Hace pocos días se estrenó en Netflix “La Sociedad de la Nieve”, el documental basado en el accidente del avión de la Fuerza Aérea Uruguaya. Aquella aeronave llevaba un equipo de rugby de ese país a Chile para jugar un partido a principios de los ‘70. Allí murieron 29 personas y las que sobrevivieron (más de 15) tuvieron que pasar por situaciones extremas hasta que fueron rescatados. La película es de las más vistas en la plataforma y más allá de una gran producción, con mucho dinero invertido, la apuesta por actores jóvenes, cuenta con un ingrediente fundamental: obviamente está basada en hechos reales. Una catástrofe que derivó en la práctica casi forzada de canibalismo. ¿Qué porcentaje del éxito de la película se lleva ese interés peculiar por las tragedias que tenemos a veces? Mucho seguramente, como sucede con muchas películas que recrean siniestros de este tipo y hasta diferentes crímenes. Varios realizadores audiovisuales han encontrado allí una fuente de historias dignas de contar. Tucumán no está ajeno a esta corriente cada vez más fuerte con la aparición de los distintos canales de streaming.
A esta misma altura del año, en 2023, la serie Dahmer batió récords de reproducciones y se ubicó entre las producciones más vistas de Netflix. El documental contaba la historia real de Jeffrey Dahmer, un asesino sádico que mató a 17 personas de origen afroamericano y asiático entre 1978 y 1991 en Milwaukee, Estados Unidos.
Mucho más cerca de Milwauwkee, en El Manantial, a casi 10 kilómetros de San Miguel de Tucumán, en 2006 vivía Beatriz Argañaraz, una docente del colegio católico Padre Roque Correa. En julio de ese año, “Betty” desapareció camino a su trabajo y aunque su cuerpo nunca apareció, sus compañeras en el colegio, las ex monjas Susana Acosta y Nélida Fernández fueron condenadas 20 años de prisión por su homicidio.
En noviembre del año pasado, se estrenó la película “En vos confío”, un documental sobre el caso dirigido por el director tucumano Agustín Toscano (“Los Dueños” junto a Ezequiel Radusky, y “El Motoarrebatador”). ¿Qué lo llevó a contarlo? “Esta historia me da vuelta en la cabeza desde hace un tiempo largo, digamos seis, siete, ocho años atrás. Pero desde el primer momento, o sea, desde mucho antes que yo sepa incluso que iba a hacer películas, yo ya era un poco fan seguidor de este caso policial”, le contó al diario Hoy de La Plata.
El caso fue seguido por Toscano y por miles de tucumanos. Se mantuvo en la tapa de este diario durante meses y meses, y en repetidas ocasiones durante años hasta que finalmente fueron condenadas en 2017. También quedó en las cabezas (además de la de Toscano) de los cronistas de los medios nacionales, que siguieron la cobertura mucho tiempo y se hicieron eco de la condena y del estreno de la película.
La debilidad aquí no solo era por el crimen y el hecho de que nunca encontraron el cuerpo, sino también por el pasado eclesiástico de las condenadas y la relación entre ellas, que al parecer derivó en el pacto de silencio.
La temática casi que ya se ha convertido en un subgénero que responde a ese interés por saber (o revivir) qué pasó: el true crime (crimen verdadero, en inglés).
Otros dos éxitos de True Crime y catástrofe a nivel nacional e internacional de los últimos años y que explotaron en visualizaciones de Netflix y HBO respectivamente fueron Carmel (la historia de María Marta García Belsunce) y Chernobyl (la planta nuclear que explotó en Ucrania en 1985).
En 2019, se estrenó una película de un grupo de documentalistas que, encabezado por Lucas García y Juan Mascaró, se metió en una cárcel tucumana para recrear la historia de un delincuente mítico organizando un taller con los reclusos que dio como resultado “Bazán Frías: elogio del crimen”. Por un asesinato, Bazán fue condenado a prisión y, cansado de las brutales palizas, logró escapar, pero tiempo después fue liquidado por la Policía cuando intentaba trepar un muro del Cementerio del Oeste.
Algo de morbo hay en conocer la historia del que fue apodado como el “Robin Hood tucumano” y su triste final. Las circunstancias de su muerte alimentaron el interés. El de los creadores del documental y el de los espectadores. “En 2012 leímos una crónica con los detalles más conocidos de la vida de Bazán Frías, que era un ladrón y que repartía los alimentos que robaba, que logró escaparse de la cárcel, y terminó asesinado en el Cementerio del Oeste, el de la clase alta, y fue enterrado en el del Norte, de las clases populares”, contó Lucas García, uno de los directores.
También bajo la dirección de Toscano, la película “El Motoarrebatador” se inspiró en un robo que sufrió la madre del director. La trama incluye un conflicto policial en el que los miembros de la fuerza ejecutan un paro y dan lugar a saqueos en distintos comercios. Un episodio similar al que vivió la provincia en 2013 y su representación en la película es de las pocas que se tiene de ese momento. Diciembre 2001, el documental argentino de Benjamín Ávila (también tucumano) tocó fibras íntimas el año pasado desde su estreno. El estallido social durante el gobierno de Fernando de La Rúa no solo derivó en saqueos sino en represión policial y muertes.
Volver a revivir un momento como ese no parece la mejor idea, sin embargo también lideró el ránking de las producciones de Netflix. Tal como sucede con varias de las producciones mencionadas: quizás rememorar determinadas situaciones no sea agradable, pero el particular interés por ver esas situaciones -en varios casos- es más fuerte.