¿Cuáles son las reformas electorales que plantea la llamada ley ómnibus?

Esta semana comenzó el debate parlamentario del proyecto de Ley de “Bases y Puntos de Partida para La Libertad de los Argentinos”, conocido como ley ómnibus. La iniciativa, enviada al congreso por el presidente, Javier Milei, introduce, entre otros, algunas reformas políticas: se derogarían las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO), cambiaría el sistema de elección de diputados y se eliminarían los topes a la financiación privada de los partidos políticos.

“El proyecto implica más una provocación de debate, que un programa de Gobierno”, dijo el doctor en política Luis Karamaneff. Explicó que el aspecto político de la reforma es una base de negociación respecto de los temas que más le preocupan al Gobierno nacional de la disposición, los económicos.

Señaló cuáles artículos tienen mayor posibilidad de encontrar consenso: “La Boleta Única de Papel ya tiene media sanción en Diputados. Está siendo empujada por la vicepresidenta (Victoria Villarruel), que ya lo incluyó en el temario, y por el Presidente, que lo incluyó en el temario extraordinario. Las PASO también podrían tener consenso para ser eliminadas, sería el interés de varios gobernadores y además la medida tiene aprobación en una gran porción de la ciudadanía que lo considera un gasto superfluo, sobre todo en tiempos de crisis económica”.

“Un efecto de la Boleta Única de Papel es debilitar aun más las marcas partidarias, porque pone el foco en una sola persona, quien encabeza la lista. Además contribuye a impulsar candidatos mediáticos, poniendo el foco en las personas, no en los partidos políticos”, dijo Karamaneff.

Otra reforma que propone el proyecto de ley es la introducción de circunscripciones uninominales, que serán definidas por el Poder Ejecutivo con consenso de la Justicia Electoral, cada distrito elegirá a un diputado y a un suplente. De esta forma, se establecería un sistema mayoritario que asigna el cargo a quien obtenga más votos, mientras que el resto de los partidos no se llevarían nada.

El politólogo Gabriel Garat opino que esta medida podría implicar un giro hacia el bipartidismo: “Un sistema mayoritario dificulta severamente la disputa de poder por parte de las terceras fuerzas políticas, ya que sus posibilidades reales de obtener una banca, al verse obligadas a ganar la elección para tener algún tipo de representación, pasan a depender de que estas se alineen con algún otro sector que tenga mayor volumen de votos”. A su vez, la Ley también busca eliminar los topes de financiación privada a las campañas políticas bajo el argumento de “poner en igualdad de condiciones a los partidos políticos para financiar sus actividades proselitistas”.

“Buscan someter a una lógica de mercado, casi como un juego de oferta y demanda, a la oferta electoral. Si el financiamiento público no está garantizado, y los aportantes privados no tienen límites, no resultaría raro pensar en empresarios que, asentados en una determinada circunscripción electoral, financien directamente a uno de los 2 candidatos con posibilidad real de ganar su elección, para que defienda sus propios intereses, y ya no los intereses verdaderos del pueblo”, sostuvo el politólogo.