Ya se sabe que esto de vivir en parejas no es solo cuestión de humanos. Incluso hay muchas especies que son monógramas, según se ha comprobado. Ahora, de acuerdo con lo publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, científicos de las universidades de Zurich y Estrasburgo comprobaron que los primeros primates vivían en parejas y solo alrededor del 15% de los individuos eran solitarios.
El estudio precisó que los primates (y esto incluye a los humanos) son animales muy sociables, de hecho, muchas especies de monos y simios viven en grupos, en tanto, durante mucho tiempo los especialistas creyeron que los lémures y otros estrepsirrinos, denominados coloquialmente primates de “nariz mojada”, eran criaturas solitarias.
Estudios anteriores intentaron explicar cómo y cuándo evolucionó la vida en pareja de los primates, e investigaciones recientes indican que muchos estrepsirrinos nocturnos, que son más difíciles de investigar, no son en realidad solitarios sino que viven en parejas de machos y hembras.
El artículo científico es el resultado de varios años de investigación, durante los cuales los profesionales construyeron una base de datos detallada, que cubría casi 500 poblaciones de más de 200 especies de primates, a partir de estudios de campo primarios.
La conclusión del trabajo fue que más de la mitad de las especies de primates registradas exhibió más de una forma de organización social: “La más común eran los grupos en los que vivían juntos varias hembras y varios machos, por ejemplo los chimpancés o los macacos, seguidos de grupos con un solo macho y varias hembras, como los gorilas o los langures”, explicó Adrian Jaeggi, de la Universidad de Zúrich.
“Pero una cuarta parte de todas las especies vivían en parejas”, agregó, y remarcó que teniendo en cuenta varias variables socioecológicas y de historia de vida, como el tamaño corporal, la dieta o el hábitat, los investigadores calcularon la probabilidad de diferentes formas de organización social, incluso para nuestros antepasados que vivieron hace 70 millones de años.
Los cálculos se basaron en modelos estadísticos complejos desarrollados por Jordan Martin en el Instituto de Medicina Evolutiva de la UZH. Además, los investigadores se basaron en fósiles, que demostraron que los primates ancestrales eran de cuerpo relativamente pequeño y arbóreos, factores que se correlacionan fuertemente con la vida en pareja.
“Nuestro modelo muestra que la organización social ancestral de los primates era variable y que la vida en pareja era, con diferencia, la forma más probable”, afirmó Martin.