios por hijos y cupones de alimentos, alejándose de los programas sociales distribuidos mediante intermediarios costosos. Además, se planea “preservar el valor real de las pensiones y aumentar la asistencia social según las condiciones lo justifiquen”.
Perspectiva
A lo largo del año, los datos revelan una situación en la que los pagos previstos ascienden a U$S 7.665 millones, superando los desembolsos proyectados de U$S 6.550 millones. Esto implica que el Poder Ejecutivo podría enfrentar la necesidad de reembolsar una parte considerable en 2024 utilizando los dólares acumulados durante el año. En contraste, para 2025 y 2026, se prevén menores obligaciones de pago al FMI, alcanzando U$S 3.000 millones y U$S 4.100 millones, respectivamente. Sin embargo, se espera que las cifras de vencimientos aumenten sustancialmente a partir de 2028, coincidiendo con la fase completa de reembolso del EFF, alcanzando picos de alrededor de U$S 7.500 millones anuales.