Recalcaron que estos presuntos crímenes constituyen violaciones graves del derecho internacional y podrían “calificarse como crímenes contra la humanidad”.
“Las pruebas cada vez más numerosas de violencia sexual son particularmente desgarradoras”, señalaron en un comunicado la Relatora Especial de la ONU sobre Tortura, Alice Jill Edwards, y el Relator Especial sobre Ejecuciones Extrajudiciales, Morris Tidball-Binz.
Ambos denunciaron “acusaciones de tortura sexual (incluidas) violaciones, violaciones en grupo, agresiones sexuales, mutilaciones y disparos en los genitales”. “Se encontraron cadáveres de mujeres con la ropa subida hasta la cintura, la ropa interior quitada o desgarrada, o manchada de sangre”, agregaron.
Estos dos funcionarios son expertos independientes designados por el Consejo de Derechos Humanos de la ONU pero que no hablan en nombre de Naciones Unidas.
Críticas por la lentitud
La ONU ha sido criticada por responder con demasiada lentitud a las violaciones y la violencia sexual presuntamente cometidas durante el ataque del 7 de octubre. Ese asalto dejó alrededor de 1.140 muertos, en su mayoría civiles, según un recuento de la AFP basado en el cifras israelíes.
Además, unas 250 personas fueron secuestradas, de las cuales un centenar fueron liberadas a cambio de presos palestinos durante una tregua a finales de noviembre.
Israel prometió destruir a Hamas después del ataque. Su ofensiva ha dejado más de 23.000 muertos en Gaza, territorio controlado por Hamzs desde 2007, según el Ministerio de Salud del movimiento islamista.