Una Circunvalación devaluada y muchas urgencias

Una Circunvalación devaluada y muchas urgencias

10 Enero 2024

Ir de un lugar a otro en las grandes ciudades del país se torna cada vez más complicado. Tucumán no es la excepción. El crecimiento poblacional, el incremento del parque automotor y el flujo vehícular que va y viene de municipios aledaños hacen que las demoras se vuelvan muy habituales. Es por eso que las autopistas de circunvalación se convierten en una solución eficaz para hacer más fluida la circulación de los ciudadanos.

En este ítem, Tucumán presenta un déficit importante. Un recorrido por la región puede ayudarnos a entender qué está pasando en otras provincias. Desde hace muchos años, San Salvador de Jujuy está flanqueado por una ágil autovía que permite que aquellos que van hacia el norte o hacia el sur puedan evitar las calles del centro de la ciudad. En 15 minutos se puede llegar desde la zona del estadio 23 de Agosto (en el sur de la ciudad) a Villa Jardín de Reyes (al norte).

Salta está terminando de circunvalar toda la capital con una red de autopistas muy importante. Hoy, quienes viven en la zona de San Lorenzo Chico, Atocha y el aeropuerto llegan en minutos al centro de la ciudad o se conectan con las principales rutas de la provincia sin grandes demoras.
Santiago del Estero se ha convertido en estos últimos años en un espejo. Pero es un espejo que nos devuelve un reflejo amargo, porque nos muestra cómo esta provincia, que históricamente estuvo siempre a la sombra de Tucumán, en los últimos años vivió un desarrollo en infraestructura envidiable que nos deja a la zaga.

En Tucumán, la Circunvalación ha sido absorbida por el crecimiento urbano. Hoy rodea apenas una porción de la urbe (el sector que divide la capital de Banda del Río Salí y de Alderetes). El crecimiento hacia el este ha sido tan grande que esta traza viene padeciendo una presión enorme, ya que ha sido fagocitada por innumerables asentamientos que se levantan a su vera. Además, es una circunvalación incompleta, porque arranca en la zona del Mercofrut (donde conecta con la autopista Tucumán-Famaillá) y termina en la ruta 9. Hacia el oeste, no hay nada, solo proyectos, algunas ideas y no mucho más.

El año pasado hubo una imagen que convirtió la Circunvalación tucumana en noticia nacional: un camión cargado con papas volcó cuando intentaba esquivar un vehículo que había cruzado de mano por un paso clandestino. A raíz del accidente, decenas de personas se abalanzaron sobre las papas para intentar llevárselas, lo cual derivó en enfrentamientos con la Policía.

Es que la autopista tucumana tiene todos los elementos para que ocurran estos hechos y otros más graves: no hay iluminación; los pasos clandestinos entre mano y mano se reproducen a lo largo de toda la extensión del camino; hay basurales en todos lados, especialmente en la zona de San Cayetano; los pastizales crecen por doquier; los peatones y los carreros la cruzan por cualquier lado, y en toda su extensión hay un solo control policial, ubicado a la altura del cruce con la calle Guatemala, en la zona de La Costanera.

Esta es la imagen deplorable que se llevan muchos turistas y viajeros que deben atravesar Tucumán por los más diversos motivos. Creemos que la planificación de una obra integral que realmente pueda ser denominada Circunvalación debe estar en la agenda de los dirigentes. Ir de Yerba Buena al centro puede demandar más de 40 minutos ¿Cómo puede ser que una de las ciudades más importantes del norte no le brinde alternativas a sus ciudadanos y visitantes de desplazarse con más agilidad y seguridad?

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