¿Qué son y para qué sirven las anclas en un programa económico?

¿Qué son y para qué sirven las anclas en un programa económico?

Como las de un barco, las económicas proporcionan estabilidad en medio de las turbulencias. Se trata de implementar medidas hoy que aseguren el comportamiento futuro de otras variables, y así lograr bajar las expectativas sobre la inflación futura, y facilitar el camino a la estabilidad. Cuanto más sólidas sean las anclas, menor será la inflación esperada y, por ende, menos subirán los precios, y mejor estarán los bolsillos de todos.

¿Qué son y para qué sirven las anclas en un programa económico?
07 Enero 2024

Por Pablo Pero - Economista.

El presidente, Javier Milei, ha propuesto un programa económico que busca cambiar la trayectoria inflacionaria del país y sentar las bases para un crecimiento sostenible. ¿Son estas medidas sostenibles? Si la inflación argentina es un barco fuera de control, ¿puede el gobierno llevar el barco a puerto sin llevarse puesta a la población?, ¿cómo frenar el barco en forma creíble? Se está hablando de las anclas de este programa, ¿las tiene?, ¿cómo funcionan?

En general, se afirma que para que un programa tenga consistencia se requieren anclas. ¿Qué son esas anclas?

En términos coloquiales, un ancla económica es como la de un barco: proporciona estabilidad en medio de las turbulencias. No importa si durante la noche se desata una tormenta. Si el ancla ha sido soltada exitosamente, los tripulantes saben que al amanecer el barco estará en el mismo lugar. Se trata de implementar medidas hoy que aseguren el comportamiento futuro de otras variables, y así lograr bajar las expectativas sobre la inflación futura, y facilitar el camino a la estabilidad.

Revisemos los números: diciembre de 2019 cerró con un dólar oficial que cotizaba a $ 63, el 30 de diciembre del 23 cotizó a $ 850. Es decir, el precio del dólar se multiplicó por 13,5; en el mismo período el índice de precios del consumidor se multiplicó por 12,75. ¡Casi los mismos números! En ese tiempo, el dinero emitido (la base monetaria) se multiplicó por 5, y el agregado monetario que suma también depósitos en cuenta corriente y plazos fijos se multiplicó por 8. Es decir: los precios aumentaron más que la cantidad de dinero, y lo mismo que aumentó el dólar.

Esto me lleva a pensar que los valores propuestos no están necesariamente lejos de un equilibrio, falta reconstruir confianza en la moneda, y evitar que malas expectativas dañen la dinámica del sistema. Por eso, tener buenas anclas que regulen las expectativas futuras aportará a la solución.

La importancia del ancla fiscal. El ancla fiscal consiste en la propuesta de cerrar totalmente el déficit fiscal, que alcanza a un 5% del PBI. Para dimensionar este número, pensemos en que equivale a un poco más de toda la producción de la provincia de Tucumán por dos años. Es un número enorme. Para afirmar el ancla fiscal, el plan propone reducir el gasto público y aumentar los impuestos, y de esta forma demostrar que no será necesario recurrir a la emisión monetaria. El gobierno propone aumentar retenciones, aranceles a las importaciones, impuesto a las ganancias (los ingresos), impuestos al biocombustible, y ha aumentado ya también el monotributo. Algunas de estas propuestas lucen injustas, como la de grabar los biocombustibles con el impuesto al dióxido de carbono. El cuidado para lograr grabar allí donde la economía puede aguantar, y la transparencia en la explicación de estas medidas a los congresistas que decidirán si apoyarlas o no serán pasos vitales a la hora de ganar el apoyo necesario.

Posiblemente otra fuerza política podría haber tenido la fortaleza para proponer un camino más parsimonioso. Sin embargo, la sociedad ha elegido la propuesta de Milei, y el Presidente entendió que su momento es ahora, se jugó un pleno. En este momento, a los fines de lograr la tan ansiada estabilidad económica, considero oportuno tratar de ayudarle a cerrar el déficit fiscal. Hoy quedarse a medio camino puede resultar peor que el remedio.

Ancla cambiaria, un incentivo para permanecer en pesos. En el corto plazo también se advierte un “ancla cambiaria”. Para que ésta sea efectiva, la tasa de interés en pesos debe superar a la devaluación de esa moneda. Esto desincentiva a quedarse en dólares y alienta la acumulación de moneda local, brindando una herramienta adicional para combatir la inflación. Por supuesto, no se puede dejar fijo el tipo de cambio para siempre si no se aplica por ejemplo el ancla fiscal mencionada anteriormente.

El ancla institucional: la independencia del BCRA. Por otro lado, no podemos pasar por alto la necesidad de abordar el aspecto institucional. La independencia del Banco Central de la República Argentina (BCRA) es un componente vital para construir estabilidad futura. La autonomía del BCRA permite una toma de decisiones más objetiva y libre de presiones políticas, fortaleciendo la confianza de los agentes económicos. Un banco central independiente tiene como objetivo propio cuidar la moneda, no financiar el déficit del gobierno. Aquí el presidente se ha quedado corto: debe enviar un proyecto de ley que fortalezca la independencia del BCRA.

• Menos inflación esperada y más poder de compra. La conexión entre anclas económicas y expectativas inflacionarias es evidente. Cuanto más sólidas sean las anclas, menor será la inflación esperada y, por ende, menos subirán efectivamente los precios, y mejor estarán los bolsillos de todos. En tiempos donde la estabilidad económica es esquiva, implementar estas anclas es crucial para cambiar de raíz las expectativas inflacionarias y allanar el camino hacia un futuro más próspero.

A estas medidas debe agregárseles propuestas que fomenten la inversión, como son la desregulación y la baja de costos productivos, temas que son la esencia del DNU 70/2023. De esta forma, se busca sincerar la realidad económica, y reordenar los incentivos económicos para que tenga sentido producir, en vez de tener que destinar tanta energía a cuidarse de la inestabilidad.

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